-¡Venga ya!
Abro los ojos de golpe cuando el grito se cuela a través de mis tímpanos. Skate está arrodillado al borde de mi cama mirándome suplicante.
-Tío, estamos todos listos y tú aún durmiendo.
Ruedo los ojos, exasperado, y continúo con la cabeza apoyada sobre la almohada, la cual no tarda en arrancarme de un tirón.
-Tienes 5 minutos.
Gruño como un animal en pleno celo y me dejo caer hacia el suelo, arrastrando los pies. Ponerme una camiseta, un pantalón y unas zapatillas. 5 minutos. Bueno, posible era. Y ciertamente, para entonces ya estaba abajo completamente arreglado.
-No me hace ninguna gracia que siempre estéis despertándome, y de las peores maneras.
-¡Es que eres como un oso! - se queja Gilinsky, llevándose las manos a la cabeza.
Salimos todos al mismo tiempo por la puerta principal (muchos, dejando nuestros hombros en los marcos de la puerta). Hayes, que se había echo hacia atrás, nos mira incrédulo.
-Sois unos animales. ¿No sabéis salir de uno en uno por la puerta?
Todos nos reímos mientras saltamos encima de él revolviéndole el pelo al mismo tiempo que él nos suplica que paremos.•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
-Está bien -habló Skate al llegar-, paso de hacer equipos, juguemos como el otro día.
-¡Claro cabrón! ¡Como a ti te tocó com Johnson! ¡Eres un espabilado!
Skate rueda los ojos y no le hace el más mínimo de los casos mientras todos nos colocamos en nuestros respectivos lados del campo. A mi lado tengo a Skate y Gilinsky. En frente: Nash, Hayes y Sam.
-Este equipo es una basura- se queja Nash por lo bajo, ganándose un golpe proveniente de Hayes.
-Cállate ya-le silencia Gilinsky-, yo pongo el balón en juego.
Nash se coloca delante de la mano de Gilinsky y sonríe mirando a Skate. Cosa que no le dura mucho cuando ve que en vez de él, me coloco yo en frente suya. Abre la boca para quejarse, pero yo no lo escucho. El balón se ha puesto en juego, y yo lo he cogido justo a tiempo.
Skate recibe mi pase y sube corriendo hacia el campo contrario, con Gilinsky apoyándole en la izquierda y yo a la derecha, un poco más atrás. Nash en seguida encara a Skate, el cual aprovecha para pasar la pelota a Gilisnky, el cual se ve sin oportunidad de tirar a canasta. La pelota acaba en mis manos. Estoy dentro del área de triple, bastante cerca de la canasta, y Hayes no consigue interponerse entre el aro y yo. Preparo mis manos y miro un mini segundo la canasta. Doblo mi muñeca apoyando el balón en la otra mano. Comienzo a dejar ir la pelo...
-¡Jace! ¡Pásamela!
Esa voz.
El codo me traiciona, doblándose por la mitad, temblando. Hace falta que mire hacia la canasta para dar crédito a lo que ven mis ojos. No he encestado. Es más, la pelota ha pasado de largo por encima, saliendo de la cancha.
Solo miro a los chicos por un par de segundos. Parecen no creerlo. Parecen no saber qué decir.
Oigo a Nash murmurar un suave 'no me lo puedo creer', pero no le presto atención. La puerta de la cancha se ha abierto...
Y ahí está ella. Lleva el balón entre sus manos. Mi balón. Su pelo está recogido en una coleta alta, igual que cuando la había visto al pasear al perro. Pero, está vestida de manera distinta. Su tronco superior está cubierto por una camiseta que logro identificar como de la parte de deporte de Victoria's Secret y la parte de abajo por un legging a juego. Al verme, achica un poco los ojos pero algo como una sonrisa se asoma por sus labios.
Sin saber cómo, me acerco a ella.
En seguida unos murmullos muy mal disimulados llegan a mis oídos. 'Que me juren que es por ella por lo que ha fallado'. 'Chicos, me da que es ella. La chica misteriosa que lo tenía tan embobado'. 'Si es ella me suicido, jurado'. 'Pero si ni es guapa'. Tengo que sacar una fuerza de voluntad inexistente en mi para no girarme hacia ellos y dejarles claras unas cuántas cositas. Pero ella, sin embargo, no parece oírlos.
-Mira por dónde -habla ella, y algo dentro de mi no sabe qué decir ni hacer.
La tengo delante, después de noches recordándola sin saber por qué, la tengo delante. Y yo no sé cómo actuar.
-Supongo que esto es vuestro -me tiende la pelota-, hay que ser malo para tirarla fuera de esa manera.
-Somos los mejores de esta ciudad -le aclaro con una ceja levantada y ella ríe.
-Ya, eso parece.
-¿No te lo crees?
-¿Acaso te lo crees tú?
Le sonrío suficiente y sé que ella se está divirtiendo con la situación igual o más que yo.
-Claro que me lo creo.
-¿Sí? Pues venga, uno contra uno.
-No puedo competir contra ti.
-¡Oh! -suelta ella en una gran carcajada-, eso ya lo sabía yo.
Me cruzo de brazos y miro hacia otro lado antes de volver a encararla y soltarle:
-De acuerdo. Enséñame de qué eres capaz.
Se aleja de mi botando el balón con su mano derecha, acercándose a los chicos.
-Hola-les habló ella colocándose delante de Gilinsky y Skate-, siento informaros de que estáis obligados a abandonar el campo en este mismo instante, gracias.
Gilinsky abrió la boca para protestar pero yo, desde atrás, le hice un gesto para que se callara.
Ellos se alejaron dejándonos a ella y a mi, cara a cara.
-Toma -me lanza la pelota contra el pecho-, empieza.
-Las damas primero -le devuelvo el pase, apuntando con mi dedo índice la canasta que se encuentra detrás mía.
-Muy bien.
Su sonrisa, de algún modo, me da miedo. Me mira autosuficiente y comienza a botar en el sitio mientras bota de una mano a otra.
-Al menos pensarás intentar quitármela, ¿no? Aunque sea por aparentar que sabes jugar.
No puedo evitar reírme al mismo tiempo que me acerco a ella, alargando mi brazo, con seguridad, para robarle la pelota, pero cuando mi brazo llega, la pelota ya no está.
¿Qué?
Da vueltas sobre el dedo índice de la chica que se encuentra delante mía, en su mano contraria. Re dirijo mi mano hacia ese lado pero ella pasa el balón rodando por la parte de atrás de sus brazos y cuando intento ser más rápido, ella la bota por debajo de sus piernas, auto devolviéndose la pelota a la otra mano.
-Qué aburrimiento.
Pasa a mi lado, chocando contra mi costado y antes de tirar a canasta se gira en mi dirección, mirándome de frente, tirando de espaldas. Y cómo no, encestando.
-¡JACK! ¡¿QUÉ HACES?! -oigo que me gritan, pero yo no escucho más que la risa burletera de la morena.
¿Pero qué clase de mujer es esta?
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'Mi primer error.'
FanficMi vida no es nada complicada de explicar. Baloncesto, rap, chicas... Desde hace algunos años todo ha sido una continua rutina. Desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche no pasa nada muy distinto a lo que ya he vivido la noche an...