Pesadilla

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Abrió su casillero con tanto cuidado como pudo, la última vez que lo abrió notó cómo estuvo la puerta de este a punto de caerse. Bufó molesto recordando aquel momento, hacía ya casi una semana de eso:

  Caminaba tranquilamente por el pasillo principal del instituto donde estudiaba desde los últimos dos años, ya faltaba poco para que la hora del almuerzo terminara y ahora se dirigía a su casillero para recoger los útiles que necesitaría para su siguiente clase cuando, a tan solo unos pasos de llegar a su destino, escuchó un fuerte estruendo. Todos los alumnos se quedaron estáticos tras el golpe y las miradas rápidamente buscaron la causa del fuerte ruido hasta que supieron lo que había ocurrido: uno de los jugadores del equipo de fútbol americano había lanzado la pelota a otro de sus compañeros, pero justo en el momento en el que lanzaba la pelota, otro de los del equipo lo empujó, provocando que la pelota se desviara golpeando justo en el casillero de Jaehyo, averiando la puerta de este.

  Pero no había dicho nada, no se quejó, simplemente dejó ver su molestia en su rostro y como pudo abrió la puerta de su casillero, sacó lo que necesitaba y la cerró con cierta dificultad para después, simplemente dirigirse a su salón.

  A veces sentía que no servía para nada. Se sentía rechazado por todo y por todos. Era buen estudiante, cumplía con todo y tenía buenas calificaciones, pero no era el mejor de la clase, no tenía reconocimientos ni nada de eso. Ciertamente, era atractivo físicamente, pero su personalidad a veces lo opacaba puesto que era tan tímido que nadie reparaba en él. Era como esos seres que simplemente servían para hacer una multitud, pero no resaltaba en ella.

  Su familia era normal, un padre con un empleo común que, aunque ganaba lo necesario para mantener a toda su familia, tampoco le alcanzaba para darle a sus hijos y esposa todos los lujos que él hubiese deseado darles. Su madre, una sencilla ama de casa, bonita pero con la edad sobre sus hombros. Y un hermano mayor que estaba a punto de casarse y que ya había logrado independizarse.

  Con paso lento caminaba hasta el laboratorio donde tendría su próxima clase: química. Iba a tiempo, así que poco le preocupaba que aún le faltase unos minutos para llegar con el paso que iba. Los pasillos por los que caminaba estaban medio vacíos pues la mayoría de los alumnos ya debían estar dentro de los salones y los pocos que había fuera de ellos se dirigían a estos o tenían algún asunto pendiente. El instituto al que Jaehyo acudía era de muy alto prestigio, por lo que ver a un alumno incumpliendo las reglas era algo rarísimo.

  Cuando llegó al laboratorio ya la mayoría de sus compañeros estaban sentados en sus lugares y como en esa clase debían sentarse por grupos y no cada quién en sus asientos individuales como en las otras clases, la tortura de Jaehyo comenzó. Tomó uno de los bancos que se acomodaban al fondo del salón junto a la pared y con la mirada buscó un espacio libre en donde pudiera sentarse, pero claro, debía ser un lugar donde las personas a su alrededor no le tomaran en cuenta porque si no era así, seguramente lo culparían si algo salía mal con la práctica de ese día o algo parecido, ya le había pasado y definitivamente no quería volver a pasar por eso. Definitivamente no quería volver a limpiar el laboratorio en su tiempo libre.

  Y tras un momento de buscar con la mirada encontró un espacio que le pareció perfecto para él, el equipo de esa mesa ni siquiera estaba completo, solo había tres personas cuando debían ser cinco, así que se acercó a esta y dejó sus cosas sobre ella para después sentarse, junto a él un chico de lentes enormes, al otro lado, un chico con auriculares en sus orejas que ni siquiera prestaba atención, frente a él un chico que dibujaba garabatos en su libreta.

  El profesor de la clase dio una rápida introducción del tema a tratar y luego de esto escribió las especificaciones de la práctica en la pizarra, se suponía que ya habían visto la teoría correspondiente días atrás, por lo que debía ser sencillo llevar a cabo la composición de químicos que debían mezclar para obtener otros más eficientes. Colocó sobre cada mesa los instrumentos y materiales necesarios para cada equipo y dio por iniciada la práctica.

OBSESSION (pausa/en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora