Ese conde, siendo profanado

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Un día muy hermoso era lo que apreciaba todo Londres, las personas salía para pasear en familia o con su pareja, algunas muy alegres salían a sus trabajos, pero muy lejos de la ciudad, en medio del bosque se encontraba la mansión Phantomhive, cual dueño se encontraba en su despacho, firmando papeles, examinando documentos, leyendo invitaciones para celebraciones o bailes a los cuales no les tomaba importancia, y verificando las pistas que tenía para resolver los casos que sufría Londres; era demasiado trabajo para un Joven de tan sólo 12 años. Fastidiado se encontraba el joven conde y como no si tenía que terminar todo eso antes de las 4 de la tarde pues a esa hora llegaría su prima y prometida la Marquesa Elizabeth, que a decir verdad el conde no estaba de humor para recibir a su preciada prima.

Unos golpes en la puerta interrumpieron sus actividades

-Bochan le e traído su te

-pasa

La puerta del despacho se abrió dejando ver a un hombre alto, de cabellos negros y ojos rojos, un traje impecable, zapatos bien boleados y guantes blancos,

"quiero ser la felicidad de tu retorcida alma"

Eran los pensamientos que aquel pequeño conde tenía, el cual a darse cuenta de aquello sacudió su cabeza con enojo , el no podía permitirse tener esos pensamientos, no hacia su mayordomo, no hacia aquel ser oscuro que le había dicho alguna vez que los demonios no podía sentir, que no tenían sentimientos. El conde levanto unos papeles para ocultar su sonrojo y su mirada que denotaba decepción, decepción al saber que sus sentimientos jamás podían ser correspondidos, por que si, el conde dejando su orgullo a un lado hace 4 meses atrás había aceptado que le gustaba su mayordomo, más jamás se lo diría, será un secreto que lo guardara hasta el día en que su contrato termine y su mayordomo se apodere de su alma.

-Boochan, Boochan, Boochan

El mayordomo de nombre Sebástian llevaba casi 10 minutos hablándole a su amo el cual se había perdido en sus pensamientos.

- ah.... A si ¿que decías Sebástian?

- le estaba diciendo que falta 1 hora para que su prometida llegue, quiere que le prepare la tina para su baño

- esta bien, la necesitó tal vez eso me ayude a relajarme un poco

- de acuerdo Boochan iré a prepararle la tina, con su permiso

Y con una reverencia el mayordomo Phantomhive salió de el despacho de su amo, el cual oía muy atentamente los pasos de su mayordomo hasta que no los pudo oír más, hay fue cuando el conde abrió uno de los cajones de su escritorio, del cual sacó un pequeño diario color azul opaco, con detalles en color dorado, sus páginas resguardadas por un pequeño candado que tenía la abertura para colocar una llave que también el conde sacó de el mismo cajón; el conde abrió el pequeño cuaderno, buscó la última página de donde había escrito, para después en la otra página escribir

13 de mayo de 1976

Aquí me encontró otra vez, plasmando sentimientos en este diario lo cual se ha hecho algo habitual ,pero eso ya no importa, al menos ayuda a quitar mis penas, penas sin resolver, como ejemplo esta el sentir que siempre oprime mi pecho, la soledad; sigo por este sendero de obscuridad, esta infinita soledad se me ha hecho habitual así que ¿por que este sentir?, si ya me he hecho fiel amiga de la soledad ¿a que viene todo esto?, un sentimiento que jamás será correspondido ¿cierto?, sólo soy otro platillo más de aquel demonio al cual me encadene aquel día, ¿es que acaso sólo me aferró a el como si fuere el hilo de araña que me mantiene con vida?.

Me he enamorado a Un ser superior a mi, valla ironía, un amor prohibido, pero sólo prohibido para mi; seguiré por este sendero de obscuridad en donde en lo más profundo de mis sueños rotos y alegría destruida guardaré este sentimiento prohibido bajo llave y, aunque las espinas de las hermosas rosas blancas de claven y enreden en mi ser con la mano de mi incondicional amiga seguiré con mi camino sin importar esas enormes cadenas y espinas que se van formando de mi pesar

~Ciel Phantomhive

Algunos pasos se empezaron a escuchar, el conde se apresuró a volver a guardar aquel diario que escondía sus más profundos secretos, lo metió en su cajón al cual le puso llave, tomó un gran sorbo de su té que estaba frío dejándolo casi vacío, metió tres galletas a su boca, masticándolas rápidamente, y por que hacia eso, por que a Sebástian le disgustaba que su amo no tomara o comiera algo que había hecho el, el conde lo sabía de antemano puesto que cuando pasaba eso el ponía cara de disgusto; paso aquellas galletas por su garganta haciendo que casi se ahogara, rápido agarró algunos papeles para fingir leer su contenido, de pronto la puerta se abrió dejando ver a Sebástian nuevamente

-Bochan su baño esta listo

El conde asintió y se levanto de el escritorio, salió del despacho en dirección a su habitación.

"por favor ámame"

El conde se encontraba enfrente de su mayordomo que le empezaba a quitar el moño que traía, después de eso el chaleco el cual depósito en una silla de madera que estaba a su derecha, al momento de desabotonar la camiseta el conde veía como su mayordomo desabotonada más despacio que las otras veces y que para acabarla tocaba la piel del conde muchas más veces que las otras, era algo incómodo para el conde, pero a la vez lo disfrutaba, disfrutaba la mirada de Sebástian sobre su cuerpo, no por que quiera que su mayordomo lo hiciera suyo si no por el hecho de que sólo le prestaba atención a el, sólo se estaba fijando en el y en nadie más, cuando Sebástian estaba a punto de bajar el bóxer del conde este lo detuvo

- yo lo hago

Dijo el conde con nerviosismo y un sonrojo enorme, se dio media vuelta y bajo su bóxer, rápidamente se metió a la tina, disfrutando aquella agua tibia sobre su cuerpo, el mayordomo empezó a enjabonar el cabello del conde, quien disfrutaba ese movimiento circular sobre su cuero cabelludo, sus ojos se empezaban a cerrar, el cansancio le ganaba, más eso no impedía que dejara de pensar en su mayordomo, en su demonio.

"como es que logras profanar hasta mis horas de sueño"

......Te Amo.....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora