Capítulo 21: ¿Relación? ¿Con él? De odio.

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Alison se pone encima una gabardina negra que le cubre hasta los botines, con capucha. Para la gente puede llamar la atención, pero es Nueva York. Confía en que no sea la única que vaya vestida de negro.

Baja por el ascensor y cruza. Sin siquiera preguntar, se monta en el coche que la espera.

-¿Lista? –la voz de Mike le pregunta.

-Totalmente.

-Oye, estaremos protegiéndote. Pero quiero que tengas cuidado, ¿vale? No quiero que mi alumna favorita muera.

La chica deja escapar una carcajada.

-Creo que he nacido para esto. Pero gracias por preocuparte, Mike.

-Yo no creo que hayas nacido para esto. Estoy totalmente seguro.

-¿Dónde me dejarás?

-A tres calles. Ahí me reuniré con los demás, esperaremos a Taylor y empezaremos a seguirte. No es conveniente que te sigamos desde el principio.

-Entendido.

-¿Cómo vas con los exámenes?

-Tú y yo, en un coche. A punto de empezar una misión. ¿Y esa es tu pregunta? –Ali ríe.

-Bueno. Era para relajar el ambiente. Entonces, ¿te has vuelto a acostar con Taylor hoy, no?

Por primera vez en mucho tiempo, la chica se ruboriza.

La mirada de Mike la vigila por el espejo del coche.

-¿Volvemos mejor a lo de los exámenes? –pregunta divertido.

-Eres un capullo. Voy bien. Hoy los he empezado y este fin de repasaré bien los de la semana que viene.

-¿Cómo lo consigues?

-¿Qué? –pregunta confundida.

-Yo dejé mis estudios. A ti sin embargo parece irte bien.

-Pretendo terminar el Bachiller y unirme a los entrenamientos, ya lo sabes. Pero sí, me he organizado... No quiero perder el curso.

-Qué responsable. Sigues siendo una niña rica –dice el chico para enfadarla.

-No voy a contestar a eso –dice cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

Enseguida, ambos ríen a carcajadas.

-Bueno, ya hemos llegado –anuncia Mike.

-Suerte.

-Quédatela mejor tú, que siempre es importante llevarla.

-La tengo toda conmigo –dice enseñándole la pulsera de Taylor.

Mike silba sorprendido.

-Vaya, vais realmente en serio.

-¡Voy a arriesgarme por él! Claro que vamos en serio.

-¿Sabes la historia de esa pulsera?

-No.

-Pues ya tienes un motivo para seguir viviendo: preguntársela luego. Ahora, largo. Suerte otra vez.

-Gracias.

Para la sorpresa de Mike, la chica se baja, abre la puerta del asiento del conductor y le da un fuerte abrazo.

-Gracias por ayudarme.

-Ha sido un placer –le sonríe.

La silueta de la chica se aleja entre la noche.

Pronto, llega a una nave desierta.

Aunque en realidad, sabe que no lo está.

No ha puesto aún un pie dentro cuando dos hombres se acercan a ella.

Una Princesa en Apuros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora