Tarde de películas

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Harry estaba detás mio con una gran sonrisa en su rostro, se acercó a nuestra mesa y se sentó a mi lado.

Miró a Alison y le sonrió.- Un gusto, soy Harry.- ella le sonrió y pronunció un inaudible Alison. Si que era timida esta chica. Dentro de unos meses ya no será asi. Al menos no si se junta conmigo.

-Recuerdame jamás meterme contigo chica ruda.- dijo mirándome y largué una gran carcajada. Miré detrás del hombro de Harry. Matt y Dylan me miraban con el seño fruncido. Raritos.

-No querrás que te de una paliza.- dije haciendo una pose rara y él y Alison rieron.

-¿Hablas de rajuñarme y arrancar mi precioso cabello, niña?.- dijo. Yo lo miré con cara de "Oh no lo dijiste" y él no hizo nada.- oh vamos Tif, ¿me vas a decir que me golpearas con tus brazitos de fideo y tus manitos de muñecas? Por favor.- ok, tenía razon. No tenia fuerza. Pero era muy buena hiriendo verbalmente. Aunque eso no me ayudaria con él.

Asentí dándole la razón y él negó divertido con la cabeza.- Hey, me tengo que ir. Recuerda, a las tres en tu casa.- dijo levantándose.- Nos vemos Tif. Un gusto Alison.- dijo mirándonos y le sonreímos.

La última hora pasó realmente aburrida. ¿Por que todavia no me tocaba una clase buena?

Me encontré con Alison en el estacionamento y subimos a su auto para ir hacia el Barrio Warmwood, donde estaban nuestras casas. Dylan no habia venido con nosotras porque se habia quedado para probarse en el equipo de futbol americano.

Estaba segura de que lo aceptarían. En Texas, él era el capitan del equipo. Además, se llevaría genial con los del equipo, son todos iguales: Playboys. Y la verdad que aunque Dylan no parecía ser ese tipo de chico, si lo era. Se había acostado con casi todo el instituto de Texas, y hasta una vez se acostó con una mujer de unos 35 años. Asqueroso, pero cierto.

Entramos al barrio privado y Alison me dejó en mi casa, nos despedimos y ella se fue. Entré a la mansion y saludé a Mary, le pedí que me prepare un licuado de banana. Subí a mi habitacion saltando los escalones de dos en dos y me tiré en mi cama. Estuve mirando el techo por un largo rato hasta que llegó Mary con mi licuado. Lo tomé mientras miraba mi celular, no tenía ningun mensaje, y tampoco ninguna llamada, asi que solo lo apagué y lo puse en mi bolsillo mientras abría la puerta de mi habitación. La cerré detrás de mi y sentí la puerta de la entrada cerrarse al mismo tiempo. Seguro Dylan había llegado.

Llegué a la cocina y ahi estaba él haciéndose un sandwich.

Le di un beso en su mejilla y me senté en la barra.- Hey, ¿Todo bien con el equipo?

-Me aceptaron.- dijo sonriéndome.- aunque era obvio.- dijo desinteresado y yo rodé los ojos. Egocentrico.- ¿Quieres un sandwich?.- preguntó abriendo la nevera para sacar la mayonesa.

-Claro, te espero en el living.- dije saliendo de la cocina.- ¿Vemos una pelicula?.- grité revisando las que habia en una caja.

-¡Solo no pongas películas románticas que te hacen llorar!.- dijo y bufé. Si que me conocia. Ya tenia en mis manos la pelicula Now Is Good. La volví a poner en la caja y mis ojos se abrieron de par en par. Pegué un gritito de la emoción y justo Dylan apareció con cuatro sandwiches.- ¿Que te ocurre?

-¡Tiene todas las películas de Harry Potter! ¡Te amo tía K!.- Grité mirando hacia el techo. Dylan me miró raro para luego sentarse en el gran sillón blanco.

-Solo pon la primera y ya deja de gritar, niña histérica.- me dijo y yo le saqué la lengua.

Puse la película y me senté a su lado en el sillón. Nos comimos todos los sandwiches y a la mitad de la tercer película me dormí.

Cuando desperté estaba sola en el sillón. Cuando quise levantarme solté un pequeño quejido. Me dolía el cuello.

Dylan apareció por las escaleras. Estaba sin camisa y traía un pantalón holgado gris. Nos sonreimos y el siguio su camino a la cocina, mientras que yo subí a mi habitación a ponerme algo más cómodo. Miré la hora en el reloj que colgaba de mi pared y abrí los ojos, eran las ocho y media de la tarde.

¡Harry!

Saqué el celular de mi bolsillo para ver si habia llamado y luego recordé que lo habia apagado. ¡Mieda! Lo prendí y tenía dos mensajes. El primero era de Alison

Estaré en tu casa a las nueve. Llevo helado, y nutella- reí- Nos vemos chica rosa.

Le contesté un Te espero chica nutella

El segundo mensaje era de Harry, lo abrí rápidamente y cuando lo terminé de leer solté un suspiro de alivio.

Chica ruda, no puedo ir a tu casa hoy, tengo que cuidar a mi hermanito. ¿Mañana a la misma hora?

Le contesté.

Claro, nos vemos mañana.

Tiré el celular a mi cama y me dirigí a mi armario. Saqué mi short de algodón gris que era bastante corto, pero porque era un pijama. Y luego tomé una remera de Dylan que la verdad no tengo idea de donde habia salido. Era de color gris con el número 1 detrás.

Me hice un moño desordenado en mi cabello y me senté en la cama. Escuché el timbre de la casa, entonces tomé mis pantuflas y me las puse para poder bajar, seguro era Alison.

Dylan

El timbre resono por toda la casa, asi que salté del sillón y fui hacia la puerta. Seguro era Matt, le había dicho que venga a las nueve, asi recuperbamos el tiempo perdido.

Abrí la puerta y no me encontré con Matt, sino con Alison. Me quedé mirándola sin decir nada y ella bajó la mirada, se había puesto nerviosa. Sonreí para mis adentros y hablé.

-Hola Ali, pasa. Tiffany está en su habitación.- le dije y levantó la mirada para sonreirme. La miré a los ojos y.. wow, es realmente hermosa.

La primera vez que la vi después de tantos años, no pude creer que fuera ella. Me gustaba cuando eramos niños, eso lo recuerdo. Y la verdad ahora me parecía bastante linda, aunque no se si aún me gusta.

-Gracias Dyl, permiso.- dijo entrando para subir las escaleras. Llevaba puesto un short que dejaba ver sus largas y bronceadas piernas.

-Lindas piernas, preciosa.- dije, ella me miró y yo le guiñé el ojo. Sonrió nerviosa y subió las escaleras rapidisimo.

-¿Alison? ¿Enserio hermano?.- Escuché a mis espaldas. Oh oh.





Los Amigos No Se BesanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora