Capitulo 6: Cuarto Dia. Dime Lo Que Ves

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Luego de la lluvia vino la nieve.

Cubrió la mayor parte de las calles con una manta blanca luminosa. Eren se inclinó para formar una bola gélida entre sus manos, esta vez vestía un abrigo marrón, guantes guindos y botines del mismo color oscuro que su vestido de algodón.

Cuatro días duraría el efecto invertido de su transformación.

Y hoy era el último.

-No te atrevas- insinuó el pelinegro, atento a cada expresión del castaño.

-¿?

-Creí que ibas a lanzarme con esa cosa.

-Ni siquiera lo pensé- dijo Eren con una sonrisa bien fingida en el rostro.

Hasta cierto punto, una cosa inexplicablemente peligrosa, está pasando en mi interior.

- ¿Qué te paso en el labio?- pregunto Rivaille

-Caí de cara sobre la mesa- mintió Eren cubriéndose la boca

Puedo sentirlo, muy dentro de mí.

-Buena excusa- el azabache fue acercándose- ¿Y esos moretones?

-Luego me caí al suelo.

Se fue volviendo más grande, más fuerte e infranqueable de lo que alguna vez pude imaginar.

Rivaille levantó las manos sosteniendo el rostro del menor entre ellas.

-Estas mintiendo, - cuando el castaño escucho aquello, un escalofrió recorrió todo el cuerpo- pero, no pienso cuestionar tus razones. Confió en ti.

-Duele- susurró Eren perdiéndose en sus pensamientos otra vez.

Y al final de todo esto...

-Entremos a esa cafetería tengo que decirte algo importante

-Yo también- los ojos del ojiverde se apagaron por tan solo unos segundos, al igual que un foco de luz a punto de apagarse.

-Firme un contrato con Erwin- declaró el pelinegro, sosteniendo una taza de café. -Me iré muy lejos, quizás por unos tres o cuatro años.

-Felicidades, cumpliste tu sueño.

-Aun no- mencionó. -Iris quiero que vengas conmigo.

Termine enamorado de ti.

Hace mucho tiempo, Jean y el hicieron una competencia para saber quién era el más fuerte. Romper varios lápices en la menor cantidad de tiempo. Claro que al final se ganó un jalón de orejas de parte de su madre, sin embargo había algo que nunca olvidaría así de fácil.

.

El sonido de la madera al quebrarse.

.

Ese instante en el que se borró todo a su alrededor, y se quedó encerrado en un tubo negro e infinito.

Con el único sonido de algo rompiéndose, rasgándose, fracturándose en mil pedazos.

No era un lápiz.

Sino su propio corazón.

-Es algo repentino- Rivaille clavo la mirada en el castaño- acabo de llegar a un punto crítico en mi vida, un punto en el que ya no puedo vivir sin ti.

No.

Eren junto las manos con nerviosismo, rogando de todas las formas posibles que esas palabras quedaran en el olvido.

No.

Estaba mal hacer esto, está mal. Apretó los labios evitando sollozar lastimeramente. En ese instante quiso volar lejos, anestesiar su corazón evitando dañar a la única persona que le brindo su amor incondicional

4 Dias Para Amar (Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora