One-Shot

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  Jaime no sabía porque se había comprado una hamburguesa sabiendo que le hacían pésimo para su digestión, ni siquiera sabía bien porque había invitado al Edgar en primer lugar al Burger King. Lo que si tenía claro era que su amigo, quien se encontraba frente a él tenía una expresión algo decaída, más que nada por esto lo había invitado, para ver que estaba mal con el de rulos.

Le dio una mascada algo dudosa a su comida disfrutando del sabor que extrañaba, siempre mirando de reojo a su compañero para ver que hacía, este simplemente hacia lo mismo. El barbón trago el bocado y se decidió a preguntar.

- ¿Qué te sucede, weon? – dijo sin muchos rodeos.

- Nada ¿Por qué preguntai?

- No te vengai a ser el desentendido, si teni la cara larga y hace rato que te noto desganao cuando grabamos. A ti te paso algo weon.

- No me ha pasao naipen, si ando cansao no ma, no es pa que te preocupi – intento excusarse, pero Jaime sabia que debía haber algo más, no era simple cansancio – Oye a todo esto ¿Por qué no vino el Nico? – intento cambiar de tema el más alto sin mucho éxito.

- Ya te he dicho weon que a ese culiao no hay que sacarlo de la casa porque se pone más weon – no es que no quería a Nicolás, simplemente creía que esto lo debía hablar a solas con Eddieflin - además yo quería hablar con vo así que no me vengai a cambiar de tema y dime ¡¿Qué chucha te pasa?! – dijo con rabia al final, lo que causo una suave risa en Edgar.

- Na po, tengo un poco de penita no ma – se confesó finalmente con una sonrisa triste.

- ¿Por qué? – pregunto mientras se acomodaba en la palma de su mano y con la otra sacaba una papa frita para echársela a la boca.

- Es que puta, el Yelo ya ni me habla y tu cachai que éramo terrible cercanos –esta última palabra había sonado algo rara, pero Jaime no lograba desifrar en qué sentido - pero como ahora esta con esto de la pega y weas ya ni se da tiempo pa juntarse con migo y con suerte me responde los mensajes – Agarro su bebida y le pego un largo trago – y eso po, me da penita y weas – curvo la boca en un gesto de resignación.

A Jaime no le gustaba ver a su amigo de esta forma, le molestaba y sobre todo estaba furioso con Yelo por haber dejado de lado al otro.

- Los weones así no valen la pena – menciono el más bajo tratando de animar al contrario. Edgar solo hizo un sonido de duda.

- No sé yo – Respondió desanimado mirando para otro lado. Intentando distraerse de la conversación volvió a agarrar su hamburguesa para seguir comiendo.

- ¡Puta weon no te ponagai depresivo! Sabi que ma, no lo necesitai – al darse cuenta que la gente lo estaba mirando por hablar tan fuerte calmo un poco su tono de voz – yo voy a ser tu mejor amigo.

- Pero si ya lo eri – le volvió a mirar curioso de lo que Jaime tenía pensado hacer.

- Ah chuta... no me refiero a eso... a ver – se tomó unos breves segundos para ordenar bien lo que iba a decir – la wea es que ya no vai a necesitar ma a ese maricon qliao porque yo voy tomar su lugar.

Edgar solo se limitó a reír y darle por fin una sonrisa sincera lo que causo que el barbón también lo hiciera.

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Era raro para Edgar ver todos los días a Jaime, aunque no era algo a lo que no se pudiese acostumbrar, incluso le gustaba su compañía. Su relación ya era cercana antes, pero nunca a este nivel. Claro, antes se juntaban a comer o a jugar, pero ahora el Alfredonx iba a su casa o le pedía juntarse sin motivo alguno, solo para hablar o simplemente para pasar el rato.

Al principio parecía que Jaime todo lo hacía por obligación, o por lo menos eso sentía el más alto, pero al paso de las semanas Jaime iba con más ánimos e incluso ya no se enojaba...tanto, inclusive se había puesto a hablar temas que antes no tocaban antes.

De todas formas le parecían tan raras sus actitudes, como si la persona que estaba con él en esos momentos no era Jaime si no otra... pequeños detalles que le recordaban a alguien, pero no sabía a quién.

Prefirió ignorar esa sensación, él era feliz de poder haberse acercado más a Alfredonx y este parecía estarlo también.

Y a pesar de todo eso Edgar no podía seguir dejar de preguntarse ¿Por qué hacia todo esto?

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El de rulos nunca creyó que terminaría así con Jaime, si al principio las visitas inesperadas fueron un primer paso, cuando a ambos les empezó importar poco el espacio personal del otro fue como un salto.

Todo había comenzado con roces casuales, movimientos que no tenían intenciones lujuriosas, luego vinieron los besos, tiernos en un inicio, apasionados después de un tiempo. Y después llegaron a lo inevitable. Con todo lo que estaba pasando era un poco obvio que terminarían así, pero de todas formas le llamo la atención a Eddieflin.

Ambos estaban recostados en la cama. Edgar estaba con la espalda en el colchón mientras que Jaime estaba encima de este besándolo acaloradamente, con una de sus manos se apoyaba en la cama para perder equilibrio y con la otra agarraba una abundante cantidad de pelo rizado que tiraba y enredaba entre sus dedos.

Por otro lado las manos del más alto se dedicaban a masajear los costados del su amigo sacando más de un suspiro de esos labios que estaban aprisionados contra los suyos, luchando con sus lenguas por quien dominaba.

Lentamente Edgar se apoyó en uno de sus brazos para erguirse un poco más y así tener mejor acceso al pecho del barbón. Extendió una de sus manos y levanto como pudo la polera negra que llevaba el otro para poder dejar al descubierto los pezones que ansiaba saborear.

Se despegó del apasionado beso y bajo la cabeza para poder besar uno de esos botones rosados. El escalofrió recorrió de inmediato la columna vertebral de Jaime y un suspiro ahogado se escapó de sus labios. Afanosamente el de rulos lamio el peso presionando su lengua contra el centro de esta y luego hacer círculos a su alrededor, finalmente lo ingreso completo a su boca y apretó sus labios alrededor causando que el más bajo soltase un fuerte gemido de sorpresa.

Este se retorció como el mismo tratamiento fue aplicado al otro pezón abandonado. Paso las manos por los pectorales aun marcados de su compañero en busca de la zona sensible, a penas las rozo Eddiesick gimió enviando suaves vibraciones al pezón que tenía en la boca.

-Edgar... no doi más – jadeo mientras se separaba rápidamente del nombrado.

No necesitaba más palabras para saber lo que tenía que hacer. Llevo sus manos a los pantalones de Alfredonx y los desabrocho con gran habilidad, este se levantó un poco para que Eddieflin pudiese bajarlos, pero no sucedió. El barbón le quedo mirando anonadado y sobre todo molesto.

- ¿Por qué te detuviste weon? – pregunto tratando de sonar lo más indignado posible.

- Jaime ¿De verdad queri hacer esto? – sus ojos que aún tenían lujuria le miraron dudosos y preocupados.

- Obvio po culiao, o sino no te dejaría tocarme po.

- Es que Jaime desde que me dijiste que queriai remplazar al Yelo te hay comportado super raro, como que no eri tú – Eddieflin movió un poco el pelo de su nuca tratando de refrescarse mientras trataba de hallar las palabras – y me haci preguntarme ¿Por qué haces esto?

- Puta yo hacia todo esto para que te olvidarai de él po – soltó de una vez por todas – En una de esas yo podía tomar el lugar del otro maricon y ser tu nuevo...

- ¿Pero lo haci porque queri? ¿Por qué me quieres?

- ¡Sí! ¿Porque otra razón lo haría? Vo me gustabai hace rato, pero estabai con el otro weon y cuando te dejo, puta pensé "esta es la mía" y entonces te dije eso pa acercarme y...mira de verdad no sé cómo coquetear con hombres asi que pensé que de esta manera seria más fácil acercarme, ocupando el lugar del weon.

- Jaime yo no quiero que ocupes su lugar.

- Entonces ¡¿Qué queri?!

- Que seai vo, Jaime. Punto a parte el otro culiao, no quiero que hagas lo mismo que él, quiero que seas tú no más, enojón como eres.

El barbón se quedó quieto, pensando por un momento todo lo que acababan de hablar. Se golpeó la frente con la mano "como pude ser tan aweonao" pensó. Era sencillo y aun así no supo cómo hacerlo desde un inicio. Pudo haberse ahorrado toda esta conversación, todas actitudes forzadas que hizo para conquistar a Eddieflin. Suspiro cansado.

- ¿Aun queri hacer esto? – pregunto dudoso de que el otro ya no quisiese nada con él por lo que le había dicho.

La respuesta no fue necesaria. Edgar se abalanzó sobre él con un apasionado beso dejando esta vez a Jaime contra el colchón. AL principio el más bajo no respondió por lo desprevenido que le había tomado esta acción, pero luego siguió con toda naturalidad posando sus manos en la ancha espalda de su amante y envolviendo sus piernas alrededor de este. Edgar empezó a empujar sugerentemente a un ritmo constante causando que ambos gimiesen necesitados, querían más contacto.

Con fluidez el ruliento tiro su polera lejos junto con la de su compañero. Seguido de ellos los pantalones cruzaron el cuarto y finalmente los calzoncillos fueron sacados por manos ansiosas dejando a ambos de una vez por todas desnudos.

Se miraron por unos momentos, los cuerpos sudados, las caras rojas, las miradas nubladas de placer, nunca habían estado así, era extraño e incluso un poco vergonzoso, pero eso no le quitaba la pasión al momento.

Edgar se acercó al rostro de Jaime y acaricio su mejilla.

- Te amo – le sonrio suavemente y le dio un beso casto.

- Yo igual – le sonrio y luego solto una carcajada – Oh la wea cursi.

- Puta que eri mata pasiones culeao – con eso dicho se movio hacia abajo, entre las piernas de Jaime.

- Oye ¿Que vai a hacer? – pregunto nervioso al notar como separaba sus rodillas.

- ¿Qué crei? Dejarte listo – contesto mientras metía dos de sus dedos en la boca. Alfredonx abrió los ojos de golpe ante las palabras – Ah cierto que vo nunca hay echo esto.

- ¿Y tú sí? – Edgar se limitó a asentir como si no fuese nada malo– ¡Puta que eri maricon! Apuesto que lo hiciste con el maricon del Yelo – Nuevamente asintió – Porque no me parece rara esta wea...- pronuncio colocando una de sus manos en el tabique te la nariz.

Sin preguntarle Eddieflin puso unos de sus dedos en la entrada de su amigo e hizo círculos a su alrededor para que comenzara a dilatarse.

- ¡Para para para! – dijo con su mayor esfuerzo para que no saliese un chillido - ¿Por qué teni que metérmela tú?

- Porque yo sé que hay que hacer – contesto inocentemente. Jaime tuvo que admitir que tenía un buen punto.

- ¿Y no me podi enseñar? – pregunto.

- No – y sin previo aviso metió de lleno su dedo causando que Alfredonx gritase de sorpresa.

No le dio tiempo para quejarse ni para arrepentirse. Comenzó a mover su dedo dentro de las apretadas y vírgenes paredes en busca de algún punto sensible. Su búsqueda tuvo éxito, habia un cumulo especial en un costado que hizo que Jaime gimiera alto. La toco una y otra vez causando que más sonidos deliciosos brotaran de su amante, incluso este sin darse cuenta comenzó a mover sus caderas en busca de más contacto.

Eddiesick solo rió suave e inserto un segundo dedo. Siguió molestando aquel punto sensible y además empezó con las tijeras que solo lograban sacar gruñidos incomodos del barbón.

Cuando el de rulos pensó que ya era suficiente saco sus dedos y llevo ambas piernas a sus hombros.

- ¿Estai listo? – Jaime le miro temeroso, se quedó unos segundos meditando antes de decir que sí.

Con la confirmación lista Edgar se deslizo cuidadosamente dentro de su compañero, sintiendo el apretado lugar envolverse contra su miembro de una forma perfecta. Por su lado el más pequeño se aferró a las sabanas ante la dolorosa y a la vez placentera sensación que recorría su cuerpo, siempre había escuchado que el ruliento era grande y ahora podía confirmarlo. Una vez que estuvo todo adentro el más alto se detuvo y observo a su compañero.

- ¿Estai bien? – pregunto temiendo haberle hecho daño.

- Si...solo que se siente raro...y dolió – contesto tratando de recuperar el aliento – Puta que eri grande weon – solto como broma, y para que el otro se sonrojase, cosa que consiguió. No habia que le gustase más que ver al Edgar sonrojado "se ve tan lindo el maricon culiao" pensó.

- Ya si ya te vai a acostumbrar – le calmo acariciando una de sus mejillas.

Con una de sus manos, agarro el miembro erecto de Alfredonx y comenzó estimularlo. Un sonido parecido a un ronroneo salió del barbón. Hizo movimientos lentos para que este se relajase y asi no estuviese tan apretado. Pasaron unos minutos y Jaime ya había dejado de apretar, fue la señal para que Eddieflin comenzara a mecerse.

El dolor de un inicio fue remplazado por absoluto placer que con cada estocada lo llevaba más y más al límite. De repente la punta del miembro de su amante toco un lugar especial que se encontraba al final del camino, a penas lo rozo un gemido casi ronco escapo de sus labios. Edgar noto el detalle y fue cada vez más profundo.

El mismo movimiento le estaba afectando también, el roce de las cálida caverna lo tenía loco y gimiendo sin control. El sudor hacia que el pelo se le pegara a la cara tapándole un poco la visual que tenía. Una que no quería perderse. La de Jaime con los ojos apretados, las mejillas rojas, el sudor pelando su piel y su cuerpo tiritado cerca del final.

El barbón se dio cuenta de esto y aparto unos mechones de la cara.

La velocidad de las envestidas aumentó abruptamente al igual que el movimiento de la mano de Eddieflin causando que Jaime se aferre a los hombros de este con fuerza mientras llegaba al clímax.

Sus ojos se abrieron como platos, su garganta se destrozó en un fuerte gemido y sus paredes se apretar alrededor del miembro de su amigo con tal intensidad que este se fue dentro de Alfredonx con un grito igual de potente que el de su amante.

Ambos quedaron quietos saboreando la neblina en sus cabezas causada por el placer.

Una vez que Edgar recupero en algo la conciencia, se deslizo de Jaime y se tiró a un lado de él, evitando así aplastarlo, este se giró en busca de la comodidad del abrazo que el de rulos le proporciono.
- Guau...- fue lo único que pudo pensar Jaime – fue mejor de lo que pensé.

- Ya duérmete culeao – le dijo Eddiesick mientras plantaba un beso en la frente de este – después hablamo, ahora quiero dormir.

- Puta que eri pajero. Es la primera vez que hago esto y quería yo comentárselo a mi mejor amigo – el más alto no pudo evitar una sonrisa al escuchar esas palabras.

- Ya weon dime...pero más rato.

- No seai asi po – se empezó a mover para que él otro no pudiese dormir, pero no rindió frutos, los dos estaban cansados, era mejor hacerle caso y hablar de eso después.

Además, esta no será la única oportunidad que tendrá para hablar de esto.  


Yo sere el otro (EdgarxJaime) GOTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora