Cap.13

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La alarma suena haciendo que la estampe contra la pared con todo mi amor. No me puedo creer que vaya a pisar un instituto otra vez. Me arrastro de la cama al suelo y repto por este hasta el baño. Me levanto y me miro en el espejo. ¡Oh, por dios! Parezco un zombie de chocolate. Pongo los ojos en blanco al acordarme de la broma que me hicieron los gemelos. Me quito el pijama y me meto en la ducha. Después de diez minutos salgo de esta y me enrollo una toalla al cuerpo y otra al pelo. Mierda, me he olvidado de sacar la ropa. Suspiro estresada y salgo del baño, para dirigirme a mi habitación a toda prisa. Abro el armario, y miro a ver que leches me pongo yo. Opto por coger unos pantalones pitillo blanco y un jersey fino rosa, junto con mis preciadas vans. Cuando estoy apunto de quitarme la toalla la puerta se abre de golpe. Suelto un chillido y aprieto la toalla contra mi cuerpo. Jesus me repasa con la mirada mientras sonríe divertido.

— Te ves bien Sanders - se pasa la lengua por los labios.

Le miro enfadada, demasiado.

— Vete de mi habitación ahora mismo Jesus - digo señalándole la puerta - si no quieres que te saque a patadas, y no te gustara nada, te lo aseguro.

Levanta las manos y pone cara de niño bueno.

— Tranquila, no hace falta recurrir a l violencia, solo venia a decirte que bajaras que el desayuno estaba puesto en la mesa ya.

— Pues podría haber subido mi rubio - digo fastidiada.

— Pues mura por donde ha venido tu moreno.

Ruedo los ojos.

— No eres nada mio Jesus - me doy la vuelta y me siento en la cama - así que por favor, no te lo vuelvo a decir sal Dr la habitación.

Me mira sin expresión alguna, aunque se que le ha dolido. Asiente y se va. Suspiro mientras apoyo la cabeza en la pared. Va a ser mas difícil de lo que creía. Me visto y me arreglo el pelo. No tardo mas de cinco minutos en hacer las dos cosas. Cuando estoy lista, cojo mi mochila y el móvil. Bajo las escaleras corriendo y me meto en la cocina donde están todos terminando de desayunar.

--- Buenos días - dicen al unísono.

— Buenos dias.

Mi mirada se desvía a Jesús y mira sus cereales con el ceño fruncido. Alba me mira con expresión interrogatorio, y le hago un gesto de que se lo explico luego.

— Bueno, contarnos como es ese instituto - dice Shane.

Los gemelos se encogen de hombros.

— Lo típico, los populares se juntan con los populares y los demás solo se dedican a admirarnos - Dani se encoje de hombros.

Pongo los ojos en blanco.

— Ah y se ve mal que los demás les hablen a los populares sin su consentimiento - finaliza Jesús .

Suelto una agria carcajada. ¿Pero que se creen? ¿Dioses? Termino mi desayuno lo meto en la pila y cojo mi móvil.

— Os espero a fuera - digo saliendo por la puerta, pero acabo retrocediendo y le doy a Calum un besito en la mejilla - hola rubio mio.

El me lo devuelve y salgo de allí no sin antes ver la cara que tiene Jesús. Al verla sonrío,  creo que esa estúpida norma va a cambiar dentro de muy poco.

***

No hemos salido ni del coche cuando todos miran a los gemelos con admiración. Bufo al ver a todos esos ineptos que solo se fijan en el físico. Entramos por la puerta mientras todas la miradas se fijan en Shane, Alba, Calum y yo. Cojo el brazo de Calum y tiro de él para quedarnos mas atrás.

— Por favor, no caigas en las garras de todas esas plásticas - digo señalando un grupo de chicas que van con pantalones cortos con el frío que hace.

El se ríe.

— Tranquila, no me pienso separar de ti - me guiña un ojo - y seguro que tu las vas a mantener alejadas.

Asiento energéticamente, y me pasa un brazo por encima de los hombros.

— Anda vamos a ver a que clase vamos - dice guiándome por otro camino por el que van los demás.

Caminamos así por los pasillos del instituto. La mayoría me miran mal por ir así con Calum, y la verdad es que estoy disfrutando de las caras de las niñatas esas que solo le quieren porque está bueno. Algunas se le acercan con tal de coquetear con él, y yo las aparto. Soy como una escoba que barre la mierda. Cuando ya estamos llegando  al despacho del director un grupo de chicas de nuestra edad, vienen corriendo a abrazarle. La mayoría esta llorando. Sonrío y me pongo en medio. Las chicas fruncen el ceño.

— Si me lo devolvéis entero y sin ningún rasguño, es todo vuestro.

Las chicas asienten y me aparto, por lo que me sonríen.

— Me voy a coger los horarios, ahora vengo - le digo Calum, que espero que me haya oído con todos los gritos de las chicas.

Entro en el despacho, y me encuentro con un hombre mas joven de lo que me pensaba.

— ¿Señorita Sanders? Soy Arnau Martinez, ya me han contado todo lo que tendría que saber, así que no se preocupe que no va a tener ningún problema.

Asiento sorprendida y le pido el horario. Una vez que me lo da salgo al pasillo.

— Espera, me han dado una nota para ti - dice tendiéndome un papel.

Lo cojo, y puedo apreciar que esta bañado por un perfume inconfundible. Es él.

Spy, defendiendo a dos idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora