CAPÍTULO TREINTA

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Bajo las escaleras con una mano agarrada a la de Hila. Tengo que admitir que estoy nerviosa.

Hila se ve hermosa, tiene un vestido rosa pomposo que le llega debajo de los pies casi arrastrándose, estraple sin corsé y una cinta le da vuelta por la cintura con un enorme moño en la espalda. Sus cabellos pelirrojos están peinados en un perfecto chongo, al cual, le salen ligeros mechones de pelo que me encargue de enchinar. Una coronita de flores blancas y rosas que combinan perfectamente con el vestido se posa sobre su cabeza.

En cuanto a mi, tengo que admitir que hicieron un excelente trabajo con el vestido. Es rojo escarlata, estraple, con corsé hasta la cadera donde se hace ligeramente pomposo para caer con distintos cortes hasta el piso, por los tacones solo se arrastra ligeramente, sino, lo llevaría de trapeador. En la parte de abajo tiene ligeros brillos dorados al igual que en escote. La verdad es que el vestido me favorece.

Voy maquillada sin exagerar, y mi peinado es una media coleta sostenida con pequeñas gotas doradas que adornan todo el peinado, la mas larga cae hasta donde termina el cabello y comienza la frente.

Nos vemos hermosas. Estoy entrando en pánico. Tienes que controlarte mujer. Llegamos a la entrada del comedor. Miro  a Hila, esta me toma de la mano y entramos. Levanto la cabeza para mostrar orgullo y la seguridad que carezco. Un hombre vestido de traje y con la cara larga nos anuncia como "La señorita Tellgs y la guardiana del señor Tellgs" pero que desagradable apodo, pero tengo que gravarme en la cabeza que eso soy y eso seré.

Todos ya están sentados, se ponen de pie y me ven al igual que yo a ellos. Mientras nos arreglábamos Hila me ayudaba a memorizarme cada nombre de la familia real y me decía mas o menos como eran sus caracteres, aunque eso aun no lo tengo del todo resuelto. A la cabecera se encuentra el rey Myiron con los ojos miel que realzan su porte real y sus cabellos rubios. A su derecha, la reina Elina con sus distintivos cabellos negros al igual que sus ojos. Al lado de ella, la princesa Alysa que, por cierto, si es muy hermosa, saco los ojos penetrantes de la madre y un castaño oscuro con destellos rubios, delgada, con porte, bien peinada y maquillada hace pasar a cualquier mujer por una vaca inflamada.

En la sección de la derecha se encuentra al lado de la princesa Alioth y Leander.  En la izquierda de rey esta de píe el príncipe Arsen, que es realmente guapo. Su cabello es negro y sus ojos miel, pero su hermoso aspecto lo arruina la sonrisa petulante de aprobación en su cara. Asco. A su lado hay una silla vacía después esta Zeth y otra silla vacía. Hacemos una reverencia.

-Tu debes ser la guardiana- dice el rey.

-Sí, su majestad- odio los títulos pero si no quiero que me corten la cabeza más vale comenzar a usarlos.

-No eres lo que imaginé- comenta la reina, tanto ella como la princesa me ven con cara de desagrado y superioridad que ni siquiera intentan disimular.

-Por favor pasen a sentarse

-¿Cómo va a hacer eso padre, no ves la enormidad de seres que tiene en la espalda?- sí, esa fue la princesa, y si se la imaginaron hablando con voz chillona y de malcriada, déjenme decirles que solo les falto lo ligeramente grave dela superioridad.

Hasta cree la mujer que me voy a dejar, podre ser lo que quieras pero nos ere humillada y menos por un ser tan repugnante como ella.





A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora