Al llegar a mi cuarto en búsqueda de los ahorros que mi padre había denominado “El mejor día del año”, no me emocionaba mucho la idea de la graduación, no porque no me agraden las fiestas, sino porque no soy lo más femenina del mundo. Mientras que todas las chicas seguramente desde hace varios meses tienen el vestido perfecto, yo prefería leer algún libro. Nunca he sido una chica común, soy muy clásica, amo el arte en toda su expresión, me causa pánico ver máscaras de pestañas y sombras de ojos porque definitivamente son artefactos extraños para mí.
Tomé rápidamente el dinero y volví al auto, y mientras manejaba pensé en las opciones de tiendas que conocía donde encontraría un vestido pero mi lista se reducía cada vez más. Por lo que opté por ir a las afueras de la ciudad, dónde encontré una pequeña tienda minimalista. En verdad me agradó la fachada y por eso la elegí. Estacione justo en frente y bajé del auto, con la esperanza de encontrar lo adecuado.
Al entrar a la tienda quedé anonadada con tantas telas y colores, mientras yo observaba atónita una agradable chica se acercó:
-Lindo, ¿cierto?- dijo mientras tomaba con su mano la tela –Un precioso color, como para ti- dijo con una sonrisita y tomando el vestido.
-¿Tú crees? En verdad estoy perdida con las cosas de la moda, y tan sólo en dos días es mi graduación- Dije mientras me sentía avergonzada.
Ella rio y tomó mi mano llevándome al probador –Te traeré más vestidos, encontraremos el perfecto ya lo verás- Me sonrió, de una manera tan cálida que me dio esperanzas.
Comencé por probarme mil vestidos, de todas formas y colores, con tirantes, tipo halter, cola de sirena, azul, rojo, negro. Hasta que llegó el indicado, Lilly la chica amable de la tienda se emocionó al verme, era un vestido hermoso en verdad. El vestido era Largo, color vino, con un hermoso tirante de un solo hombro con detalles en brillo plateado, escote de corazón, pegado sólo del corsé y a partir de la cintura era suelto y justo en la cintura tenía una bella figura con brillo plateado.
En ese momento me vi al espejo y me sentí bonita, el vestido resaltaba lo blanco de mi piel y mi largo cabello castaño. Lilly emocionada por mi aspecto comenzó a dar brinquitos y del aparador me trajo unas hermosas zapatillas de tacón, algo altas pero eran completamente brillantes lo cual me fascinó, emocionada me dirigí a pagar el vestido y los zapatos los cuales por lo que costaron me juré regresar ahí muy pronto.
Satisfecha con mi compra, emprendí mi camino regreso a casa recordé que Alex me llamaría por lo que saqué mi móvil. Sin embargo no había nada de él, así que decidí llamarlo pero no contestó y así fueron varias veces hasta que llegué a casa. Al entrar a casa me percaté que seguía sin haber nadie y por la hora que era ya comenzaba a preocuparme. Subí a mi habitación a dejar el vestido y un poco desilusionada decidí llamar por última vez a Alex, ésta vez contestó pero de una manera la cual no habría imaginado jamás…