Quería hacerlo.
Tenía fe en mí, creía en mi, tenía esperanza, ilusión de volver a subir.
Estaba dispuesta a todo, a darlo todo.
Si tan solo no hubiera caído, si tan solo me hubiera apretado.
Recuerdo ese momento, ver a todos al rededor de mi , pero nadie optaba por ayudarme.
Simplemente observaban.
Esperaba que pasaran dos semanas con ansiedad para regresar a entrenar, es lo que amo hacer, mi pasión.
Todos me decían, "no podrás" "no vas a subir, entiéndelo." "eres inútil".
Quería demostrarles lo contrario, quería que la gente supiera que yo podía y que no me iba a rendir nunca.
El miedo se había ido, estaba tan motivada que no me importaba mi lesión, no me importaba nada, solo quería subir.
No lo logre. Volví a caer.
Finalmente comprendí que las personas tenían razón, era inútil. Sabía que no volvería a subir.
Soy deportista.
y pensé que era invencible.
Ahora se que no.
Realmente no importa si lo llamas casualidad, mala suerte, mi destino.
la diferencia entre todo y nada se reduce a un montón de preguntas preguntas y preguntas.