- ¿Qué significa que se lo ha llevado?- preguntó Louis a Ben, el guardia, primo de Harry que habían conocido la tarde anterior.
- La abuela piensa que estará mejor atendido en una clínica privada. Ha contratado a médicos especialistas de todo el país sólo para ocuparse de él.
- Pero... pero...- balbuceó el hombre incrédulo- ¡No puede hacer eso!- exclamó- ¿no es verdad?
- En realidad... sí- afirmó Ben.- Mi abuela tiene mucho poder y el dinero suficiente como para que todo el mundo se postre a sus pies; y el primo Edward es el heredero del tío Honorio así que...
- ¿Y no sabes a dónde lo ha llevado?
- No, lo siento- negó el hombre- La abuela es un poco paranoica en ése aspecto. ¿Sabes? Llegó justo después de que ustedes se marcharon y ni siquiera esperó unos minutos antes de cargar a Edward, con máquinas, goteros y demás trastos, en un jet privado. Creo que se lo llevó a Europa... quizás a París; pero no estoy muy seguro ya que yo ni siquiera estaba aquí y no he podido hablar con ella. Supongo que teme por la vida del primo. Hay otros que quieren echar mano a la fortuna de tío Honorio ¿sabes?
- ¿Y tú no?
- Yo soy el único heredero de mi padre, pero aun así ¿Ves, acaso, que yo sea un snob engreído o un vago?- el guardia dio una vuelta sobre sí mismo como si tratase de enseñarle bien su indumentaria al hombre que tenía ante él- Como puedes comprobar, a mí me gusta ganarme el pan con el sudor de mi frente, aunque claro está, el día que mis padres falten, no renegaré de mi herencia. Sería un estúpido si no admitiera que me gusta el dinero "gratis".- Ben miró a Louis quién se había puesto algo ceniciento- Oye- le dijo poniéndose serio y plantándole una consoladora mano en su hombro- Trataré de averiguar a dónde se lo ha llevado la abuela. Sois muy amigos ¿no es así?
Louis asintió. ¿Qué podía decirle? ¿Acaso, que eran mucho más íntimos de lo que Ben podía imaginarse? ¿Qué Harry había sido su puta sumisa y él uno de sus pervertidos clientes homosexuales? O mejor aún: ¿Qué Harry, probablemente le odiaba a muerte por que él había sido el único culpable de que lo secuestrasen, lo violasen brutalmente y casi acabasen con él? Ben no tenía por qué saber nada de eso; en cambio, Louis sí que necesitaba saber dónde estaba Harry y, sobre todo, cómo estaba.
- Estoy seguro que la abuela me lo dirá si yo se lo pregunto. Ella sabe que mi interés por el primo Edward es legal.- continuó el guardia.
- Te daré mi tarjeta- le dijo Louis sacando una pequeña cartulina del interior del bolsillo de su chaqueta- En ella está el número del bufete, pero si tienes un bolígrafo, te anotaré mi número de móvil.
- Aquí tienes.- Ben cogió el bolígrafo que siempre tenía adherido a su carpeta y se lo ofreció.
- Preferiría que me llamases al móvil- le dijo Louis escribiendo el número, en el anverso de su tarjeta de visita- Pero en caso que no pueda cogértelo, si llamas al bufete dile a mi secretaria que te pase directamente conmigo ¿vale?
- Como quieras- le respondió Ben, guardándose la tarjeta.
Louis le extendió la mano y Ben se la estrechó. Después de eso, el abogado abandonó el hospital, se montó en su coche y salió de allí antes de que ninguna de las personas que estaban en el aparcamiento del mismo, lo viesen llorar.
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Había discutido, primero con su abuelo y después con su padre. No sólo le habían montado una buena bronca por lo sucedido en el bufete días atrás, si no que la actitud que Louis había tomado desde entonces (no prestaba ninguna atención a sus casos pendientes, llegaba tarde a la oficina y se marchaba a menudo horas antes de lo normal, se había negado a excusarse con Eleanor por su escandaloso comportamiento...). Ellos le habían gritado por horas, enumerando todas las cosas que habían hecho por él desde que nació. Se negaron a reconocer que él tenía todo el derecho del mundo a escoger cómo vivir y a quién amar. Su abuelo le había exigido que cumpliera con sus obligaciones como heredero de los Tomlinson y se casara con Eleanor y su padre no lo había defendido. Louis había intentado explicarles por undécima vez que él era homosexual y que, por tanto, perdían el tiempo tratando de forzarle a ese matrimonio, pero tanto su abuelo como su padre no quisieron venirse a razones. Él había acabado por mandarlos a los dos a la mierda y se había despedido del trabajo que había sido su vida. Las amenazas no habían tardado en llegar: tanto su abuelo como su padre le lanzaron a la cara que lo desheredarían y que harían todo lo que estuviese en sus manos para que él no volviese a ejercer la abogacía en ningún bufete respetable. Louis los había mirado como si ambos fuesen perfectos desconocidos; pero se había limitado a encogerse de hombros y a salir del lugar sin mirar atrás. Que se jodieran, que se jodieran los dos.
Sabía que tenía suficiente dinero en su cuenta bancaria como para vivir holgadamente hasta que encontrase un trabajo. Vendería su casa y se mudaría a otra de renta más baja si con ello conseguía que su economía aumentase un poco más. Él no necesitaba toda aquella mierda de niño rico. Estaba seguro que las amenazas de su padre y de su abuelo no le alcanzarían, dado la fama que le habían creado los diarios al resolver los casos más importantes del momento, y en el caso de que ellos lograsen que ningún bufete le diese un empleo, Louis pondría en marcha el suyo propio.
Se dirigió hacia el hospital: quería ver a Ben Styles. Él le había llamado horas antes y le había dicho que tenía noticias sobre Harry. Louis no había querido escuchar lo que el guardia tuviese que decirle por vía telefónica, así que había quedado con él para hablar cara a cara cuando terminase su turno. Condujo tan distraídamente que se saltó un semáforo en rojo y un policía le había multado por ello. Louis pagó la multa sin protestar y siguió adelante, sin preocuparle lo más mínimo si se saltaba otro: quería llegar cuanto antes al hospital.
Ben lo estaba esperando en la puerta de la cafetería y lo invitó a tomar un café. En cuanto estuvieron sentados y servidos, el guardia le contó que Harry aún vivía y que estaba siendo tratado en una de las mejores clínicas de París. La abuela había puesto en nómina a los mejores médicos que el dinero podía comprar y todos ellos estaban volcados en conseguir que Harry mejorase. Sin embargo, no todas las noticias eran tan buenas: el muchacho estaba en coma y los médicos no sabían cuándo saldría de él, o si habría consecuencias para su cerebro.
- Puedo darte la dirección de la mansión de la tía Priscila en París- le había ofrecido el hombre- E incluso su número de teléfono, para que tú mismo puedas hablar con ella.
- Gracias- le respondió Louis sacando su propio móvil para apuntar el número- No tienes ni idea de lo que eso significa para Zayn y para mí. Ambos apreciamos mucho a Harry y me gustaría estar al tanto de sus progresos.
- La tía Priscila tiene mucha fe en éstos médicos- le sonrió Ben dándole ánimos- Y ellos piensan que se pondrá bien.
- Eso espero- susurró reverentemente Louis. No quería ni pensar que fuese a ocurrir de otro modo.
Una vez que Ben le contó todo lo que sabía sobre la salud de Harry, Louis se preparó para buscar un nuevo apartamento y empacar sus cosas para mudarse a él. Por supuesto, no le diría nada de esto a Zayn. Lo último que quería era que el muchacho se sintiese aún más culpable por lo que el novio de su madre había provocado con sus actos. De todos modos, Zayn jamás había ido a su casa y, como aún tenía dinero, no le preguntaría por su falta de empleo: ya solucionaría eso también.
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Pretty Harry - LARRY
Fiksi PenggemarHoy les traigo la adaptación de nueva historia Larry. ¡No es mía! Yo no la he creado, solo la adapte, no me doy crédito. Esta historia es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas de sexo explícito, si te molesta el tema no lo leas, y si er...