La campana de iglesia replicaba por cada rincón de la ciudad, Magdalena como era costumbre iba tarde a su empleo en la tienda de abarrotes de Doña Susana. La vieja le tenia consideración porque desde que la preciosa muchacha entro a trabajar, sus ventas aumentaron de manera considerable.Ella como siempre entro con su actitud tan despampanante al local, se quito el rebozo y comenzó a atender a los clientes, estos que no perdían oportunidad de pedirle algo de los estantes más altos y así poder ver sus curvas.
Magdalena, la hija de Don Pedro el zapatero y Doña Refugio la lavandera, la cautivadora chica alegre, que disfrutaba la vida de pueblo. La joven ya había ganado innumerables concursos de belleza, se había dado el lujo de rechazar hasta el hijo del alcalde que suspiraba en cada rincón de la plaza por la preciosa Magdalena.
Magdalena siempre bailaba por cada rincón del lugar y muy segura de si misma, le decía a todos que un día sería una famosa bailarina de una compañía y que conocería en Paris al amor de su vida.
Había una hora en el que el local se quedaba vacío, entonces Doña Susana aprovechaba para mandar a Magdalena por garbanzos a la plaza principal. Ella iba canturreando y bailando por la calle cuando su oídos alcanzaron a percibir una tenue melodía, desde el contacto la canción le estremeció los sentidos, tanto como Rubinstein interpretando a Chopin, ese que había escuchado gracias al hijo del alcalde cuando intentaba conquistarla.
Mientras iba apresurando el paso más se podía escuchar la banda, se abrió paso entre la gente, que muy amable se lo cedía por ser la linda Magdalena.
Sus ojos se encontraron avanzando despacio, descubriendo cada instrumento y al musico que lo sostenía, algunos la enceguecian por el brillo del sol, ella nunca había visto una banda, estaba tan asombrada.
La melodía que emanaba comenzó a ser un tanto más bailable y ella se mecía de un lado a otro, feliz de su hallazgo.
De un momento a otro recordó el mandado de Doña Susana y corrió hasta el puesto de garbanzos, para mirar de reojo a donde estaba la banda y volver a su trabajo.
Esas notas taladraban en sus oídos aún y sólo suspiraba por la sensación que le causaba. Por la puerta asomo el hijo del ganadero: Luis. Él también era uno de sus pretendientes, la encontró un tanto ida y le pregunto la causa, ella de inmediato contesto "La banda de la plaza"
-Supe que se les estropeo el transporte y darán algunas funciones para pagar los gastos del mecánico.- Le comento él.
Ella en agradecimiento por la información, le regalo una de esas encantadoras sonrisas que habían enamorado a más de uno en el pueblo.
Por la tarde noche que salió de trabajar se encamino a su casa y se enfundo en el vestido más lindo que tenía, luego de eso volvió a la plaza donde la banda ya no estaba, pero luego de un rato vio a los músicos caminar alrededor de esta con los instrumentos cargados, espero ansiosa a que se instalaran y la gente se iba haciendo presente.
Luego de un buen rato ellos estaban listos para comenzar, el director tomo su puesto e hizo la seña para dar comienzo. En cuanto escucho las primeras cuerdas su piel se erizo y sus sentidos vibraron hasta lo más profundo.
Los nada tontos jóvenes, se le acercaban para invitarla a bailar, pero ella estaba tan concentrada en la interpretación que apenas si los noto.
Entonces, entre la melodía, entre la gente, algo corto su concentración; alguien muy cerca de su oído aclaro su garganta, ella brinco asustada, para después toparse con un par de profundos ojos negros, su corazón se acelero, lo miro de arriba a bajo, era un joven de cabello un tanto largo, facciones rudas y atractivas, su cara lucía una frondosa barba y llevaba ropas bastante elegantes para un pueblo así.
-¿Serías tan amable de concederme un baile?
La voz de él era severa y muy provocativa, al escucharlo sintió como sus nervios invadían su estomago. Sin decir palabra, solamente asintió con la cabeza y él se acerco con gráciles movimientos a ella, la tomo por la cintura y ella sintió como su piel se erizo entera.
Nunca había bailado con alguien así, tan seguro de si mismo, se sentía tan liviana en sus brazos.
Curiosa comenzó a mirar a detalle a su pareja de baile, miro su ropa y se imagino que tal vez formara parte de la compañía, pues los músicos también lucían atuendos igual de elegantes. Miro una cicatriz que tenía por debajo de su ojo y pensó que tal vez se la había hecho luego de una pelea por el amor de una muchacha. La mano que sostenía la suya era áspera, varonil, imagino entonces que era un hombre que no le tenia miedo al trabajo pesado. El olor que desprendía era de árboles de manzana, quizá por la tarde se había entretenido subiendo algunos. Más y más detalles hacían volar su imaginación, desde que podría ser un marinero, hijo de un aristócrata, un divertido músico o quizá algún actor.
Por ultimo ella miro esos profundos ojos negros y sus mejillas se encendieron al ver que él la miraba también, de la nada surgieron imágenes de ellos juntos, compartiendo una tarde en los campos de las orillas del pueblo, caminando por la plaza, bebiendo té en la fonda de Doña Lucia... Besándose tan dulcemente los labios, se sintió tan plena y en paz imaginando una vida con este muchacho que apenas si le había invitado un baile.
¿Qué importa cuanto durara? Ella lo iba a disfrutar al máximo. Apoyo su cabeza en su hombro y cerro los ojos, imaginando para su deleite que el chico que la mecía tan magníficamente entre sus brazos, la amaba y la amaba con un locura inmensa, que la amaba tanto que sería capaz de llevarla a Paris y cumplirle su sueño, qué haría hasta lo imposible por hacerla sonreír.
Suspiro feliz en su pecho y él la estrujó más hacia si.El baile termino y el sueño de ella se corto, agacho avergonzada la mirada y de nuevo la alzo para encontrarse con esos ojos negros. Agradeció el baile y se encamino lento lejos de él, quedándose con el sabor de todo aquello que pudo ser, pero nunca será...
-¿Quieres dar una vuelta y charlar? -Pregunto él.
O tal vez si.
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En algun lugar toca una banda.
Short StoryRay Bradbury es por mucho mi escritor favorito, hasta el día de ayer tuve la fortuna de tener entre mis brazos "Ahora y siempre" creo que lo más emblemático es ese famoso "En algun lugar toca una banda..." y lo que quiero hacer en este relato es ima...