Capítulo 12: "Secreto, lluvia y nostalgia"

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A los 20 minutos estábamos en su casa, no era ni tan grande si tan pequeña, pintoresca...esa era la palabra que describía el hogar de Andy, al entrar nos topamos con decenas de fotos de un pequeño niño posicionadas en un muro tipo collage, supongo que eran de Andrew.

-Bienvenidos- dijo Andrew.

-¿Eres tú?- pregunté burlescamente.

-Si...digamos que a la señora que me cuidaba le gustaba fotografiarme así que...-en eso una voz interrumpió nuestra conversación.

-Ahora soy "La Señora que te cuidaba"- dijo haciendo comillas con los dedos, y Andy se rascó la nuca nerviosamente.

-Es que...ellos no te conocen y...

-¡Heeeey! no sé si lo notaron pero estoy a punto de morir, y su estúpida discusión sobre cómo llamar a tu niñera no está ayudando mucho- dijo Josh.

-¡No es mi niñera!

-Prácticamente lo soy.

-Claro que no.-Andrew miro a su...ya ni se cómo llamarla-eres mi nana- susurro.

-Como sea, señora... ¿tendría una cama para nuestro moribundo amigo?- dije empezando a impacientarme.

-Camile- dijo Josh en tono de advertencia.

-No empieces, te estas por morir y ¿vas a fastidiar por mi tono para hablar con las personas?-dije ya un poco exasperada.

-Cam... ¿Camile?- tartamudeo la señora.

-Sí, ¿podemos discutir sobre mi nombre más tarde?, ahora necesito una cama para cuidar de este idiota.- La señora se quedó tiesa como un poste, ¿y ahora que hice?

-Arriba esta mi habitación, en el baño hay un botiquín de emergencias, pueden usarlo-informo Andy. Se acercó a su nana y mientras la guiaba a la cocina dijo- y espero que no vuelvas a hablarle así a Meredith- en su voz pude sentir el enojo que sintió hacia mí por la manera de tratar a su nana.

Esa mujer no sobrepasaba los 50 años tal vez tenga unos 45 a 46 años, con pelo oscuro como el abismo y ojos color azul, no por qué, pero parecía ocultar algo, esa señora de piel blanca como la nieve me miraba de una manera particular y aún no logro entender por qué mi nombre pareció asustarla... de todos modos, ahora no es momento de pensar en ello, debo cuidar a Josh.

Llegamos a la habitación, acosté a Josh en la cama de Andrew y fui a buscar el botiquín para ver con que podría ayudar a mi guardaespaldas.

Tome las gasas que estaban en la pequeña caja y con las compresas de alcohol empecé a limpiar las heridas en sus muñecas provocadas por las ataduras que hizo la imbécil de Rouse, esa mujer cada vez me daba más razones para querer asesinarla...

-Aaah- se quejó Josh- me duele.

-Tengo que hacerlo Josh, no queremos que se infecten...o ¿sí?-dije en tono maternal.

-No me hables como si fuese un niñito.-hizo un mohín.

-No te comportes como uno.-lo mire a los ojos levantando una ceja.

-Cam...yo...hay algo que tengo que decirte...es que yo, hace mucho que ya...-la puerta se abre dejando ver a Andrew.

-Chico traje algo por si tenían ham...

-Juro por Dios que si vuelves a interrumpirme cada vez que estoy hablando con Camile- dijo sacándome mi arma del cinturón y apuntándolo- La próxima bala que salga de esta arma, va a ir directamente a tu cráneo...y no estoy jugando, ¿entiendes?- Andrew solo asintió y salió de su habitación algo tembloroso.

-Deberías descansar- digo mirando sus heridas y su cara pálida- será mejor que vaya con los demás.

-No, Camile- dice Josh, levantándose de la cama a medias- quédate, te necesito más que a nadie.

Las mejillas se me ponen de un color carmesí, me acerco a donde esta y me siento al borde de la cama.

-Quisieras quedarte a dormir conmigo- dice estirándome del brazo.- Pero sin evitarlo caigo abruptamente en su pecho desnudo y nuestros rostros están demasiado cercas, sus hermosos ojos examinan cada parte de mi rostro, hasta que se concentra en mis labios.- Ya no lo soporto- murmura y me besa.

El mundo a nuestro alrededor desaparece, mierda yo también quería esto, también lo necesitaba. Él era todo aquello que yo quería. Cuando nuestras respiraciones fallaron, nos despegamos un poquito, solo unos centímetros, beso mi frente y envolvió sus trabajados brazos en mi cintura para quedarnos dormidos en la habitación de Andrew.

-¿Qué haces aquí?- dice Andrew a mis espaldas.

-Solo necesitaba pensar, ya sabes- no podía apartar mis ojos de la oscura noche que nos rodeaba. Solo un ruido extraño sale de su garganta en forma de "ya lo capto"

-A veces venía aquí- se sienta a lado mío y luego de un gran suspiro continua- cuando me sentía vacío y solo. Aquella vez en la universidad cuando te vi... no solo te visto a ti si no también toda esa carga que llevabas puesta.

-Jamás te hubieras imaginado que aquella "carga" era tan grande- suelto una risa sarcástica.

-No, en todo caso pensé que habías terminado con tú novio o algo así.- trataba de quitarle importancia.

-Y viste oportunidad para ligar- le aseguro.

Se encoge de hombros- Soy un hombre, que quieres que te diga.

No respondo nada, solo sigo mirando las estrellas, en un lapso muy corto de paz, un momento que en cualquier segundo se desvanecerá y todo volverá a ser caótico, lleno de esperanzas perdidas y remordimientos punzantes.

Una lágrima silenciosa se derrama, aún duele la partida de mi padre, él era mi héroe, era papá y mamá al mismo tiempo, duele más porque sé que a él no le hubiera gustado que estuviera implicada en esto, siempre me mantuvo al margen y yo n tenía la mínima idea de nada.

En estos momentos él tendría unas palabras sabías para decirme, o simplemente no diría nada solo estaría allí hasta que la tormenta pasara.

-Lo siento- digo finalmente- por arruinar tu vida, por ofender a tu nana y por amenazarte.

-Yo me metí solito en esto, recuerdas.- en parte tenía razón.- la curiosidad mató al gato, pero a mí me dejó vivir un poquito más- sonríe- aunque no sé hasta cuándo.

-¿Y tus padres?- se tensa pero luego habla.

-Mamá murió y papá trabaja; es...- vacila- es como alguien del FBI, es por eso que sé utilizar armas.

-Tú papá entonces es de los buenos- bromeo.

-Lo era- frunzo el ceño- cuando mi madre murió él se volvió duro, renunció a su empleo y nos mudamos aquí, ahora trabaja en algo un tanto turbio, que no estoy enterado.

-Es por eso que te sentías solo-Afirme, mirando su perfil y él se notó un poco resignado bajando su vista a sus dedos.

-No tenía amigos y mi nana lloraba todas las noches por su familia, así que no quería agobiarla con mis problemas aunque de día me sonreía, yo sabía que en el fondo no era feliz. Hace unos pocos meses se desmayó y tuvimos que llevarla al hospital porque no despertaba.

-¿Qué sucedió para que eso le pase?- el solo niega.

-No es asunto mío contarlo Cam- él solo niega, levanta la vista hacia el peculiar horizonte, que se plasmaba en ese oscuro y triste cielo Noviembre.

La ligera llovizna caía en un compás perfecto, acompañando la leve neblina. Pronto comenzó a llover con mayor intensidad pero eso no nos inmuto, estábamos sentados, bajo la lluvia, que no solo traía consigo una futura gripe, sino que también un aire de nostalgia...de soledad.


Sendero de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora