52. Válida espera.

110 14 6
                                    

A orillas de la carretera, miré a mi alrededor. Todo estaba empacado y en su lugar, nada que fuera de Zayn se quedaba en ese lugar. Excepto los recuerdos de una noche perfecta.

La mañana había sido relativamente tranquila, desperté al lado de cierto moreno que soltaba pequeños ronquidos, lo que me sacó la primera sonrisa del día. Aprovechamos nuestros momentos libres para darnos un chapuzón en el lago.


Dato interesante, Zayn superó su miedo a morir ahogado.

La verdad no puedo contar con exactitud cada detalle, o cada carcajada. Cada suspiro o alguna conversación, a veces existen momentos que sólo deberían guardarse en la memoria.


-¿Bonnie?


Me sobresalté y miré sus ojos, cuya iris estaba un poco más expandida de lo usual.


-¿Sí?

-Ya casi nos vamos y aún no me das mi respuesta. La razón por la que hice todo esto. -soltó sin inmutarse.


Y tenía razón.

Pero no le había respondido, no porque no haya querido, sino porque en todo el tiempo que pasé junto a él, sólo quise disfrutarlo. Quizás por temor a que fuese un simple sueño, o por miedo a que de un momento a otro, la impredecible vida lo hiciese cambiar.


-Es que no puedo perdonarte.

-¡¿Por qué?!

-Porque me he dado cuenta de que no hay nada que perdonar -dije, completamente en pausa y aunque no lo miraba, pude ver de reojo como una pequeña sonrisa se le escapaba- Es decir, todos cometemos errores, Zayn. Puede que me arrepienta de esto más tarde, o mañana, pero no me importa. Ya me cansé de sufrir por ti, de pensar cada noche en el por qué estamos separados -suspiré-. No me importa que los demás piensen que soy una estúpida por perdonar algo así, pero, ¿sabes? A veces la vida es tan, tan, pero tan corta, que no debería de haber tiempo para rencores, sólo para querernos. 


No sé cuántos segundos pasaron exactamente para que una sincera sonrisa hiciera presencia en el rostro del chico en frente de mí. Ni tampoco deduje el tiempo en que tardó en abalanzarse hacia mí y reconfortarme en un abrazo.

Llevó su mano izquierda a la altura de mi mejilla, mientras la acariciaba con suma delicadeza. Cerré los ojos al mismo tiempo en que sentía una suave brisa acomodar mi oscuro cabello. Era nuestro momento.


-Mi querida Bonnie, no sabes cuánto esperé esto.


* * *


Luego de unos segundos recostados sobre el pasto, compartiendo caricias y besos. Era hora de empacar, según Zayn, Eleanor y Louis no tardarían en llegar.


-¿Cuánto crees que se tarden?


Acto seguido, el chico miró su reloj y arqueó una ceja. Después me miró.


-No lo sé, amor. Sólo me dijeron que venían al mediodía. -dijo como si nada.


Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora