28. Una cita y otras sorpresas.

80 9 4
                                    

El hecho de saber que mi hermano me ocultaba algo, me ponía muy nerviosa. Hace solo unos pocos días, empezó a actuar diferente. Tal vez sea yo la que lo ve todo de esta manera, tal vez sea yo la que lo malinterpreta todo. Pero, ¿y si eso no es cierto? ¿y si todo lo que he sentido estos días es lo que es?

Sabía que una persona podía cambiar su actitud a lo largo de su vida. Pero, esto era otra cosa. ¿Qué es lo que había pasado para que Víctor actuase de tal manera?

Ahora mi mente empezó a pensar en Aarón. Sé que había dicho que lo que había leído en la carta no me había sorprendido. Pero, si te lo pensaba mejor, era extraño no sorprenderse por algo inesperado.

Llegué a sospechar algo extraño al principio ya que, él había aparecido en mi vida así sin más. Pero nunca imaginé que yo y él íbamos a tener algo tan serio hasta llegar el punto de que tengamos un hijo en común.

Aarón no había mostrado ningún interés en mí, o al menos, eso creía. Recuerdo que la primera vez que nos vimos (en el autobús), me dijo que quería seguir en contacto conmigo. Pero, después de encontrarlo en mi casa, no había conseguido crear alguna sospecha.

Todo era extraño. Demasiado extraño.

Ya habían pasado unos diez minutos aproximadamente desde que había sonado mi despertador. Dudé varios segundos en levantarme, pero al final lo acabé haciendo

Era lunes, y como no, eran los días que más costaba de superar. Pero, una vez que lo hacías, ya podías con toda la semana. O al menos, eso me pasaba a mí.

El sonido de la lluvia artificial provocaba una sensación de relajación en mí. Cerré los ojos mientras me aplicaba el champo y así los dejé hasta que acabé de aclarar mi cabello perfectamente. No pude evitar pensar en Hales mientras me estaba duchando. Y no me malinterpretéis, por favor. Tengo la costumbre de pensar en cosas agradables mientras me ducho. ¿A que es verdad que no juzgáis a las personas que cantan en la ducha? Pues esto es más o menos lo mismo.

No lo había mencionado antes, pero estaba muy feliz. Aun puedo recordar sus palabras cuando me pidió salir, aún puedo sentir aquel beso en medio de todo el vecindario. Mis mejillas no pueden evitar no ruborizarse y subir de temperatura al recordar todo aquello, mis pies no pueden evitar no temblarse al sentir como se rodeaban en su cintura, mis manos aun sienten el tacto de su rostro, de su piel. No sé cómo explicar este sentimiento, no sé cuáles son las palabras exactas para poder describir cada sensación.

Solo sé que estoy feliz.

He llegado a dudar si todo lo que me pasa es real, si realmente existe. He llegado a pensar que es imposible que algo tan bonito me pase a mí.

***

— Buenos días. – escuche una voz a mis espaldas. Cerré la taquilla y me volteé hacia ella.

— ¡Hola! – dije a la vez que le mostraba una sonrisa. – ¿Preparada para empezar la semana?

Ella en un momento no dijo nada, simplemente me mostro una sonrisa de vuelta.

— Oh por favor, no me lo recuerdes – contesto aburrida mientras arrugaba su rostro. No pude evitar no reírme. – Gracias a Dios que tenemos esta clase juntas, que si no...

Carly se calló de repente, provocando que me preguntase cual era el motivo de su reacción. Entonces vi como sus ojos se apartaban de mí y se fijaban en algo que se encontraba detrás de mí. Mi instinto dio media vuelta por mí, pero se me hizo imposible ya que alguien me agarró con fuerza y me regaló un abrazo. Fue tan intenso y tan inesperado que en un momento pensé que me iba a quedar sin respiración.

Una carta para Melanie (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora