Prólogo

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Dejaré esto aquí y me iré lentamente.





—¿¡Te casarás de nuevo!? —pregunto exaltada. Richard (mi progenitor) ha lanzado la noticia de repente, sin siquiera dar una introducción.

—¡Sí! —exclama mi padre, irradiando felicidad—. Ella es maravillosa —comenta con una sonrisa. Expresión que solía tener cuando miraba a mi mamá.

—Troll, sí eres feliz, yo lo soy —le digo, colocando mi mano en su hombro.

Mentira

Amo a mi papá, y claro que deseo que sea feliz, pero yo siempre he tenido la sensación de que nunca llegará el día para superar a mi madre. Y a pesar de que sé que mi papá tiene derecho de rehacer su vida, seguiré estando negada ante esta idea. Aunque no lo exprese.

Ella murió en un accidente de auto hace tres años, dejando un vacío inmenso en mi vida y la de papá. Mamá era la persona más importante de nuestras vidas, nos llenaba de vida y de amor, su presencia era suficiente para iluminar cualquier día gris, así que cuando ella se fue, todos los días fueron de ese color, incluso más oscuros. No creí que la herida fuera a pasar tan rápido para mi padre.

—Gracias hija —me abraza y besa mi coronilla—. Sé que no te lo había dicho antes, pero no quería ilusionarnos con algo que no iba a durar —confiesa, sonriendo a medias—. Te amo, y eres lo más importante para mí.

—Ya lo sé —hablo con egocentrismo, lanzando mi cabello hacia atrás, causando la risa de mi papá—. Yo también te amo.

Él me mira, y con esto sé que no ha terminado de darme la noticia completa.

—Suéltalo —expreso, totalmente rendida ante este cambio que vendrá en mi vida.

—Ella tiene una hija también, Sky —la información entra en mis oídos, y se queda en mi cerebro, haciendo un lío allí dentro. Si la idea de que una mujer que no es mi mamá estará rondando por mi casa, siendo la nueva pareja de mi padre, no me agradaba, añadirle el hecho de que esta mujer tenga una hija, hace esto muchísimo peor.

—¿¡Qué!? —la sorpresa, combinada con un pequeño toque de molestia son las emociones que tiñen mi voz al exclamar esa pregunta—. Dime que es una broma por favor —casi ruego, y sé, por lo que veo en sus ojos, que no está jugando.

—No es broma, cariño —sonríe a medias, sabiendo que no me ha gustado para nada la idea—. Se llama Meghan —y en cuanto menciona ese nombre, toda la situación empeora. Vivimos en un barrio pequeño en el que todo mundo se conoce, lo cual es casi imposible en este tiempo. Y, hasta donde yo sé, sólo hay una Meghan aquí.

—¿Meghan? —Asiente, viéndome con confusión—. Papá, ¿Cuál es el nombre de la mujer con la que te casarás? —cuestiono, rezando para que no pronuncie el nombre de la persona de la cual creo que está hablando.

—Nicole Stuart —un suspiro lleno de frustración sale de mis labios. Y obviamente papá se percata de esto.

—¿Stuart? – Su cabeza se mueve en afirmación, y yo siento tremendas ganas de morir—. Realmente nunca me prestas atención, ¿o sí?

—Claro que lo hago —espeta, casi indignado. Claro que no lo hace.

—Es Meghan Stuart, ¡Stuart! —exclamo histérica—. Si me prestaras atención sabrías que por ella me corté el cabello, porque me pegó goma de mascar en él —pongo las manos en mi cadera, preparada para echarle en cara todo lo que la perra me ha hecho desde hace años—. Oh, y también está la vez que escondió mi uniforme de gimnasia y me castigaron.

Los 6 Idiotas [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora