Capítulo 2

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Recuerdos.

Tenía 17 años cuando nuestro éxito se disparó de manera exponencial. Desde pequeños siempre estuvimos en la mira de todas las personas, nuestros padres estaban orgullosos de lo que estaba consiguiendo, Gordon siempre nos apoyó y mamá, que decir de ella, siempre diciendo lo agradecida que estaba de tener unos hijos tan empeñosos, a pesar de todo nos gustaba jugar y salir a fiestas para distraernos de todo lo que hacíamos día a día. Aun así y aunque era en ocasiones muy lejanas, nos dábamos un tiempo para nosotros.

Ese año estábamos preparando todo para la gira del próximo álbum, que acabamos de terminar, junto a nosotros se encontraban Georg y Gustav y el resto del Staff, todo era increíble, todo estaba bien, sentía que las cosas no podían salir mal ese año. Con las energías repuestas después de 2 meses en casa con mamá y Gordon, estaba dispuesto a todo para la gira que se venía por Alemania y Europa, estábamos por empezar cuando la conocí, era preciosa, su piel blanca, sus ojos verdes con la mirada de un ángel, su voz suave como la ceda, desde que la vi, quede embobado por ella, antes de perderla de vista me acerque y con timidez propia de mí al momento de conocer una chica, pregunte

-Cuál es tu nombre?

Ella sonrió y jugando con un mechón de cabello respondió con su voz suave sin dejar de verme

-Kíe

Quedamos de vernos luego de la entrevista que estábamos por dar a una de las radio emisoras y telecomunicaciones de Europa, ella acepto y quedamos de vernos en la cafetería del hotel dónde nos encontrábamos.

Allí antes de empezar Tom se acercó, lo note algo molesto, era mi hermano y lo conocía bastante bien como para saber cuándo le ocurría algo, aun cuando no quisiera decirme, se notaba en su postura y su mirada; Tom se sentó a mi lado izquierdo y clavo sus ojos en mi persona en todo momento, no dijo nada simplemente se quedó allí sentado viéndome con enojo.

La entrevista empezó y todo bien, Tom estaba tranquilo, Georg y Gustav también, aquí entre los cuatro el único que no estaba calmado era yo, intentaba aparentar tranquilidad, y Tom sabía cómo sacarme los huevos del canasto, las preguntas se iban haciendo más personales a medida que la conversación con la señorita Klaus avanzaba, yo por todos los medios intentaba evitar las preguntas más allá de lo necesario.

La entrevista termino y Tom se acercó detrás de mí susurrando en mi oído con un tono bajo y amenazante.

-Ni se te ocurra juntarte con ella, es mía y si lo haces te prometo que no podrás salir a la calle sin tener que cubrirte la cara

Ese año también pudimos sacar nuestra licencia de conducir, como siempre Tom es el primero en hacer las cosas, solo que esta vez me adelante y la mía salió primero, cosa que a Tom le molesto un poco, y que me importaba, la noche que pase con Kíe fue estupenda, no lo niego, y como mi hermano dijo, cumplió, no pude salir de casa por al menos 2 meses hasta que mi cara estuvo en mejor estado y, la hinchazón y moretones disminuyeron hasta que eran casi imperceptibles; aun así me maquillaba para que no sé notaran.

Ahora que lo pienso, Tom nunca reaccionaba de esa forma, era primera vez que llegábamos al punto de golpearnos, él tenia más fuerza que yo, pero la ventaja la tenía yo al ser más rápido al momento de esquivar sus golpes.

Desde ese momento y durante los meses en gira, me mantuve a la defensiva con Tom, no permitiría que volviera a hacerlo, solo era una chica y lo conozco lo suyo solo eran encuentros de cada noche y eso era todo, para él nunca fue importante el amor en la cama, así que realmente no entiendo su reacción.

Luego de que pase dos meses en casa, gracias a la buena golpiza que me dio Tom, ahora podía salir, con el maquillaje bien arreglado para que no se notasen los pequeños moretones que adornaban mi piel; aun no entendía porque Tom había reaccionado así. Luego de que me golpeo, no dijo palabra alguna en relación a la noche que había pasado con Kíe, el solo se limitaba a estar cerca de mi cuando papá y mamá estaban cerca, ya que mientras ellos no estuvieran cerca, él se mantenía a una distancia prudente tanto para él como para mí.

Obsesión fraternal (Tom y Bill Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora