¿De qué otra manera podría sentirme? si me he acostumbrado a la soledad, como no si solo tengo una amiga la que espero nunca me abandoné.
En un momento de mi vida su hermano Nicolas se volvió más importante en mi vida, se que es tonto y todo eso pero me enamore, me enamore del hermano de mi mejor amiga.
Mi familia, mi familia era diferente a todas las demás, claro si casi nadie sonreía. pero al mismo instante estaba rota y atada con lazos que nos impedían ser feliz, simplemente algún día serán feliz o simplemente rota.
Pero ¿Quién eres tú para juzgarme?, si ni si quiera sabes cuantas lagrimas he aguantado, cuantas cosas horrorosas pasan por mi mente cuando estoy triste, y podría decir "tanto dolor para tan poca edad".
Hace unos meses había vivido un infierno, pero no estaba muerta, no el infierno que ustedes creen conocer. Con el tiempo llegué a superar cosas, pocas cosas que no son nada ne comparación con los traumas que he llegado a vivir, son los que nadie quiere experimentar.
Me sigo identificando por una pequeña frase de un gran libro "Soy una de esas que no les gusta hablar de si misma con personas que recién conoce".
Hoy es mi cuarto día en el nuevo colegio, algunas chicas me han estado saboreando, por suerte para mi aquí no me siento tan sola, en el aula de al lado se encuentra Alicia, al parecer es la única que esta a mi lado, de algún modo esto me da fuerzas para seguir, eso sumado con mis anteriores momentos me gritan: ¡No dejaremos que te opaquen!.
- ¡Oye Mey! ¿Que tienes? - Preguntó Alicia sacándome inesperadamente de mis pensamientos.
- ¿Porqué no puedo ser feliz? - Pregunté entre susurro.
- Porque no lo intentas - Respondió
- ¿Quieres decir que si lo intentara lo sería?
- Exacto
- Eso es lo más ridículo que me han llegado a decir, no discutiremos por esto.
- Esta bien, en todos los momentos siempre has querido evitar el tema.
En ese instante quise parar el tiempo, ella es mi única amiga quise decirle tantas cosas esa tarde, pero el tiempo corría más rápido que nuca, siempre se pregunta el como paso, como siempre controlo las lagrimas, como me fuerzo a mi misma a sentir algo que no siento, se lo pregunta constantemente.
"Tuve que aceptar que las estaciones cambiaban,
Y yo con ellas, los niños crecían,
Y yo formaba parte de ellos".