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(Maratón 3/10)

Estaba empezando a sentir dolores, quizá mi hijo estaba por nacer y estoy peleando con su padre y hui con mi amante, no es un buen momento para nacer. ¿Pero quién puede detener eso?

El dolor era fuerte, trataba de no demostrarlo, callar y no darle importancia pero era imposible.

-¿Qué te pasa? -parecía estar preocupado

-creo que ya va a nacer -reprimí un grito

-¡¿Qué?! ¿Ahora? Oh no, no, no

-Maldición Harry ¿Cómo quieres que lo detenga? ¡Ya va a nacer!

-¿y qué rayos hago yo? Ni siquiera es mi hijo -ahora se veía nervioso

-llévame a un maldito hospital y si quieres puedes largarte después

No dijo nada más, solo aceleró y condujo en dirección a un hospital.

No iba a llamar a Zayn aunque tiene todo el derecho de saber que su hijo iba a nacer, llamé a mi mamá y le pedí a ella que lo llamara y le informara lo que estaba ocurriendo, me hizo un millón de preguntas que debía responder o me golpearía por medio del móvil.

A los minutos después de terminar la llamada con mi mamá, Zayn me llamó, no tenía más remedio que contestarle.

-¿Dónde estás y con quién?

-llegando al hospital y no te importa

-¿me estás engañando?

-¿Cómo crees? No soy como tú -colgué

Preferí colgar, iba a decirme muchas cosas, ya no iba a aguantar e iba a terminar diciendo toda la verdad, no era nada bueno.

Llegamos al hospital, Harry ni siquiera se bajó del auto para dejarme adentro, solo se detuvo a un lado para que bajara y caminara yo sola hacia adentro.

-que caballeroso, gracias

-¿Qué quieres? ¿Qué te acompañe allá y de repente llegue Zayn?

-bien, bien como sea -bajé del auto

-luego te llamo

Giré los ojos y caminé casi corriendo hacia adentro del hospital.

Todo fue muy rápido, dolores incontrolables, muchas palabras extrañas de los doctores, cansancio, dolor otra vez, dolor, dolor y luego un llanto, fuerte y hermosos.

Ya tenía a mi bebé en mis brazos, un niño precioso al que en seguida llamé Adam, siempre dije que le podría ese nombre a mi primer hijo si fuera niño y lo es.

Tomé su mano y le di un beso suave, cuando lo solté él puso su mano en sus labios.

Tenía miedo, quería llorar; sentía que iba a perderlo alguna vez, sentía que debía disfrutarlo, amarlo como nunca amé a nadie, no quería alejarme de él ni un segundo.

-yo prometo cuidarte siempre, primero eres tú antes de cualquier otra persona, eres lo más importante para mí. Te amo -lo apreté más a mí con cuidado y llené su rostro de besos

La puerta se abrió y entró Zayn enseguida. Quedando a mi lado brevemente, lo miré y sonreí. No me importaba nada ahora, solo quería estar bien y feliz con mi hijo junto a mí.

-¿están bien?

-perfectos -besé la frente de Adam

-¿estás feliz?

-como nunca -sonreí otra vez

Zayn estiró su mano y acarició el rostro y luego el brazo de Adam, trató de estirar los dedos de Adam pero lo que consiguió fue que su hijo agarrara su dedo y lo apretara. Se acercó y besó la mejilla de Adam.

Engaño PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora