35

328 18 0
                                    

Capítulo XXXIV

No sabía que parte de todo esto, dolía más. Tal vez cuando encontré la caja de pizza vacía en la cocina, era la pizza que solíamos comer todos los viernes por las noche. Siempre. Hace una semana que no lo hacíamos. Y ella ya tenía a alguien nuevo con quien compartirla.

Yo había mentido. Stephie estaba en la ciudad. Ella me había ofrecido entrar a su casa, sus palabras fueron "Mis padres están de viaje, ¿no quieres entrar?" Le respondí simplemente con un "Estoy cansado. Tal vez después". Y regresé al departamento. Me mataba la idea de que Tini esté en cualquier lugar con la diminuta falda que llevaba puesta, falda que dejaba al descubierto sus largas y hermosas piernas.

El estúpido con acento británico se la había llevado. Tenía ganas de darle un buen golpe en su estúpido rostro. La forma en la que la miraba... me enfermaba.
Necesitaba dejar de pensar en Tini.

Eran las cuatro de la mañana, y la idea de que ella no haya regresado aun a casa me enfermaba aun más. No podía cerrar los ojos ni por un segundo.

Risas se escucharon desde la sala, me levanté de la cama rápidamente y abrí la puerta de mi habitación.

-Estas demente. -Tini se rio escandalosamente. -Hasta ahora no puedo creer que de verdad era gay.

Diego tenía sus manos puestas en sus caderas, y me
costo mucho-demasiado, no lanzarme sobre él.

-Te lo dije. -dijo rozando sus labios en el cuello de ella.
- ¿Tini?

Martina se percató de mi presencia y sonrió de oreja a oreja. Se aparto un poco de Diego y se acerco a mi.

-Oh Jorge, ¿no te deje dormir? Olvidé decirte que fuimos a un club a las afueras de la ciudad. Nos divertimos mucho, ¿no es verdad Diego?

Ambos estaban ebrios. Era la primera vez que la veía ebria y su risa cada vez se hacia mas alta con el tiempo que pasaba.

-Te he extrañado tanto estas semanas Jorge, pero estabas ocupado...con Stephie. -un tono de amargura apareció en su voz cuando mencionó su nombre.
-Has tenido suficiente de alcohol.-la sostuve en mis brazos evitando que se caiga al suelo.-Puedes irte.-dije mirando a Diego.
-¿Estas bromeando? El no ha llamado al programa de intercambio. No tiene a donde ir, va a dormir en mi cama.-Tini se rio moviendo sus piernas al mismo tiempo.
-El no se va a quedar aquí, Martina.
-Puedo dormir en el mueble. No tengo otro lugar a donde ir, y creo que este departamento es de ambos, ¿Verdad?
-Puedes quedarte en el sofa, te veo acercarte a su habitacion y no vives para contarlo.
-Promesa de Boy Scout-levanto dos dedos en el aire.

Tini se había quedado dormida en mis brazos, su rostro descansaba tranquilamente contra mi pecho. La llevé hasta su habitacion y la rescoté en su cama. Me encargé de cubrirla con su cubrecama, abrigandola. Al instante se encongió contra la cama.

-Te amo, Jorge.-dijo en casi un susurro.

{Martina}

La cabeza me daba vueltas, y realmente me arrepenti de haber tomado la noche anterior. ¿Cómo las personas tomaban sabiendo que al dia siguiente se sentirian como una mierda? Si yo lo hubiera sabido nunca hubiera bebido demasiado. Me levanté de la cama.

Mal error.

El mareo empeoro y mi estomago se revolvio, corri hacia el baño y lo arroge todo contra el inodoro. Esto era mierda. Me lave los dientes, y até el cabello en una cola alta. Juro por mi vida entera que nunca volveria a emborracharme en toda mi vida.

Desearia ser de esas personas que al dia siguiente no se acuerdan de nada de lo que han hecho. Yo sabía todo lo que había hecho. Primero, me había besado con Diego en el club, o como oir decir al barman, había tenido sexo con ropa. Segundo recuerdo, que era mucho más borroso pero estaba segura de que habia pasado, le había dicho a Jorge que lo amaba. Borracha o no, se lo había dicho.

¿Cómo lo voy a poder ver a los ojos? O, ¿Por qué mierda se lo dije? Demonios. Demonios. Demonios. No tenía idea de que hora era, pero estaba segura de que era tarde. Salí de mi habitación y un olor a pizza me invadió.

Jorge y Stephie estaban viendo una pelicula en la sala, Stephie estaba sobre las piernas de Jorge ambos comiendo pizza que había salido de la enorme caja que estaba en el centro de mesa.

-Despertaste, Jorge dijo que alguien se tiro su bomba anoche. Espero que te hayas divertido.-Stephie me sonrio de oreja a oreja.
-Ah...eh...sí.

Fue lo unico que pude decir.

-¿Y Diego?-pregunté buscandolo con la mirada.
-Esta en el baño, como hace media hora.
-Iré a ver si esta bien.-caminé hacia el baño principal, cuando llegué toque la puerta dos veces.
-¿Sigues vivo?-dije y la puerta se abrio.
-Sí, ¿y tu?

Sorprendentemente, el no parecia que habia tomado la noche anterior. Su rostro estab fresco y se veia muy "saludable".

-Voy a sobrevivir.
-Me alegro, porque me divertí mucho anoche.
-Yo también.-dije con una sonrisa tímida.

Diego parecía estar pensando algo que iba a decir, aproveche la oportunidad para cambiar de tema.

-¿Quieres comer pizza? Deben de tener algo.
-Claro.

Caminamos juntos hasta la sala, desafortunadamente Jorge y Stephie estaban besandose. Diego se aclaró la garganta, haciendo que Jorge y Stephie se alejaran.

-¿Nos podrian invitar algo de pizza?-pregunté.
-Es suya.-dijo Stephie volviendo a los labios de Justin.

Tome la caja de pizza y la llevé hasta mi habitación, Diego me siguio.

Red De Mentiras →JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora