hangover

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Frank Iero era el mejor amigo de Mikey más o menos desde el momento en que se conocieron hacía unos años atrás, no solo compartían un excelente gusto musical, y el amor por los cómics, sino también, el odio por el mundo y el hobby que más los unía: quejarse de todo y de todos indiscriminadamente.
Como esas personas que van por la calle escuchando cumbia o reggaeton a todo volumen, como si quisieran que todos apreciaran su asquerosa música.
Esas parejas que se la pasan discutiendo y publicando su vida en facebook.
Las supuestas chicas suicidas que crean paginas para publicar fotos de sus cortes en internet.
Sus compañeros de clases.
Sus profesores.
Absolutamente todo el mundo.
—¿Mikey, has visto todas esas veces que te hable de mi idea de salir a fumigar gente?
El aludido asintió desinteresado, sin quitar los ojos de la pantalla de su celular.
—Estaba hablando en serio. —concluyó el enano sosteniendo el insecticida en una mano, el de lentes por fin alzo la vista para mirarlo alzando una ceja.
Y Frank se lo echó en la cara.
Mikey gritó y comenzó a arrojar manotazos al aire, los cuales Frank esquivó con facilidad —¡maldito idiota si no fuera por mis anteojos podrías haberme dejado ciego! —se quejo,quitándose los lentes y yendo en dirección al baño para lavarse la cara.
Frank caminó en la dirección contraria, de camino a la cocina para volver a dejar el insecticida en su lugar, pero en el pasillo se topó con Gerard, y sus piernas oscilaron y sus labios temblaron al momento de intentar pronunciar la palabra "hola"
Gerard se lo quedó viendo raro, Frank siempre le había parecido raro, no iba a negar que también pensaba que era lindo, pero sobre todo raro, y no creía poderse acostumbrar nunca a sus comentarios y actitudes. Porque por momentos podías llevar una conversación normal con él pero luego salía con cosas como que caminando a la escuela encontró un caballo muerto con tenia las costillas amarillas porque hacía poco había explotado, estaba rodeado de moscas y tenía la cabeza negra. -particularmente elegía un momento en el que estuvieras comiendo para contarse cosas como esas-
Aun así respondió a su saludo cordialmente. Y preguntó por que tenía un insecticida en la mano.
Y Frank volvió a balbucear y temblar, y Gerard pensó que no le importaba tanto, pero ya había hecho la pregunta.
—Ahh ya sabes para... ¿matar insectos? —Respondió, más como una pregunta que una afirmación, y arrojó un poco al aire intentando parecer relajado.
Gerard frunció el ceño y apretó los labios —claaaaro, ¿sabes? creo que volveré a mi habitación —y dicho esto desapareció tras la puerta del sótano.

—Soy un idiota —se lamentó, ocultando su cara entre sus manos.

—Sí lo eres. —Respondió Mikey burlonamente a su espalda. —Pero aún así creo que le gustas. —añadió tratando de darle un poco de ánimos. 

Frank soltó una sarcástica carcajada. —No hay manera de que eso sea posible—luego de decir eso se volteó para mirar a Mikey extrañado —espera, ¿cuánto tiempo llevas ahí?

—El suficiente.

-

Hacía años que Frank rondaba por esa casa, siendo raro con Mikey, y hacía años que el crush que tenía por su hermano continuaba creciendo. 

Aún más que cuando Mikey le mostraba nuevos borradores de sus comics y dibujos que el mayor había descartado.

Mikey sabía que a Frank le gustaba Gerard, no era ningún secreto, sobre todo con lo poco que se esforzaba el menor por ocultarlo, al principio se había disgustado un poco, pero al fin llegó a acostumbrarse, sin embargo Gerard no parecía notarlo, estaba demasiado preocupado encerrandose en su propia miseria y su ausencia de amor propio.

 De todas formas Frank nunca se lo había dicho en la cara, sólo lo demostraba con detalles bastante evidentes como quedárselo viendo desde el otro extremo de la habitación con esa estúpida sonrisa clavada en el rostro, o por cómo admiraba sus dibujos y por sus patéticos intentos por sacar un tema de conversación.

Gerard Was Kneeling In The BathtubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora