Me despojo de mis guantes negros, y veo como están cubiertos por los escombros de la tierra; al sentir el aire correr por mis manos, muevo mis dedos en sincronía y suspiro, odiaba estar con esas tela oscuras en mis extremidades, pero según Zoe era por mi bienestar—y conociéndole, especialmente su carácter— y no podría discutir contra ella, simplemente perdía en el intento.
La brisa recae en mis cabellos que los despeina con suavidad, escucho la voz de mi madre provenir de la naturaleza y su mano acariciar mis pómulos con cariño. Cierro los ojos al sentir sus pisadas y como toma asiento junto a mí, las olas rebotan contras las piedras en las que estoy sentado.
—Hijo mío, hijo del fuego y de las agua. ¿A qué has venido?- sus palabras son firmes y eso hace que me ponga más nervioso de lo que ya estaba.
Abro mis ojos, y veo la silueta de mi madre. Ella sonríe y me abraza, pero dura poco, ya que, chilla de dolor y me separo inmediatamente.
—Tendré que acostumbrarme a esto- ríe con diversión y ruedo los ojos.
Mi madre es Aquaria, madre del agua en general; sus ojos azules resaltan en todo su rostro y sus cuerpo, bueno su cuerpo está basado en agua pura y a raíz de eso se me es imposible abrazarla sin que nada ocurrida, o ella gemía de dolor porque mi cuerpo brotaba humo o yo botaba humo de la zona en la que mi anatomía este apegada a la de ella, y era difícil poder demostrarle mi cariño, pero sé que aquellas circunstancias valían la pena.
—Madre, te traigo malas noticias,- digo mirando el océano, observando los peces saltar sobre las aguas- mi padre ha sufrido un accidente en las catacumbas de Georgia, mi tío Tony me ha informado que se encuentra en un mal estado y que podría quedar sin vida si no llega acá con tiempo- sus ojos azules caen en un tristeza, que el mar se convierte en un azul oscuro y noto como las nubes grisáceas se amontonan en el cielo.
—Tendré que nadar hasta Georgia- se para de la gran piedra, pero tomo su brazo, o bueno el que está hecho de agua.
La suelto con rapidez y cierro los ojos al sentir el fuego quemar en mi ser.
—M-Madre no puedes, Trina está en Georgia esperando a que vallas, no lo hagas- suplico con los ojos cristalizados, no quería perder a mi madre.
—Ruben, hijo mío- toma mi rostro y siento la piel arder, pero no me importó- Tu padre está en peligro, y tendré que lidiar con Trina y lo haré, porque quiero ver a la familia unida. Hijo, si no llego a salvarme ¿recuerdas el muchacho del que te contaba todas las noches? Él te ayudará en todo lo que necesites si gritas 'Terra' y cuídate, por favor- nombra a 'Terra' y eso hace que mi corazón de una vuelta, y siento las lágrimas caer como cascadas, no quería perder a mi madre- Te Amo pequeño, y si no regreso recuérdalo siempre- besa mi mejilla y un humo brota entre los dos.
Una marca roja yace en mi pómulo, y mi mano viaja hasta ella sobándola con delicadeza.
—¡Buena suerte, Aquaria!- exclamo al verla desaparecer de las piedras.
Días después una carta con un listón rojo llega a las afueras de nuestra casa, mi tío Toni la toma con una mueca de tristeza al saber que está escrito—él tiene el poder de leer la mente, de leer objetos que están a mano sin abrirlos—y siento la voz de mi madre junto a la de mi padre murmurar en mi oído 'Luchamos para salvar Georgia, lo logramos y vencimos a Trina. Recuerda que te amamos, hijo nuestro' y caigo de rodillas al suelo.
—¡Ellos no debieron morir!- levanto el rostro sintiendo las llamas correr por mi ropa y mi vista volverse borrosa por las lágrimas.
—R-Ruben, sobrino mío, ellos salvaron Georgia y lucharon con Trina, deberías alegrarte de saber que mucha gente ha sobrevivido a la guerra- trata de acercarse, pero alzo la mano deteniendo su paso.
