-Esto no está bien.
La noche había caído sobre nosotros, extendiendo el alivio momentáneo que significaba no tener el Sol sobre nuestras cabezas, quemando cada centímetro de nuestra piel.
Pero algo iba terriblemente mal.
Se trataba de Thomas.
La herida que dejó la bala se infectaba a pasos agigantados y se nos escapaba de nuestras manos.
-Está ardiendo. --Acotó Brenda, posando una de sus manos en la frente de él. --Necesitamos medicina.
Había algo en la manera de comportarse de Brenda que no terminaba de cuadrarme. Todos estábamos preocupados por Thomas, Minho estaba mucho más irritable que de costumbre y Newt no dejaba de limpiar la herida una y otra vez, aunque eso significaba estar agotando nuestra reserva de agua, pero Brenda estaba casi trastornada.
Una y otra vez le lanzaba miradas silenciosas a Jorge, como comunicándose algo secreto. No se apartaba del lado de Thomas y en más de una ocasión la sorprendí susurrandole cosas al oído. El recelo que sentía por ambos no hacía más que crecer y el hecho de que todos confiaran en ellos me ponía de los nervios.
-Mirarnos las Garlopas caras no arreglara nada. --Soltó Minho. --Newt, creo que esa herida no mejorará de aspecto aunque bertas en ella mil litros de agua. Mañana tenemos que seguir caminando, acercarnos al refugio y no veo que ninguno de usted-es esté durmiendo, recuperando fuerzas.
-Tienes razón, hermanito. --Coincidió Jorge. --Haré la primera guardia mientras duermen.
-No. --Espete. Las miradas de todos se centraron en mí. --Yo haré la primera guardia.
Jorge levantó las palmas, encogiéndose de hombros.
-Como quieras, princesa.
Le lanze una mirada llena de fastidio. Minho me observó por unos segundos, como tratando de desentrañar que me sucedía. Le hice un gesto de indiferencia, para que se marchara a dormir pronto. Estaba molesta con él por haberse vendido tan rápido a Jorge y Brenda y confiar en ellos enseguida. Había dado por hecho que él sería el último en entregarse a confiar en unos desconocidos, pero me había equivocado. Estaba segura de que si compartía mis inquietudes con él, no me creería.
-Haré la guardia contigo, si no te molesta. --Luke. Asentí y él se sentó cerca de mí. Luke tenía un aspecto lamentable; ropa rasgada y sucia, el cabello negro, demasiado largo, era una maraña de rizos. Pero parecía algo más animado que cuando lo conocí. Sus ojos estaban más vivos. Supuse que se trataba de la esperanza de una solución a todo lo que estaba viviendo.
-Antes, cuando estábamos en el callejón, estabas diciendo algo. --Recordé de pronto. Mi cabeza había estado tan ocupada con los hechos más recientes que había olvidado por completo lo que sucedió en aquel callejón. La imagen de la niña muerta (o asesinada, por mí) sacudió mis entrañas.
Luke entre cerro sus ojos, como tratando de recordar de qué se trataba. Al final asintió, bajando su mirada.
-¿Recuerdas que dije lo intente?
Asentí. Mientras hablaba, Luke trazaba figuras en el suelo polvoriento.
-En esa época, cuando mi hermana...En esa época la búsqueda de niños inmunes era primordial. Se les buscaba, decían que en ellos estaba la Cura, que ellos eran la solución a La Llamarada.
-¿Qué?
Luke me miro sorprendido.
-Inmunes. CRUEL reclutaba a los inmunes.
-Niños inmunes. --Repetí, como aletargada. -Claro. En toda enfermedad hay gente inmune. CRUEL buscaba a los inmunes para encontrar la Cura.
Ajeno a mi repentino descubrimiento, Luke siguió hablando.
-A eso me refería cuando dije que lo intente. --Mi atención, repentinamente trasladada a mis cavilaciones, volvió a posarse en Luke y el tono desgarrado que adquirió su voz. --Mamá me llevó a las pruebas. Yo quería ser inmune. No en el sentido que lo deseaban todos, no para salvarme de la enfermedad. Quería unirme a CRUEl y que encontrasen la Cura. Quería que casos como los de mi padre y mi hermana no volviesen a ocurrir. Pero, ya ves. Resultó que no era inmune. Mientras veía como abrían las puertas para los niños especiales, mamá me lleva de vuelta a casa, donde tarde o temprano la enfermedad nos encontraría.
-CRUEL es una mierda. --Solté. --CRUEL ha hecho cosas horribles, Luke. Ha muerto gente. Frente a nuestras narices. CRUEL nos está utilizando como conejillos de indias en sus macabros experimentos.
Luke se encogió de hombros, desviando su mirada.
-Hace bastante tiempo deje de adorar a CRUEL. --Dijo. --Lo siento, este tema me ha puesto nostálgico.--Luke se puso de pie, sacudiéndose el polvo de sus pantalones. --Iré a dormir un poco, se me cierran los párpados.
Quise sentir algo más que tristeza por Luke, por su historia, pero mis pensamientos iban mucho más lejos que eso. Sin darse cuenta me había dicho significativo, importante. ''Cruel reclutaba a los inmunes. Niños inmunes.'' Sentía como mi memoria borrada trataba de hacerse paso entre mi cerebro. Pequeños estallidos sacudían mi mente, la sensación de estar a punto de comprender todo me mareaba. Reclutas. Nosotros, según nuestros tatuajes, éramos reclutas.
Recluta A-0, LA REBELDE.
Según mis fragmentos de memoria desbloqueados, yo desde niña pertenecía a CRUEL. Newt también. En mi último recuerdo mencione el nombre de Minho, lo que significaba que al igual que nosotros pertenecía desde hacía tiempo a CRUEL. ¿Cuantos más? ¿Todos? ¿Se trataba, entonces, que todos nosotros, los expuestos a estas pruebas, no éramos más que los niños que una vez reclutaron?
¿Se trataba entonces, de que éramos inmunes?
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La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].
FanfictionEste es un Fanfic ambientado en los libros de James Dashner, la saga de Maze Runner. Antes que nada quiero aclarar que es totalmente invención mía. El fanfic en sí lo ambientare más que nada en Prueba de Fuego, luego veré si es que hago algo tambi...