"Hermano"

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Muy bien... Muy bien. D-Déjame ver si entendí esto: Dagur me atrapó con la guardia baja ese día en la cueva (Es horrible imaginar que me vio casi desnudo si no fuera por mi chaqueta de piel, ugh), no tengo la menor idea de por qué demonios estaba en Berk y justamente en un lugar bastante apartado de la aldea... y ahora resulta que ese mismo lunático quiere que vaya en una misión suicida a su horrible isla para ir a "charlar" mientras tomamos unas tacitas de té o habrán consecuencias. Sí, esa parte la entiendo perfectamente... ¡¿Pero cómo, en el nombre de Thor, fue capaz de ver a Jack?! ¡Es imposible! ¡Si ni mi papá o mis amigos logran percibirlo! ¿Cómo el maniático jefe de una tribu violenta también "cree" en Jokul Frosti lo suficiente como para lograr verlo? ¡Esto no tiene sentido!

Me paseé de un lado a otro en mi habitación jalándome el cabello repetidas veces mientras trataba de entender cómo es que todo aquel embrollo había sucedido: la carta de invitación pasivo-agresiva de Dagur, el hallar la lógica de los hechos y la culpa de haberle gritado a Jack tan descorazonadamente me estaban desesperando ¿Y ahora qué iba a hacer? Me encontraba solo en aquel dilema y acatar las órdenes de Dagur era una locura tanto como el no obedecerle. Oh, Thor... mientras más buscaba una solución, mayor era el dolor que atacaba mi estómago vacío por tantos días de mala alimentación.

N-Nunca imaginé que llegaría a enfrentarme a una situación más difícil que la vez en que tuve que defenderte a ti y a todos los dragones de mi aldea caza-lagartos-voladores...

Toothless, quién no se había separado de mí en todo el día ni para ir a beber agua, me dedicó una mirada cargada de preocupación, o al menos así lo interpreté. Sus ojos reptiles son capaces de reflejar muy bien sentimientos humanos, si me lo preguntan.

Sí, lo sé, amigo. Ir a esa horrenda isla es como entrar a la boca de Muerte Roja, eso lo sabemos muy bien tú y yo, pero no tengo más alternativas y se me han acabado las ideas. Si esta noche no aparezco allá... ten por seguro que ese desquiciado desatará una guerra contra Berk antes de que podamos evitarlo.

Detuve mi paseo indeciso por la habitación y me acerqué a mi cama, dejando caer mi cuerpo sobre la incómoda y chillona madera de ésta la cual produjo un ligero sonido de golpe, mas no protesté cuando mis posaderas golpearon el roble, después de tantos años ya me había acostumbrado a dormir sobre superficies incómodas.

Estoy frito. No, más que frito... soy un montón de ceniza.

Dejé salir un último suspiro quejumbroso mientras mis ojos se distraían mirando las vigas del techo, quería intentar por última vez armar un plan lo suficientemente efectivo como para que nadie resultase herido en el transcurso de este... Pero mi cabeza estaba vacía, sin ningún rastro de ideas al rescate, era como si la corriente de pensamientos que comúnmente me envuelve cuando soluciono problemas se hubiese esfumado en cuánto terminé de leer esa condenada carta que llegó a mis manos.

¿Y qué busca Dagur de mí? Si quiere puede atacar Berk cuando se le dé la gana, conociéndolo, él no dudaría en aferrarse a cualquier oportunidad para lograr su cometido, sin embargo, que se tome el tiempo de invitarme a su isla en lugar de preparar su flota de guerreros con hachas y ballestas... Es inusual ¿Querrá sacarme de Berk para luego atacarlos mientras me distrae? Podría ser una posibilidad, después de todo muchos enemigos no me hacen daño al tomarme de rehén ya que me necesitan con vida para que entrene a sus dragones a la fuerza. Sí, eso suena lógico viniendo de la cabeza de un desquiciado obsesivo-compulsivo de poder. Para alguien como Dagur, planear con malicia cada estrategia de ataque debe ser todo un placer.

Trato sucioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora