Capítulo 4: Talking about them

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Narrador omnisciente 

Ricardo se encontraba en su casa con Ivanna y Andreina, su primer día no había estado del todo fácil para él y sus dos amigas; sin embargo, la esperanza de que todo sería diferente unos días lo mantenía algo calmado, pero no siempre todo es color de rosas, no siempre el destino que tendremos está determinado por cosas buenas. Los tres estaban en su cuarto, tenían tanto de que hablar, lo curioso es que ninguno se atrevía hablar, y ninguno sabía que el otro tenía algo para decir. Todo había sido rápido y en un sólo día.

— ¡Ricardooo! — La voz de su mamá interrumpió el intento de charla con sus amigas. No le quedó más que salir del cuarto y dirigirse a la cocina. — Saca la basura, por favor — Su mamá le extendió una bolsa negra. Esta era una tarea diaria para él, que aunque no le gustaba, no le quedaba de otra. Bufó y se dirigió a la puerta.

Al salir pudo notar que el día estaba nublado, era igual a lo que llamaría como un clima perfecto. Se dirigió al bote de basura e introdujo la bolsa en el. Escuchó a una persona hablando y volteó para ver de quién se trataba; era uno de los alumnos de Richwood, y hoy lo había visto cuando estaba en la Enfermería

— Tenía merecida esa cachetada — Decía Roberto entrando con Sol a la Enfermería, estaban agitados. No se percató de que estaba alguien en el rincón detrás de la puerta, ni ella tampoco por lo visto.

— Lo sé, ya me tienen harta — Sol estaba cansada de tener que lidiar con ese tipo de personas

— ¿Crees que ya no estén? No me gusta este lugar — El chico le tenía pánico a la Enfermería desde la última vez que lo inyectaron

— Salgamos — Dijo la chica abriendo la puerta

El chico era perfecto en todos los sentidos, ojos verdes, cabello largo negro y completamente liso. Su voz era hermosa. Parece que el chico que estaba inspeccionando con la mirada notó que lo estaba viendo porque se acercó a Ricardo. 

— No — Susurró por lo bajo Ricardo. Era muy tímido y no quería una conversación con alguien que no fuese Ivanna o Andreina

— ¿Hola? ¿Nos conocemos? — Roberto miró fijamente a Ricardo, con una hermosa sonrisa en su cara. — Ah, claro... e vi hoy en la salida, con dos chicas. Vas a mi escuela, Richwood — Se notaba algo de entusiasmo en su voz.

Ricardo asintió con su cabeza, y estaba mirando al suelo; dejando en claro lo tímido que era. — So..y nuevo ahí — Intentó hablar y no le salió muy bien. Estaba demasiado nervioso por la mirada tan fija de ese chico

— Me llamo Roberto — Le extendió su mano y Ricardo formó una sonrisa con sus labios, también, dándole la mano. — Yo soy Ri... — Unas gotas empezaron a caer desde el cielo y Ricardo dejó de hablar

— ¡Ri! Es un nombre muy original, ¿es de China? — Ricardo no entendía si el chico bromeaba, o si de verdad Ri era un nombre. — Ricardo, ese es mi nombre — Ricardo empezó a caminar adentro, dejando al chico ahí parado

— ¡Espera! — El chico lo siguió hasta la puerta de su casa. Cuando llegó en frente de Ricardo, empezó a mirar al suelo. — ¿Quieres jugar un rato más tarde? Ya sabes..., -rascó su cabeza-, como nuevos vecinos — No entendía si Roberto estaba nervioso, pero no tenía razón para actuar así

— ¿Vecinos? — Ricardo entrecerró los ojos algo confundido. — Si, vivo en frente. Pero nunca paso por la casa de los que están al lado, porque me caen mal. Así que decido pasar por este lado y luego atravesar — Roberto había hablado un poco rápido, pero se le había entendido. 

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