Bienvenido al Campamento Mestizo.

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Un consejo, nunca, JAMÁS, montéis en una cuadriga griega voladora. Al cabo de un par de horas, con velocidad de pegaso loco (lo que hacían ver los lindos caballos, nótese la ironía) acabas con un dolor de todo el torso inferior de agárrate...

-¿Cómo vas, Remy? - me pregunta Percy con una sonrisa divertida.

-¿En serio? Estamos en un carro griego con alas, volando sobre... ¿Qué es eso? –pregunto asomando la cabeza por el carro.

-El Atlántico.

-Bien, ¡estamos en un carro griego con alas, volando sobre el Atlántico, ¿y me preguntas qué tal voy?! –digo rojo de ira-. Por no decir que me acabáis de arruinar el verano –añado y oigo que los tres sueltan una risotada-. ¿Qué es tan gracioso?

-Que eso dicen todos siempre –explica Grover dando golpes en la chapa del vehículo-. Ya verás, te encantará el Campamento. De momento tú relájate, llegaremos a Long Island en dos horas.

-Grover, di mejor en cinco minutos –oigo decir a la rubia antes de azuzar de nuevo a los bichos y noto que volvemos a aumentar el paso.

Durante unos minutos noto como mi estómago quiere salirse por mi boca mientras que yo, gritando cual psicópata, me agarro para no caerme al mar, pues el golpe no sería flojo precisamente. Al poco rato los caballos empiezan a decelerar y visualizo una isla, haciéndome suponer que es Long Island pero hay algo más... En la bahía hacia donde nos dirigimos hay un valle con estructuras bastante extrañas para estar cerca de New York. Al acercarnos un par de kilómetros veo que la mayor parte de las estructuras parecen llevar allí por siglos y, al aterrizar, veo un pabellón, una casa de madera pintada de azul, y, alrededor de una hoguera, unas treinta cabañas. Cuando estamos en tierra veo a cientos de chicos con edades muy variadas, desde niños de seis años hasta gente de veintipocos.

-Bueno, bienvenido al Campamento Mestizo –oigo decir a una voz acompañada de un sonido de cascos, lo que me hace subir la cabeza para mirar al hombre, que ríe por mi reacción-. Anda, levanta del suelo aunque bueno, es comprensible, nunca has visto un centauro.

"Si usted supiera..." –pienso rodando los ojos.

-¿Al final solo era este? Vimos dos señales –oigo preguntar a una voz que, extrañamente, me resulta familiar y me volteo a mirar a una chica con rasgos nativos americanos que está entre medias de un chico rubio y uno latino.

-Sí Piper, es solo este –responde Annabeth acercándose para abrazarla-. Bien, ¿a alguien le resulta familiar este chico? –pregunta a voz en grito la rubia, recibiendo negativas de todos los presentes.

-Acaba de llegar, de todas formas, sabemos que es por vía materna, Hera y Artemisa están descartadas, desde luego así que cerramos el círculo un poco más –comenta Percy guiñándome un ojo-. Tranquilo, te reclamarán.

Unos pocos segundos bastan para que la multitud se disperse hacía varias zonas del valle y me quede solo, con excepción de Percy, Annabeth, la chica llamada Piper y los chicos que la acompañaban antes.

-Bueeeno... –dice el rubio intentando romper el silencio-. ¿Le llevamos a que vea el vídeo? –pregunta, llevándose una colleja de Piper-. Auch! ¿A qué ha venido eso?

-A que no se puede ser más idiota, a nosotros no nos pusieron el vídeo, Jason, seguro que se quedará aún más alucinado por todo.

Ya en este punto he perdido el rumbo de la conversación y, como he hecho siempre que algo no me interesa, empiezo a andar con un escueto "me voy a ver esto". Al rato de empezar mi marcha oigo pasos y, cuando levanto la cabeza, veo a Piper a mi lado.

-Me da igual si no quieres hablar conmigo, pero te mostraré esto –dice guiándome hacia la mansión que hay en el centro del valle-. Esta es la Casa Grande, aquí viven el señor D, Quirón, el centauro que viste antes; y Argos –explica mientras veo la construcción y giro la cabeza al oír los últimos dos nombres.

-¿Quirón? Pero... ¿no le mató Hércules por accidente? –pregunto mirándola con ojos de chivo, haciendo que de un par de carcajadas.

-Quirón es inmortal, esto... ¿tu nombre es...?

-Remy, Remy Olivier.

-Bien, Remy, Quirón es inmortal, puede que Hércules le matara, pero volvió a la vida, así que no te preocupes, sigue vivito y trotando –responde y volvemos a caminar, esta vez hacia la zona de la hoguera-. Bien, estas son las cabañas, doce dioses principales, varones a la izquierda y mujeres a la derecha.

Me quedo mirando las cabañas, una es blanca con columnas del mismo color en la parte delantera, mientras otra es un poco más pequeña, pero con un pavo real en la fachada y llena de guirnaldas de flores, a la izquierda hay más cabañas con distintos aspectos, un cobertizo, un búnker, dorada brillante, parecida a una fragua y la última con el aspecto de lo que es una cabaña de campamento normal, con la pintura desgastada. En el lado de la izquierda tampoco se quedan cortas en cuanto a aspectos, un granero, una biblioteca, de color plateado, parecida a una boutique y con hojas de vid en las columnas.

-Como te dije, es una por dios o diosa, Zeus y Hera –empieza a decir Piper señalando las dos más grandes y, seguidamente, señala el lado de los hombres-. Poseidón, Ares, Apolo, Hefesto y Hermes –y ahora el lado de las mujeres-. Y Deméter, Atenea, Artemisa, Afrodita, y Dionisio.

-Espera –interrumpo al darme cuenta de algo-. ¿Atenea y Artemisa no eran vírgenes? –pregunto y ella asiente-. Entonces... ¿por qué tienen cabaña? Se supone que no pueden tener hijos... Y Hera es la diosa del matrimonio, tampoco puede tener hijos, ¿no?

-Es complicado en cuanto al caso de Atenea pero, en el caso de Hera y Artemisa, no, no pueden tener hijos –responde llevándome a la cabaña de la chapa gastada-. Bien, esta será tu cabaña hasta que te reclamen –me dice parada en la puerta y aparecen dos chicos muy parecidos entre si-. Travis, Connor, es Remy, el nuevo. Remy, ellos son los Stoll. Si podéis no jugarle ninguna broma seguro que no tengo ningún motivo en llamar a cierta persona, ¿me equivoco, Travis?

En ese momento veo como el más alto de los dos traga un poco de saliva.

-Bueno, podemos intentarlo –replica frunciendo los labios y vuelvo a notar lo mismo que con Lily y James durante todo el curso, corazones que parten desde Travis y que circulan hasta chocar en una chica cerca de una de las cabañas que está haciendo crecer (espera, ¡¿está haciendo crecer un árbol en el tejado?!).

-Bien, bienvenido a la cabaña de Hermes, chaval –añade el menor y le da un codazo a su hermano-. Despierta, Travis.

El nombrado no hace ningún caso y chasqueo los dedos delante de su cara, sin ninguna reacción.

-En fin, me voy, tengo que poner orden en mi cabaña –suelta Piper señalando la cabaña parecida a una boutique-. ¡Ah, Remy! -dice desde la distancia-. Bienvenido al Campamento Mestizo.





Magic heart, demigod's soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora