Quiero que me odie

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Si me odiabas ahora por tardar tanto en subir espera a leer el capítulo XD verás que risa

Scapa se recostó en el mugriento suelo de la celda. Llevaba un día completo encerrado en aquella prisión y tras la tremenda discusión con Gray el rubio no le había vuelto a dirigir en ningún momento la palabra, algo bastante incómodo si se tiene en cuenta que llevaban horas y horas encerrados y en celdas contiguas. Kyle había intentado limar las asperezas entre ambos chicos, pero sus esfuerzos habían resultado en vano. Cada vez que Gray miraba de reojo al líder del grupo no podía evitar soltar un bufido y un par de insultos por lo bajo, aunque que el castaño parecía ignorarlos a la perfección. 

Pasaron un día completamente aburrido, en ocasiones aparecía gente que sacaba a Scapa de su celda y se encerraban con él en la sala de interrogación durante horas, pero nadie parecía estar contento con la información que sacaban del muchacho. Todos acababan por salir derrotados y el castaño volvía a su rincón de su celda en mutismo absoluto.

Era ya de noche y Gray se dedicaba a mirar asqueado la comida que le acababan de pasar por entre los barrotes como cena.

—Que asco — Echaba de menos las cenas en las tabernas, gastandose todo el dinero que habían conseguido acumular tras el robo de las arcas reales. Con un deje de melancolía observó como los guardias se retiraban de sus puestos para dejar paso al turno de noche —. Seguro que ellos van a tener una mejor velada que nosotros esta noche.

—¿Quieres dejar de quejarte? Suficiente tengo con oír tus insultos a cada hora —No pudo sino mostrarse sorprendido ante las palabras de Scapa. El líder nunca hacía un comentario de ese tipo, cuando estaba molesto con alguien generalmente usaba una fría y simple indiferencia hacia la existencia de la otra persona. Afortunadamente pudo recomponerse antes de que se mostrase lo mucho que le afectaba aquel tono despectivo.

—¿De quién es la culpa de que estemos aquí y me tenga que quejar? Imbécil.

—Vaya, tenía entendido que ya no me ibas a dirigir la palabra en tu vida —El tono desinteresado de Scapa hizo sentir a Gray unas enormes ganas de poder atravesar los barrotes para darle un tremendo puñetazo.

—Chicos, ¿Podemos tener al menos una cena sin insultos ni amenazas de muerte? —Kyle estaba más que harto de aquel continuo tira y afloja entre ambos. El rubio se limitó a bufar.

—Es ese idiota el que ha empezado. Encima de que estamos en este lío por su culpa — Scapa sonrió sin mirarle.

—Si lo que te importa tanto es estar aquí encerrado no te preocupes. No vamos a estar aquí por mucho más tiempo —Gray iba a replicar, pero un extraño ruido hizo volverse a los dos integrantes más jóvenes de la banda.

Uno de los guardias que acababa llegar parecía haberse abalanzado sobre su compañero que forcejeaba inútilmente ante el agarre del otro, que le impedía gritar. Ambos muchachos observaron impactados la lucha hasta que el guardia quedó inconsciente en el suelo. El atacante no pareció inmutarse por lo que acababa de hacer. Con rapidez se quitó la armadura con el escudo real que llevaba puesta para quedar vestido con unas simples ropas negras y cogió las llaves que sostenía el ahora inconsciente soldado. Una vez con ellas en su poder abrió la puerta de la celda de Scapa. El chico, que ni se había inmutado ante la escena, le dedicó un simple y llano gesto de fría cortesía por liberarle y habló sin dirigir la mirada a sus amigos .

—Libérales también a ellos, lo exigí en el contrato.



Karen escuchaba con semblante serio a sus dos hombres hablar. Durante el día había ordenado a varías personas, algunos de sus mejores hombres, ir a interrogar al ladrón con la esperanza de que alguien consiguiese clarecer todo aquel misterio de los sabotajes, pero siempre acababan por volver a su habitación con la misma respuesta.

Sin rumbo (BL) (Rumbo a la guillotina 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora