Capítulo 29.

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Una semana después.

Estaba alistándome tenia que ir a la prueba empresarial universitaria, me puse una camisa ajustada que mostraba mi ombligo y tenía escote en mis senos, unos jeans ajustados con toques rotos , mi cabello estaba hermoso, me coloque perfume, mi desodorante y bien afeitada por cierto ya se me había quitado mi período, mis Aretes y mi collar colgando del cuello, una clava de oro en mi muñeca y un anillo en mi dedo medio, mi bolso donde llevaba mi guía y las cosas, salí de casa despidiéndome de todos.


Subí a mi camioneta, conduje durante unos minutos y llegue a la gran preparatoria Stranford, camine por todo el campus, me senté en unos de los últimos asientos donde haría la Prueba, comencé a leer hoja por hoja no me quedo absolutamente nada en la cabeza así que pegue una nota en la espalda de mi compañera que estaba frente a mi con todos los puntos, el profesor paso las pruebas de siete hojas.

Respondí tres que me sabia que eran las de la primera hoja, pase a la siguiente y levante un poco mi pie donde tenia mi nota, leí y analice para después copiar, termine la segunda hoja pase a la tercera mi compañero, leí y analice y volví a copiar, ahora cuarta hoja que mierda como hacia, lentamente levante mi Iphone y lo puse en cámara silenciosa y tome una foto de la prueba de mi compañera de adelante, Iba en la sexta hoja, adelante y copie un pedacito de lo que ella tenia, hice lo mismo con la de alado y si ella iba en la cuarta pero solo tenia una. El timbre sonó y el tiempo había acabado el profesor paso recogiendo las pruebas, saldría reprobada no conteste ni la mitad, mañana seria la entrega de calificaciones, salí extremadamente asustada, me quede allí, en la preparatoria.

Pasaron dos horas y la sala de Profesores estaba vacía, entre sigilosamente y revise las pruebas Perfecto, reprobé, lo peor es que en mi cuaderno no tenia nada de lo que me faltaba. Demonios, Jacob Thorne. El profesor es decir el juez o jefe de todo esto, perfecto. Una señora de servicio le pregunte por la oficina de Jacob, con gusto me condujo hasta ella y me dejo frente a su puerta toque, "Pase" escuche al otro lado. Abrí la puerta y estaba el profesor Jacob, allí,sentado frente a su escritorio, me acomode la ropa y entré.

—Dígame srta, Lake. —Me dijo—

—Necesito que me ayude.

—¿En que?

—Me faltaron dos hojas y creo que reprobé.

Demonios, demonios.

—Lo siento, no puedo ofrecerle ese tipo de ayuda.

¿De verdad voy a decir eso?

—¿Qué desea a cambio?

—No, nada Srta —Dijo nervioso—

—Anda dígame nadie lo sabrá —Dije jugando con su corbata—

—Seño.... Señor... Señorita Por favor —Dijo nervioso de nuevo—

¿Lo lograría? ¡PASARÍA LA MATERIA QUE MÁS ODIABA CON UNA CALIFICACIÓN EXIMIDA!

—¿No quiere llegar mas alla? —Dije sentándome en sus piernas—

—Por favor, salga de mi oficina

—Vamos a divertirnos un rato —Dije quitándome mi camisa que dejo al descubierto mis senos y mi brassier de color rojo que sabía que era el color favorito del profesor—

El profesor sonrío, y puso ambas manos en mi cintura.

—¿Un 10 cerrado hecho?

—Hecho

Sonreí victoriosa.
Aunque si este profesor hubiera estado feo, ni por el carajo hago esto.

El me recostó en el escritorio, desnudándome lentamente, me miraba con lujuria, quizás también con deseo. Le entregue un condón porque no quería quedar embarazada de mi profesor.

Me senté en el escritorio y le quite la camisa, tenía sus biceps excelentemente marcados, su abdomen también estaba marcado, baje sus pantalones. El me recostó de nuevo en su escritorio y se monto encima de mi. Se bajo los boxers. Se acomodo y se introdujo dentro de mí. Vaya, daba envestidas, grandes envestidas, lo hacía rápido y de lo mejor, disfrute del momento, no puedo negar que lo hice, trate de no gritar, pero me era casi imposible con este hombre dentro de mi. El termino y salió dentro de mi, me miro y me beso, yo le seguí el beso, enrollando mis piernas alrededor de su cintura desnuda.

—¿Tendré mi calificación? —Dije luego de un rato—

—Por supuesto, pero ¿Solo viste eso como calificación?

—Bueno, tal vez llego más allá. —Me acerque a el y lo bese de nuevo—

Fui hasta la puerta de mi oficina, acomodando mi ropa.

—Espera —Me dijo—

—¿Dime?

—¿Quieres salir el fin de semana?

—Claro —Sonreí victoriosa y salí—


La hija de la sirvienta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora