Capítulo I. ¿Dónde estoy?

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No soy una chica seria, pero tampoco generosa. No soy una persona odiosa, pero si un poco desagradable. ¿Qué pienso del amor? Pues te lo voy a decir, la verdad que nunca me ha interesado algo como eso, a la única persona que he querido desde que mis padres fallecieron ha sido a mi hermana Elizabeth, ha sido la única que se ha quedado junto a mí. ¿De qué estoy hablando? Pues ya no lo sé ni yo. Mi nombre es Alicia Rose, soy una típica chica de una familia noble, mi cabello es rubio y mis ojos son azules, ¿lo único que me diferencia de las demás chicas? Mi vestimenta, ya que es algo fantasiosa, un vestido azul con adornos dorados, semitapados por un delantal color crema, unas medias a rayas blancas y negras, unos zapatos con plataforma color carmesí, y un lazo en mi rubia cabellera azul con detalles dorados al igual que el vestido.

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Tras un largo día por el pueblo, al llegar a casa, comienzo a caminar por el jardín trasero cuando apoyada en un árbol se encuentra mi hermana Elizabeth, me acerco a ella con una sonrisa por lo que me dice ella.
-Bienvenida a casa Alicia, ¿qué tal el día?
Me siento junto a ella cuidadosamente y la respondo.
-Hola hermana, pues un día cualquiera, ir al mercado, dar una vuelta y por último volver a casa.
Esta lanza una pequeña carcajada y dice acontinuación tocando la punta de mi nariz con su pequeño dedo.
-Deberías de disfrutar más el día.
La miro arrogante y la digo cuidadosamente.
-¿Y tú como has aprovechado hoy tu día?
Esta me señala la tapa verde de un hermoso libro.
-Simplemente he estado aquí leyendo y contemplando el hermoso jardín.
Agarro el libro y comienzo a ojear página por página cuando Elizabeth me lo quita de las manos y abre una de las páginas.
-Este momento es el que más me gusta, cuando la protagonista debe elegir si quedarse con el caballero del malvado rey, o el simple campesino que siempre se ha encontrado a su lado.
Miro el libro intrigada.
-¿Y con cual se queda?
Este encoge los hombros.
-Aquí es donde me he quedado ya que has llegado.
Me tumbo a su lado en el mullido césped mirando con atención a Elizabeth.
-Entonces yo no te interrumpo.
Esta lanza una pequeña risita y comienza a leer aquel hermoso libro de tapa verde, las palabras de mi hermana fluyen entre mis oídos y yo cierro los ojos sin dejar de oír la historia. Al rato, cuando la dama del libro va a decidir finalmente mi hermana para en seco las largas frases, por lo que abro los ojos y la miro intrigada, voy a decirla algo cuando al fondo observo un pequeño conejo blanco con una chaqueta roja, miro intrigada al pequeño animalito y me levanto del césped sacuéndome suavemente el vestido, comienzo a andar hacia este cuando de un bolsillito de la chaqueta roja, saca un reloj y mira fijamente la hora, como si tuviera prisa, voy a acercarme a este lentamente cuando se voltea a mirarme, ¿gafas? El conejo con chaqueta lleva unas pequeñas gafas sujetadas por el hocico, voy a dar un paso más cuando este de un salto y se esconde en los arbustos, me quedo perpleja mirando el lugar cuando la voz de mi hermana se escucha a lo lejos.
-Alicia, mira lo que he encontrado.
Comienzo a caminar hacia el árbol donde antes estábamos situadas y desde donde ha llegado la voz, pero al llegar, ella no estaba, miro hacia todos lados perpleja.
-¡Hermana!
La llamo repetidamente pero sin respuesta alguna, voy a dar la vuelta al árbol cuando finalmente el conejo sale de entre los arbustos y comienza a correr hacia la parte trasera del árbol por donde desaparece. Giro el árbol con paso rápido cuando observo un enorme agujero situado en el suelo.
-¿Desde cuando hay aquí un agujero?
Me pregunto en un susurro, estiro el brazo en el interior del oscuro agujero pero no noto nada, simplemente es un agujero. Voy a sacar el brazo cuando algo agarra mi muñeca y la empuja hacia adentro haciéndome caer en el interior de este lugar. Cierro los ojos institivamente y noto como la gravedad hace su trabajo con mi cuerpo, empujándome cada vez más y más dentro del lugar. Sin dejar de caer abro un poco el ojo derecho cuando caigo en un acolchado lugar, abro los ojos despacio cuando me encuentro tirada y tumbada en un frío suelo de mármol, me levanto de golpe intrigada y le doy una patada.
-¿Esto antes era blando?
Levanto la mirada y observo el lugar de arriba a abajo, es una habitación con una simple lámpara de araña en el techo, pero alrededor mío se encuentran once puertas de diversos colores, una de las puertas completamente blanca, otra con rayas negras y fucsias... Me acerco a la puerta blanca he intento abrirla sin resultado alguno, hago el mismo gesto con cada una de las puertas, pero al igual que la primera, todas se encuentran cerradas, lanzo un suspiro cuando escucho unos pasos a mis espaldas, me doy la vuelta velozmente cuando los ojos se me abren como platos.
-¿Hermana?
Elizabeth se encuentra frente a mí con una sonrisa, voy a acercarme a ella cuando esta niega con la cabeza y me dice a continuación.
-¿Estás preparada para el juego?
Me sorprendo al escuchar tal expresión de mi hermana.
-Hermana, ¿qué es este sitio?, ¿dónde estamos?
Esta lanza una pequeña carcajada.
-El juego acabará cuando acabes con la soledad.
Los nervios comienzan a correr por todo mi cuerpo, por lo que sin darme cuenta alzo un poco la voz.
-¿La soledad de quién? ¿qué es todo esto hermana?
Esta se acaricia el cabello y dice señalando una de las puertas, que una mitad es azul y la otra roja.
-Cada puerta contiene un reino, y cada reino alguien en la soledad, cuando lo consigas y los reinos se unan ganarás el juego.
Doy unos pasos hacía atrás esta vez un poco asustada.
-Hermana, esta broma no es graciosa, basta ya.
En ese momento la figura de Elizabeth comienza a difuminarse en el aire mientras susurra.
-Buena suerte Alicia.
Abro los ojos de golpe y observo el rostro de mi hermana junto a mí diciendo mi nombre, me levanto lentamente del mullido césped. Espera, ¿no es mármol? Me levanto de golpe y comienzo a mirar a mi alrededor, mi hermana al ver mi reacción se sorprende.
-¿Qué ocurre dormilona?
Lanzo un fuerte suspiro y miro de nuevo el libro de la tapa verde que mi hermana sostiene.
-Sólo ha sido un sueño un poco raro.
Mi hermana me mira intrigada por lo que le comienzo a contar todo, hasta la horrible sensación. Esta me acaricia el pelo y me dice.
-Alicia, tus sueños te lo están mostrando.
La miro intrigada.
-¿Mostrando el qué?
Esta me mira a los ojos con una sonrisa.
-Te están mostrando tu deseo, todos los sueños nos muestran nuestros mayores deseos aunque no nos lo creamos, incluso las pesadillas.
Miro de nuevo a donde debería estar situado el agujero por donde me caí pero ahí no había nada más que césped y unas pequeñas margaritas. Sólo era un sueño.

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¿Realmente lo de Alicia sólo era un sueño? ¿Qué ocurre finalmente en el libro de la tapa verde? ¿A quiénes tiene que encontrar?
Si queréis saberlos sólo tendréis que esperar a más capítulos. Un saludo y espero likes y comentarios.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2015 ⏰

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