CAPÍTULO 5 PARTE 3

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― Nada mal...― dijo ella y acortó la distancia―. Verás Alan, bailar una música más romántica es básicamente lo mismo...― él ya se había soltado más y sus movimientos eran mejores―. Bien, estás mejorando! Como te decía, bailar con una chica más romántico es igual...sólo que tienes que evitar moverte mucho y trata de moverte más lentamente. Cambio la canción a una muy romántica, tomó las manos de Alan nuevamente y manteniendo la distancia le indicó como debía ser el ritmo de sus movimientos. Después de casi una hora y media de bailar tomados de la mano y lentamente, Alan levantó la vista de sus pies y la miró.

― Hey, no es tan difícil.― dijo sonriendo―. Valeria estará feliz de mis avances.― ______ sonrió, aunque por dentro se moría del odio―. Estoy bailando música romántica con una chica.― rió

― Bien rompecorazones.― dijo ella con una sonrisa―. Pero esto que hacemos no es bailar romántico.

― ¿Ah, no?

― Pues no.― dijo ella y acortó un poco la distancia

― ¿Y cómo se baila romántico?― preguntó tratando de que su voz no denotara nervios.

― Umm...― dijo ella y de repente se pegó al cuerpo de Alan, paso sus delgados brazos por sus hombros y entrelazó sus dedos en la nuca del muchacho―. Así...― Alan estaba tan impresionado que casi no podía moverse―. Bien, al menos no me has pisado.― dijo ella susurrándole en el oído―. Pon tus manos en mis caderas...o si quieres un contacto más cercano rodea con tus brazos mi cintura.― Alan trató de captar el mensaje y sin darse cuenta, tenía sus manos tímidamente posadas en la cadera de la chica―. ¿Ves? No es tan difícil.― la música seguía sonando...―. Si quieres más contacto con tu chica...― ella se colgó prácticamente del cuello―. Rodea mi cintura con tus manos y apriétame hacia ti

― Yo...― tenía su nariz en el cabello de ______. Tenía un perfume a rosas que lo embobaba―. No sé...― y lo hizo

― Bien.― dijo ella continuando su charla a nivel de susurros en el oído del chico―. Eres un buen alumno Alan

― Tú eres una maestra estupenda!― ella sonrió sonrojada―. Hueles bien...― susurró.

― Hay algo muy íntimo que puedes hacer...― dijo ella respondiendo entrecortado...

― ¿Sí?

― Ajá...― suspiró―. Puedes bajar tu cabeza y...y... acariciar suavemente con tu nariz mi cuello...digo, el cuello de Valeria.

― No sé...― dijo―. Quizás deba ensayarlo...por las dudas

― Hazlo.― dijo en un suspiro. Alan bajó lentamente la cabeza y aspiró el perfume de su cuello ...y sin más comenzó a rozar suavemente con la punta de su nariz, la tibia piel del cuello de la chica―. No dejes de bailar...― suplicó, estaba perdida...Él le estaba haciendo sentir cosas que en su vida podía imaginar experimentar.

― ¿Crees que lo hago bien?― le susurró

― Perfecto.― dijo―. No te detengas...

― Quizás si le doy pequeños besos en el cuello...

― Sí...y más ayudará si le acaricias la espalda también

― ______...― dijo él algo colorado―. Son demasiadas cosas, o te beso, bailo o te acaricio la espalda...

― Haz una cosa a la vez...pero hazlo!― dijo y sonó impaciente. Alan sonrió y le dio un suave beso en el cuello...y su mano recorría la espalda de la chica explorándola. ______ estaba en el paraíso, pero cuando Alan atacó nuevamente su cuello con sus labios ella pareció salir del sueño y reaccionó―. Bueno...¿Qué hora es?― se separó bruscamente. Él respiró inconforme, pero se fijó la hora en su reloj.

― Son las diez y cuarenta.

― Bien...por hoy es suficiente.― de acomodó el cabello, él se pasó nervioso las manos por el pelo alborotando más

― Sí.― respiró profundamente―. ¡Vaya! Como pasa el tiempo cuando te diviertes

― Alan, no es diversión es trabajo

― Sí...bueno...es verdad― dijo algo apenado―. Pero la he pasado bien― la miró―. ¿Cuándo será la próxima clase?

― Bien...pensé que lo del baile me llevaría más tiempo...pero le tomaste rápido la mano...por lo que si nos vemos día por medio...quizás...

― Dijiste todos los días!― exclamó algo desesperado―. Está bien que mañana no bailemos, pero necesito que mañana me ayudes...quiero escribirle una carta a Valeria.― ella tomó su abrigo con rabia, Alan no lo notó―. ¿Qué dices?

― ¿Tengo otra opción?― él negó sonriente―. Está bien pero mañana no es necesario que nos veamos aquí...

― ¿Por qué no?

Aprendiendo a ser romántico ➸ Alan Navarro | CD9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora