Sandy

76 5 0
                                    

Mi nombre es sandra comenzamos con mi historia, esperó les guste;
soy una mujer que aparento ser fría
pero la verdad ningún hombre me ha sabido valorar, tengo 2 hijas de un matrimonio fallido, soy una exitosa asesora comercial del banco más prestigioso de este país, varias veces me han querido ascender a gerente de la sucursal de mi ciudad pero la verdad aún no me siento apta para ocupar ese puesto, no me gusta estar atada a ningún hombre, prefiero vivir así, ya que eso sucede cuando sales de un matrimonio largo, pero muy tormentoso, mi carácter es fuerte cuando quiero algo voy tras de eso sin importar las consecuencias, mido 1.75 mts, soy morena, de cabello largo color castaño, mi ojos son grandes color negro pero bueno aquí vamos.

Todo comenzó cuando estaba en mi casa donde me llegó una citación al juzgado por tener problemas con una vecina que vivía metiéndose conmigo hasta un día que no aguante y terminamos a los golpes, no sabía que hacer ese día acudí donde un amigo que es abogado, pero sólo me dijo te puedo recomendar a alguien, porque mi rama son los bienes y raíces
con cierta desconfianza acepte, me dijo estas bien recomendada es una de las mejores abogada del país, además de exterior, donde también ejerce ya que es especializada en derecho internacional, le dije me va a salir caro, pero aun así decidí acudir con ella para ver en que me podía ayudar o siquiera aconsejar en esto.

Fue un viernes cuando decidí ir a su bufete, pero mi carro me sacó la mano una llanta se le explotó, nadie se bajaba ayudarme, no sabía que hacer hasta que una camioneta de esas que por más que trabaje durante diez años no tendré, de ella descendió una mujer no más de 30 años muy femenina con un traje de sastre negro, cabello largo, color castaño igual que el mio, ojos color café un poco pequeños, me dijo te puedo ayudar en algo, le dije se me explotó una llanta, pero con ese traje no creó que me puedas ayudar, ella sólo se quito su sacó guardó sus cosas, de la parte de atrás de su camioneta saco un objeto rojo que me dijo se llama gato y una cruceta, procedió a poner el gato, poco a poco fue alzando el carro hasta quedar a una altura considerable, después opto por la cruceta la puso en la llanta, fue aflojando los tornillos de la llanta hasta que la llanta quedó suelta, solo la quitó, hizo el cambio procedió hacer el mismo procedimiento, bajo el carro con el gato y wuala mi carro estaba nuevamente listo para seguir, le di las gracias a lo que ella contestó el placer es mio, cuando me dispuse a irme con tal mala suerte que cuando prendía el carro sin gasolina, la misma muchacha hizo una llamada que resultó en menos de unos treinta minutos llegara un muchacho en una moto vestido de mensajero y le echó gasolina a mi auto.

Sandy Y RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora