Pelis y mimos, muchos mimos.

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-¿Ya que no hacemos cena que te parece otro plan?-me preguntó Kian entrando a mi habitación con un puñado de pelis en una mano y un bol con palomitas en otro.

Me acomode sentándome como un indio en mi cama y le hice una señal para que pasara. Entró y cerró la puerta detrás de él, se acercó a lo que creo que era su cama y abrió una especie de armario para dar a ver una televisión.

-¿Y eso?

-Ven aquí, la veremos en mi cama.-me levanté y me acerqué a él insegura. Colocó una película y se sentó en su cama apoyado al cabezal para seguidamente palmear con la mano al lado de su cama para que yo me sentara.-¿Que te parece Titanic?

-Bien, supongo aunque ya la he visto.

Y la peli comenzó, me quedé mirando a Kian atentamente y ya no recuerdo mas porque me quedé dormida.

**********

Escuche una risa y noté al objeto al que estaba abrazada temblar.

-Hey, pequeña, lo siento, ¿te he despertado?-me fije y estaba abrazada a Kian, luego miré la tele y estaba viendo una película, creo que era "Infiltrados en la universidad". Me fui a quitar de su abrazo pero él me interrumpió.-Tranquila, puedes seguir así, no me importa.-le dediqué una tierna sonrisa y me acurruqué en su pecho.

Nos pasamos la película abrazados, él de vez en cuando me acariciaba con suavidad la espalda, poco a poco nos fuimos abrazando mas. Cambiamos de película y pusimos una de miedo "Anabelle" creo que era. Cada vez que pasaba una escena que me daba miedo me acurrucaba en su pecho y el besaba mi frente y me susurraba que todo iba a estar bien que él estaba conmigo y eso en parte me relajaba. Al rato acabó la peli y bajamos a la cocina a por algo para cenar, parecía que estábamos solos en casa y eso era extraño. Entramos a la cocina y yo me senté sobre la encimera para verlo preparar un par de sándwiches. Subimos a la habitación y nos sentamos en mi cama a comer con la condición de que no se manchara nada. Pasamos la cena entre risas y mimos hasta que habló otra vez de ese tema.

-Vamos a dormir, mañana a las ocho en pie para ir a clase.

-No quiero ir Kian, lo digo en serio.-le dije seria.

-Tienes que ir pequeña, yo estaré contigo en todo momento, ¿vale?-le había contado a Kian sobre mi fobia social, es un trastorno, en palabras claras, pánico a la gente nueva, por eso no quería entrar en un colegio nuevo, significa mucha gente nueva a la que conocer.

-No creo que pue...

-Hey-cogió mi mentón para elevarlo y poder mirarlo a los ojos-vamos a estar todos contigo, ¿si? Solo dejaré que se acerquen a ti las personas que vivan en esta casa y que sea necesario que las conozcas.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometemos todos.-escuché la voz de Shawn y me giré para verlo. En el orfanato cuando teníamos que conocer a mucha gente nueva siempre era él el que me acompañaba, me daba la mano y era como un escudo, me encantaba pero cuando se fue la fobia aumentó y ahora soy incapaz de mirar a un desconocido a los ojos y no sentirme desprotegida. Shawn entró y seguido de él entró Mike junto con Lox y Aaron, ellos y los demás del grupo del orfanato eran los únicos que sabían de mi fobia.

-Sabes que siempre estaremos ahí, ¿no?-me preguntó Aaron sentándose a mi lado.

-En todas las clases estarás con alguno de nosotros y con Kian en todas, así que no tienes de que preocuparte.

-Gracias chicos, sois los mejores.-dije enseñándoles una sonrisa verdadera y todos hicimos abrazo familiar.

-Bueno chicos hora de dormir.-exclamó Michael cuando nos separamos del abrazo.-Todos fuera, quiero dormir.-los echó.

-¿Quieres que duerma contigo?-me preguntó al oído cuando me abrazó para despedirse.

-No.-dije negando-Quiero que lo haga Kian.-por lo visto había estado oyendo la conversación porque cuando dije eso se formó en su cara una sonrisa mas grande que la del gato de Alicia en el país de las maravillas.

Todos se fueron a sus respectivas habitaciones menos Mike, Kian y yo que ya estábamos en la nuestra. Kian se quitó su sudadera y se acostó en mi cama con solo el pantalón de chándal. Lo miré sonriendo y el frunció el ceño confundido, cogí su sudadera y me la puse, me llegaba por la mitad de los muslos, me quedaba enorme. Él soltó una leve carcajada y abrió la colcha de un lado de la cama para darme paso y así hice. Me acosté dándole la espalda y el me abrazó por la cintura para seguidamente besar mi nunca y decirme:

-Buenas noches pequeña.-y pegarme mas a su cuerpo. Me giré para mirarlo, besé su mejilla y me acurruqué en su torso desnudo con él aun abrazándome por la cintura. Quedé dormida enseguida pero llegué a sentir un beso en la frente y un susurro de su parte.-Creo que me estoy enamorando de ti, pequeña Russett.




Viviendo con...¿21 chicos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora