Capitulo 1

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Los sabios siempre dijeron que nunca nos acercáramos a la oscuridad, sin embargo esta es tan tentadora que las personas que caemos en sus redes nunca deseamos volver a salir. Es tan seductora que te envuelve en su abrumadora oscuridad llena de secretos que deseamos descubrir.

La noche del 7 de abril de 1541 en la ciudad de Londres, Inglaterra. Mi vida cambiara por completo. Sakura Haruno es mi nombre, y esta es mi historia.

-Lady Sakura ¿Desea otra copa?- Un hombre joven de por lo menos unos 25 años se acercaba a mí con aire insinuante. Aunque no lo culpaba, estábamos en "Época"*

-Lo siento, Varón Inuzuka, mi copa todavía esta llena - el frunció el ceño y se retiro. Realmente odiaba esto. Las personas llenas de apariencias cuidando su reputación y la hipocresía por donde sea, quería salir de aquí y recorrer el hermoso jardín de la mansión.

Una maravillosa idea se me ocurrió.

-¿Madre?- Llame a mi madre que se encontraba hablando con unas mujeres mientras platicaban sobre no se qué cosa.

-¿Si? - Me contesto.

-Saldré un momento, no tardo-

-¡Claro! - Dijo con demasiada alegría para mi gusto.

-Gracias - Me apresure a salir de ahí y me dirigí en solitaria hacia el hermoso laberinto de arbustos que había en el jardín. Los arbustos eran muy grandes tanto que fácilmente rebasaban los 2 metros de altura, haciendo imposible que alguien viera si hay alguien dentro .

Perfecto.

Me adentre en el mientras me perdía en mis pensamientos. Cuando de un momento a otro una figura masculina apareció al otro lado del pasadizo donde me encontraba.

-¿Qué hace una dama sola en este laberinto habiendo una fiesta en el interior?- Su voz hizo erizar hasta el último de mis bellos. Era condenadamente seductora. Una voz clara y fuerte, pero con su toque de misterio.

-Yo... ¡Solo vine a dar un paseo!- Le conteste algo nerviosa. No sabía porque pero la presencia de ese hombre me inquietaba.

-Eso supuse - Aquel hombre levanto la vista hacia el cielo como si una ráfaga de viento imaginaria rosara en el. En ese momento justo, la luna baño con tenue la luz la cara de aquel desconocido. Sus cabello era negro azabache, como el cielo nocturno de media noche, su piel era pálida, casi parecía de mármol, sus rasgos eran finos pero masculinos, sus labios eran curvados en una pequeña sonrisa dejándome observar levemente que el labio inferior era un poco mas relleno que al superior. Mi boca se seco, nunca había visto a un hombre tan apuesto en toda mi vida. Tampoco es que allá conocido demasiados.

- Y dígame, ¿Qué hacia usted aquí también...? - deje un poco de espacio para que el mencionara su nombre sin embargo hiso caso omiso y contesto.

-Paseaba - Era lo mas obvio, aunque aun asi ese hombre me causaba escalofríos que recorrían mi espalda hasta mi nuca. - Disfruto ver el cielo nocturno - Lo comprendía, ya que a mi también me pasaba lo mismo.

- ¿Quién es usted? - Le pregunte, ya que sentía curiosidad.

- ¿Importa? - Su respuesta me sorprendió. Aunque pronto volvi a tomar control de mi misma unos segundos después, volviendo a mi rostro normal.

- Tal vez...- intentaba persuadirlo.

- ¿Tal vez? - su voz sonó como si disfrutara de esto.

- Si, tal vez... - Me acerque a él, lo más seductora posible; recuerdo a mi madre que un día me dijo que para poder conseguir algo de un hombre no estaba demás ser algo "seductora" y hoy comprendía lo que quiso decir. No sabía por qué lo hacía, tal vez la curiosidad o de verdad quería coquetear con ese desconocido.

Trato -Sasusaku One-shot-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora