Hoy era el día, lo había decidido, todo estaba perfectamente calculado y medido.
Me encontraba en mi habitación sentada en mi cama ansiosa.
Mi mente divagaba en millones de preguntas que tal vez no serían contestadas.
Mi madre se encontraba abajo tomando su desayuno y yo esperaba que lo terminara. Ella trabajaba los sábados, lo que quería decir que tenía todo el día sola en mi casa... Un tiempo más que suficiente.-¡Hija ya me voy!
Escuche su voz desde la planta baja.-Bueno mamá. Adiós.
Se me hizo un nudo en la garganta, ¿de verdad estaba por hacer esto? No debía pensarlo ahora, mi mente me obligaba a no pensarlo, había planeado todo tan bien que ni siquiera me permitiría arruinarlo.
Escuche la puerta de entrada diciéndome que mi mamá ya se había retirado. Agarré mi libreta y saqué una lapicera, la carta, la última carta.
«Mamá:
Siempre fuiste mi apoyo, mi mejor amiga y probablemente mi más grande amor.
Mamá, sí estas leyendo esto, y ya es muy tarde para darte un abrazo quiero que sepas que lo siento, que nunca quise lastimarte, y que nada de esto es tú culpa de ninguna forma.
No podía seguir aguantando el colegio y a tanta gente feliz.Mamá siempre te voy a amar.
Pd:El mejor día de mi vida fue cuando estaba nevando y en el jardín tuvimos una guerra de nieve e hicimos un muñeco.Lila»
Mis ojos se aguaron un poco al escribir eso, de verdad iba a extrañar a mi mamá tal vez fue la única razón por la que llegué a los 17. Fue a la única persona que le escribí, ya que me parecía que era la única persona a la que le debía dar explicaciones.
Pensé que debía darme un último placer antes de morir así que, puse mi música lo más fuerte que pude.
Se estaba reproduciendo knee socks de Artic Monkeys y yo bailaba en mi cuarto. Vi mi reloj y eran las 9:40 así que pensé que debía ver mi película favorita antes de morir, pero en vez de eso, vi tres capítulos de American Horror Story, mi serie favorita. Estaba viendo la 1era temporada sólo por el romance de Violet y Tate. Siempre había soñado con un Tate... Aunque fuera un homicida loco.
Al terminar eran las 11 de la mañana y ya había echo todo lo que quería. Tal vez ya era hora... Ya no podía volver atrás.
Tomé la navaja de mi cajón y decidí en mi cabeza.
Mentalmente me imaginaba lo que iba a suceder, como se iba a desvanecer todo lentamente, como iba a pasar a ser el pasado. Me imaginaba la reacción de todos.
Me encerré en el baño y me senté al lado de la bañera con mis piernas en forma de indio. Mi pelo castaño caía al lado de mi rostro, rosando mi cara. Respiré profundamente y me relaje, aunque no fuera la primera vez que iba a hacer esto, sí sería la última.Acerque la navaja a mi muñeca.
-Que forma tan idiota de suicidarse.
Solté un grito agudo y vi detrás mío. Había un chico de unos aproximados 18 años en la bañar sentado detrás de mi. Me incorpore de un salto.-¡¿Pero quién rayos eres?! ¡¿Que haces en mi casa?!
Está vez él se paro igual que yo y extendió su mano.-Soy Kian tú ángel guardián.
Lo dijo tan serio que casi lo creo pero luego asomo una media sonrisa.-Vete de mi casa o llamare a la policía. ¡Ahora!
Esto sólo le produjo una carcajada.-La policía no es un problema para mi.
Mis manos transpiraban nerviosas.-¿Que quieres?
-Estoy aquí para ayudarte a seguir viviendo.
Está vez yo reí.-¿Quieres obligarme a vivir?
Él suspiro.-Mira, tú puedes hacer lo que tú quieras yo sólo tengo que mostrarte tú vida desde otros aspectos para tú decidas lo correcto, luego haces lo que tú quieras.
Hablaba firme, casi morbosamente.-No quiero tú ayuda, está es una muy mala broma.
Me cruce de brazos y abrí la puerta.-¿Quieres que te pruebe que de verdad soy un ángel cierto?
El me saco la navaja de la mano.-¿Que haces?
Me miro con una mirada macabra.
La apretó contra su piel con tanta fuerza que sus dedos estaban blancos, luego la deslizo por su muñeca y comenzó a salir un líquido espeso de color negro.-¿¡Estas loco!? ¿¡Que haces!?
El tomo mi brazo y me giro.-Mira.
Y eso hice mire como su muñeca se curo en segundos.-Dios.
Murmure.-Ahora que tengo tú completa atención- Dijo mientras habría el agua de la bañera y limpiaba las manchas de el líquido negro-Deberías saber que se todo de ti y que voy a ayudarte a tomar una decisión.
Yo me tomé la cabeza y suspire.
-¿Sabes todo de mi?
Dije desafiandolo.-Bueno, normalmente un ángel guardián se apega a su misión cuando nacen, pero tú ángel guardián ahora está en el infierno, ya que no era bueno y yo soy nuevo.
Dijo mientras se secaba las manos con una toalla.-Soy Lila.
Contesté sin pensarlo.-Lo se- Dijo con una sonrisa blanca y brillante- tienes 17 años, eres nueva aquí en Mayer vives con tú mamá y Cameron blacker te rompió el corazón recientemente, sin mencionar que fue tú primer beso y querías que fuera tú primera vez.
Me quedé en blanco y con la boca por los suelos. ¿Como es que sabía eso?
-¿Puedes leer la mente?
El se río como sí hubiera contado un chiste.-No, pero se leer a las personas y también lo decía en mi informe.
-Correcto.
Salí del baño y me senté en mi cama.-Se que debes tener millones de preguntas, pero las contestare con el tiempo.
Se sentó a mi lado.Su cabello era negro igual que sus ojos. Su piel se veía perfecta y suave.
Me sostuve la cabeza y suspire.
-¿Esto le ocurre a todas las personas que se quieren suicidar o sólo a mi?
Mire su rostro y me sonrió un poco.-No, eres una pequeña excepción.
-¿Que debo hacer?
Su sonrisa se hizo aún más amplia mostrando una belleza sureal.-Confiar en mi.
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El Ángel Guardián De Una Suicida.
Lãng mạn¿Que pasaría sí estas entre la lucha de morir o vivir y un ángel viene a tú rescate? Al llegar Lila no cree que eso sea más que una broma pesada pero al ver cosas que claramente no podían hacer los humanos comienza a creerles. ¿El ángel guardián la...