Siento que alguien me sacude ligeramente y abro los ojos.
—Despierta, ya llegamos—dice Alex mirándome. Yo me froto los ojos y gruño. Le doy la espalda a Alex y sigo durmiendo.
—Vamos princesa, no creo que quieras perderte a Río de Janeiro—sigue agitándome. Abro los ojos y me reincorporo de un instante.
—¿Acabas de decir Rio de Janeiro?—lo miro sonriendo. El asiente burlón y se levanta de la cama. Yo me paro encima de la cama y me lanzo a su espalda. Comienzo a besar su mejilla y enrollo mis piernas en su cintura. El me carga hasta la salida de la habitación y yo me suelto.
—Déjame vestirme—digo cruzándome de brazos y frunciendo el ceño, como niña pequeña. El se ríe de mi y besa mi frente.
—Te espero afuera—dice saliendo de la habitación. Me estiro y me cambio de ropa a algo más decente. Hago mis necesidades y me maquillo ligeramente. Tomo mi teléfono y mi maleta y salgo de la habitación.
—Vaya bella durmiente—dice Matt burlándose de mi.
—No diré nada sobre lo que hablas mientras duermes. 'No mami, no quiero comer más'—digo imitándolo de forma chillona. —Se notaba que tenías hambre, Helders.
—¡Hey!—dice frunciendo el ceño. Yo le saco la lengua y me siento junto a Alex.
—¿A dónde iremos primero?—digo entusiasmada.
—Debemos tocar a las 7:00 p.m y tendremos dos días para pasear, luego vamos a Venezuela, Colombia, Uruguay, Ecuador, Perú, Argentina y Chile. Tenemos muchos días para viajar por el mundo, o mejor dicho, América del Sur—dice sonriéndome como niño pequeño. Yo le devuelvo la sonrisa y me acerco a besarlo intensamente. Este hombre cada vez me enamora más, es lo mejor que me ha pasado en esta vida, no lo cambiaría por nada en el mundo. El me hace feliz a su manera, sorprendiéndome cada día, amándome incondicionalmente. Lo amo muchísimo, y no quiero que llegue el día en que se canse de mí. Ni tampoco yo de él. El se separa de mi y sonríe. Rozamos narices y vuelve a besarme. Suelta mis labios y rodea mi cuello con su brazo. Miro por la ventana las nubes que cubren la ciudad de Río de Janeiro. La cabeza del Cristo sobresale entre las nubes. Sonrío entusiasmada y miro a Alex, que me mira fijamente mientras sonríe ligeramente. Yo me sonrojo un poco y desvío la vista hacia la ventana nuevamente. Saco mi teléfono y conecto los auriculares. Pongo música aleatoria y House of Gold de Twenty One Pilots comienza a sonar.
—She asked me son when I grow old, will you buy me a house of gold—canto silenciosamente. Siento la mirada de Alex en mi y cierro los ojos. Apoyo mi cabeza en su hombro y el besa mi cabeza.
—And when your father turns to stone, will you take care of me—canta Alex. El me quita un auricular y lo acomoda en su oreja.
—I will make you, queen of everything you see, ill put you on a map, i'll cure you of desease, let's say we up and left this town, and turned our future upside down, I'll pretend that you and me, lived ever after happily—cantamos al unísono y en voz alta. Todos los chicos se voltean a mirarnos y nos aplauden. Me río y levanto la mano para girarla de lado a lado, simulando el saludo de una diva. Todos se ríen y vuelvo a girarme hacia Alex.
—Cantas precioso, ¿no te gusta cantar?—me pregunta Alex.
—No mucho, la timidez me consume.
—Eso es algo que se controla. En los principios de la banda, teníamos otro vocalista, solamente porque yo era muy tímido para cantar. Su nombre es Glynn, abandonó la banda, y no me quedo otra opción más que cantar—dice encogiéndose de hombros.
—Si se la historia de tu banda Al, soy muy fanática de ustedes—digo mirando mi teléfono. Siento una sonrisa en su cara y me da la mano. Yo la aprieto y sigo tarareando la música. Una voz masculina resuena por el avión.
—Queridos pasajeros, en cinco minutos más estaremos aterrizando. Se recomienda aplicarse bloqueador solar y estar fuera del alcance del sol. Favor de abrochar sus cinturones y mantenerse tranquilos en sus asientos—se termina la transmisión del piloto y abrocho mi cinturón inmediatamente. Miro hacia la ventana y veo como comenzamos a disminuir nuestra altura. Finalmente aterrizamos y nos bajamos del avión con nuestro equipaje. Entramos al aeropuerto y esperamos el auto que nos llevará a todos. Me siento a esperar y Bri se sienta al lado mío.
—¿Qué tal dormiste?—digo apoyando mi cabeza en su hombro.
—Mal, no pude dormir, odio los aviones, ni siquiera se por qué acepte venir con Matt—refunfuña. Yo frunzo el ceño y la miro.
—¿Cómo dices eso? Viniste por Matt, ¿no es así?—digo cruzándome de brazos.
—Si, vine por Matt, pero no pensé que viajaríamos tanto—dice encogiéndose de hombros. Yo asiento y miro hacia al frente. Katie y Kelly caminan hacia nosotras con sus equipajes en mano. Yo las recibo con una sonrisa y se sientan frente a nosotras.
—Ugh, estoy cansadisima—dice Kelly masajeandose el vientre.
—¿Ustedes se conocían desde antes?—nos pregunta Katie. Yo miro a Breana y frunzo el ceño.
—Yo no conozco a esta niñata—digo mirando raro a Bri. Ella golpea mi hombro y se hace la indignada. Yo me río y la abrazo.
—Es mi mejor amiga desde que usamos pañales—digo sonriendo. Katie asiente y sonríe.
—Ya nos vamos chicas—dice Jamie acercándose. Yo me separo de Bri y me levanto. Alex se acerca a mi y me besa.
—¿Vamos?—dice ofreciéndome su mano. Yo la tomo y comenzamos a caminar juntos. La salida del aeropuerto estaba llenísima de gente que gritaba e intentaba saltar las rejas. Con los chicos nos metimos a un auto tipo limusina pero no tan grande, y emprendimos camino al hotel. A la salida del aeropuerto varios fanáticos golpearon los vidrios polarizados, pero logramos avanzar.
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—Mis pies arden—gruño lanzándome a la cama y sacándome los zapatos. Alex cierra la puerta de la habitación y deja las maletas en un rincón.
—Me daré una ducha—dice secándose el sudor de la cara. Yo asiento y estampó mi cara en la almohada.
El calor de Rio es insoportable. Las calles irradian calor y hay mucha gente en las calles a esta hora. Son las 1 p.m. La entrada del hotel estaba llena de fanáticos y fanáticas, peor que en el aeropuerto. Los chicos se quedaron a firmar un rato mientras que nosotras registrábamos la llegada en la recepción del hotel.
—¡Arianne!—levanto mi cabeza ante el grito de Alex.
—¿Si?—grito de vuelta.
—¿Podrías traerme una toalla?
Ruedo los ojos y me levanto gruñendo.
—Ya va—digo acercándome a un pequeño estante con toallas. Saco una toalla grande y entro al baño. Cierro mis ojos con fuerza y camino hacia donde esta Alex.
—¿Es enserio?—dice riéndose. Yo esbozo una sonrisa y Alex me recibe la toalla. Me doy vuelta para salir del baño pero Alex me detiene. El sujeta mi brazo y me da vuelta hacia el. Intento no mirar hacia abajo y el estira su boca. Yo me acerco y le doy un besito. El sonríe y me suelta. Yo me doy vuelta y salgo del baño. Vuelvo a desparramarme en la cama y miro hacia la ventana. Unas palmeras se mueven con el viento y hay unas pocas gaviotas. Cierro mis ojos y me quedo dormida con el sonido de las olas chocar contra la playa.
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Porfavor leer umu <-<-<-<-<-<-<-<-
Disculpen la demora, es que me he quedado sin inspiración, y las ideas están dejando de surgir en mi cabeza. NO TERMINARE LA NOVELA AHORA, pero falta poco para el final. Yo se que diran: 'oie pero k korta, no c bale, zigela xfavor'. Seguiré la novela en su debido tiempo ÑLGRNRKGKENR voten comenten y compartan<3 las quiero muchísimo
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Do me a favour {Alex Turner}
FanfictionArianne no se esperaba la pesadilla que venía tomada de la mano con su gran sueño. Quizás no fue tan malo, pero de verdad quedó marcada por siempre; por aquel hombre de apariencia dura, cigarros por doquier y esos besos que tanto la vuelven loca. '...