El Pastor

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El sonido del despertador interrumpe mi sueño, hoy es Domingo y asisto junto con mis padres a misa, me levanto y me dispongo a asearme, me visto acorde a la iglesia y bajo a desayunar, mi padre lee el periódico mientras mi madre sirve el desayuno.

Hoy me toca a mí, el rezo para agradecer los alimentos.

-Recógete el cabello Patricia- me dice mi madre, busco una liga y sujeto mi cabello alto (mi largo cabello baila mientras camino).

Vamos caminando hacia la iglesia, queda cerca y vamos temprano, a lo lejos vemos al pastor hablarle a un grupo de amigos y nos acercamos, yo quiero ir a sentarme y apartar los primeros lugares para nosotros pero mi mamá insiste en que esté con ellos y que por favor, no mire tanto el suelo que luego me sale joroba.

-Camina derecho Patricia- aconseja mi madre- y mira a los ojos cuando te hablen.

Acierto y hago lo que pide.

-Pastor Dante, buenos días- saludan mis padres y él contesta de regreso, me gusta su voz, es cálida y amable.

-Buenos días- susurro, logra escucharme y me sonríe.

-Que gusto verte Patricia- me sonríe- me gusta ver a gente tan joven en las misas, nunca es demasiado temprano para aceptar a Dios en tu corazón.

-Pastor agradezco le que ha hecho por Patricia- habla mi madre- recientemente dejó ese hombre pecador con el que estaba saliendo.

Jorge era un buen chico, nunca le agradó a mi madre por usar malas palabras, no llevar tan buenas notas y andaba en vicios. En ocasiones intenté ayudarlo pero me ignoraba y me decía que iba a dejar esos vicios cuando él quisiera, que nada tenía más dominio que él sobre su cuerpo.

-No tiene que agradecer- concluyó El Pastor- Patricia es una buena chica y solo quiero encaminarla por el camino de nuestro Señor.

Se retiró y subió a la palestra, papá nos llevó unos asientos intermedios y nos dispusimos a escucharlo con atención. Saqué nuestras biblias y buscamos rápidamente el versículo.

Se movía de un lado a otro, con su biblia en una mano, hablaba sobre el comportamiento y las malas influencias, sobre los valores en el hogar y como aplicarlos en un mundo cada vez tan decadente dirigido por la indisciplina.

-... Y es como así, nuestro Señor Jesucristo cree en cada uno de nosotros para profesar el amor en el mundo, ayudar al que pide ayuda y no ignorar a aquel prójimo que anda en malos pasos. Esto fue todo por hoy, agradezco su presencia. Dios los bendiga.- caminó hacia la mesa y dejó su biblia allí, varios de los presentes se dirigieron al pastor para aclarar dudas, nos dirigimos a él para despedirnos y camino a la salida El Pastor nos alcanzó.

-Disculpe las molestias pero me gustaría que Patricia se quedara un rato más- mi padre sin voltear a mirarme le dijo al Pastor que estaba encantada en quedarme con él por el tiempo que el quisiera- gracias, solo quiero hacerle llegar unas palabras de la biblia.

-Muchas gracias Pastor Dante- Sonrió mi madre, al parecer si necesitaba toda la ayuda bíblica que me pudieran ofrecer.

Mis padres se despidieron de mí, me esperarían para almorzar. Me dirigí hacia algunos de los asientos y esperé a que El Pastor terminara de despedirse.

Luego de un momento me llamó y me miró de una manera... no lo sé, no parecía El Pastor, pero seguía agradándome, cerró con seguro la casa de oración y me invitó hasta la mesa donde se encontraba su biblia y me hizo apoyarme en ella.

-Inclínate un poco más Patricia- ordenó y lo hice- ¡exacto!.

Posó sus manos sobre mis nalgas y me inquieté de inmediato- Patricia descuida, tengo que comprobar que has estado portándote bien desde que asistes a misa- me sonrojé al instante, ningún hombre me ha tocado como lo estaba haciendo El Pastor.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2015 ⏰

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