Phil Lester.
Porque todos aman a Phil Lester.
Philip y sus ojos de color pálido, y vivaz. Ése azul; azul como el de mi bufanda favorita. Ni azul rey, ni azul cielo. Un intermedio.
Phil— el de lentes hipsters. De seguro es el único al que le quedan bien. Nadie se atreve a juzgarlo.
Phil, al que se le ocurrió pasar por el pasillo inclinado de la escuela en un carrito de supermercado, y que, además, había salido sin herida o consecuencia alguna de el acto. No recibió nada más que una foto enmarcada en el mismo pasillo, y una mención honorífica en el anuario.
Phil Lester.
Yo no entendía a Phil Lester.
Y parecía ser el único.
Nunca me afectó; nada nunca me afectó. A menos de que hablemos de esas películas de perritos o de ancianos, esas... son tema aparte— mi novia cortó toda conexión conmigo en séptimo grado, y salí ileso. Llevaba cinco años seguidos sin aprobar un examen de matemáticas, todo bien. Recuerdo que me perdí en cuanto comenzaron a aparecer letras en mis bellas operaciones.
Y el calentamiento global no era mi problema, las guerras, —que mi madre me perdone— tampoco eran mi problema. Mi único problema era qué bufanda usaría hoy, y qué haría de comer mi madre al llegar a casa después de diez infernales y pavorosas en un colegio de mierda.Está bien, no es tan malo. Es una mierda, pero de esas que no apestan mucho.
Mi vida estaba bien.
Sin embargo, dudo (más de lo que dudo mi existencia, y mis respuestas en un examen de esa oh, tan odiada materia) que estemos aquí para hablar de bufandas, comida y mis problemas.
Odio admitirlo, pero estamos aquí para hablar de Phil Lester.
Philip Michael Lester. Mejor conocido como el magistral, mágico, hermoso y etéreo, Phil.
Iba al taller de fotografía los miércoles, sus fotos posaban por toda la escuela, tenía una cámara Nikon— no muy cara, alguna vez me habrán dicho que fue regalo de su madre muchas Navidades atrás, sólo entonces comenzó a usarla, sólo entonces se dio cuenta de que sobresalía en fotografía. Ni siquiera era su pasión.
Los martes tocaba el pandero en la banda de la escuela, y los jueves, el piano. No tenía un solo, no representaba una parte importante, por ponerlo así, del equipo. Pero claro que Phil le daba alma, vida, color, siempre color al escenario. Marcaba el tiempo, ayudaba al profesor, meneaba las batutas en el aire, sonriendo hasta a una partícula de polvo que pasaba por ahí.
Los lunes eran de natación; los viernes de atletismo. Perfecto.
Queda de más decir que exentaba en ambas áreas.
Su color favorito era el rojo. O el verde. O el azul. Ni idea, sólo diré que era un chico colorido en sí, probablemente le gustaban todos los colores.
Puedo describir muy bien lo que fue después de conocerlo; y admito que sí, todo era un aura de color, tórrida, cuando él pasaba a mi lado. Maldición, sí. Pero antes, sólo puedo comentar lo que los demás me decía.
"¡Phil es vida, Phil es amor!"
"¿Supiste que Phil hizo...?
"¡Oh, sí! Y dicen que Phil sacó la calificación más alta en química..."
Demonios. Phil era el anillo principal de Saturno.
Qué va, Phil era Saturno, todos nosotros éramos anillos.
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Scarves & You || Phan
Fanfiction"Lo quería, y él a mí, pero nunca, nunca de la misma manera." Dan quiere a Phil; a él, y a sus lentes de marco grueso, sus camisetas de colores brillantes, su cabello oscuro como el cielo invernal, y sus ojos tan azules como su bufanda favorita. Phi...