Capítulo 15

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Como era de esperar la sala favorita del profesor era su laboratorio privado. Este ocupaba la mayor parte de la casa, y era más grande que el propio hogar de Sam.

Aquí el profesor tenia innumerables instrumentos científicos, planos de algunos experimentos, libros científicos, entre otras cosas. En el centro del laboratorio había un panel de vidrio colocado en una mesa, y atrás una máquina de apenas 10 cm que tenía incrustado un gran tubo de hierro en la parte delantera:

- ¿Qué es eso? - pregunto curioso Sam

- Es en lo que estoy trabajando- le respondió orgulloso el profesor- ¡Acércate, te explicare de que trata!

Sam, obedientemente, se acercó, entre tanto el profesor colocaba su máquina en una plataforma que la levantaba unos centímetros de la mesa, y en el centro de esta coloco una pequeña manzana. Acto seguido, incrusto el panel de vidrio en un orificio que tenía la mesa, y Sam adivino que ese panel era de seguridad.

- ¡Toma, ponte esto! - le dijo el profesor, mientras le daba unas gafas negras y gruesas

- ¿Para que esto, profesor? - indago Sam

- ¡Es para tu seguridad! - le respondió Thomas, alterando los nervios de Sam. Si las gafas eran para seguridad, significaba que el experimento del profesor era peligroso, y Sam intentaba evitar lo peligroso. Aun así, se sintió un poco seguro al estar junto al profesor.

- ¡Observa, Sam! Lo que estas a punto de ver es maravilloso- dijo el profesor, para luego presionar un pequeño botón rojo que estaba colocado en un control remoto. Cuando el profesor lo presiono, la maquina comenzó a vibrar y luego lanzo un rayo azul extremadamente caliente, que quemo completamente a la manzana en segundos.

El profesor lanzo un grito eufórico:

- ¡Si! ¡Lo hice!, ¡Viste Sam, lo logré!

- ¿Que logro profesor?

- ¡Invente la primera máquina de rayos gamma del mundo! ¡Con esta máquina puedo quemar cualquier cosa en segundos!

¡Así que eso hacia! Para Sam no era un gran descubrimiento, pero para el profesor lo era, y mucho.

Mientras el profesor celebraba, Sam simplemente echo un vistazo a todos los instrumentos que había en ese gigante laboratorio. Una le llamo la atención. Era de un tamaño minúsculo. Sam solo la toco con la mano, pero al hacerlo libero un gran chorro de agua que cayó en la máquina de rayos gamma. Este chispeo, y comenzó a echar humo, para después comenzar a disparar rayos a discreción.

- ¡Sam! ¡Cuidado...! - grito el profesor para advertirle a Sam que un potente rayo se acercaba a él. Sam se agacho, y el rayo evaporizo la máquina de agua. La máquina de rayos seguía disparando sin sentido, quemando y arruinando los experimentos del profesor.

Sam corrió agachado hacia donde estaba protegido el profesor. Los dos sabían que si unos de esos rayos los alcanzaban seria su fin:

- ¿Pero ¿qué has hecho...? - pregunto enfadado el profesor

- ¡Nada! Solo toque esa extraña máquina de agua- le respondió confundido Sam.

- ¡Ah! ¡Con razón! - carraspeo el profesor

- ¿Que, que hice?

- Esa máquina dispara agua cuando se la toca. Es una nueva tecnología que estaba investigando, que emula las pantallas táctiles de los celulares. En eso un rayo gamma paso cerca de allí.

- ¡Hay que movernos! Si no terminaremos quemados- dijo el profesor, y luego se pusieron en marcha, con dirección hacia la puerta automática del laboratorio.

La máquina no cesaba de disparar rayos, los cuales cada vez pasaban más cerca de Sam y Thomas. Un rayo le dio a una gigantesca estructura de metal que se derrumbó, y había peligro de que le diera a Sam. Este, rodo con su cuerpo y se alejó de la máquina. Otro rayo paso cerca de Sam, pero este hizo una pirueta extraña para evitarlo. Un tercer rayo iba directo a impactarle en el corazón, pero Sam ágilmente agarro un plato y lo utilizo como escudo.

Sam y el profesor estaban muy cerca de la puerta, cuando, de improvisto, un rayo dio directamente en la fuente de energía del laboratorio, desconectando la electricidad de toda la sala.

- ¡No puede ser! - grito el profesor

- ¿Qué pasa? - pregunto nervioso Sam

- Ya no hay electricidad en todo el laboratorio, y sin electricidad la puerta no abrirá.

- ¿Pero si ya no hay electricidad, porque la maquina sigue disparando?

- Esa electricidad viene de una fuente renovable, así como la mayoría de aparatos del laboratorio. En realidad, solo la puerta utiliza electricidad común.

Ahora estaban encerrados, y las cosas no mejoraban. En vez de eso empeoraron, ya que un rayo alcanzo un tanque de humo toxico, haciendo que este humo saliera disparado por toda la sala.

- ¡Oh no! - grito el profesor- ¡Es humo toxico!

- ¿Humo que...? - interrogo aún más nervioso Sam

- Humo toxico, es humo toxico. Si respiras ese humo, primero te desmayaras y en minutos morirás.

Eso no le gustaba a Sam, para nada. Tenían que salir de allí, evitando los rayos y el humo, que comenzaba a llenar toda la habitación. En eso se le ocurrió algo al profesor:

- ¡Una ventana! ¡Hay una ventana! - grito el profesor, señalando una ventana lo suficiente grande como para salir. El problema era que en las cercanías de la ventana había demasiado humo toxico.

- ¡No debes respirar Sam! Tapate la boca y la nariz con las manos ¿de acuerdo...? - le dijo el profesor

- ¡De acuerdo! - grito Sam y se pusieron en marcha. El humo ya había invadido la ventana, pero aun podían salir. Y estaban a punto de hacerlo cuando....

- ¡Ahhh! ¡Mi pierna...! - grito el profesor, ya que un rayo había impactado su pierna. El profesor, por el dolor simplemente se tiro al suelo, y en una jugada inesperada respiro el humo y se desmayó.

Sam ya no podía ver nada, ya que el humo actuaba como neblina. Ahora tenía que salvar al profesor, y salvarse a el mismo. Tenía pocos minutos. En esto pensaba cuando resbalo en un objeto que no pudo identificar, cayo duramente, y termino respirando el humo toxico....






Sam Contra El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora