- ¡Es una maldita niña tonta! - gritó furiosa al espejo.
- ¿Quién te manda a decir que estás enamorada de él?
- ¿Y que querías? ¿Que le dijera que es mi esclavo y solo lo quiero para mis necesidades?
- Tranquilízate ¿de acuerdo? - dijo mientras veía como daba vueltas en toda la habitación histérica.
- Necesito que Anna deje de interponerse en mi vida.
- Ni siquiera lo pienses.- advirtió.- Sabes lo que sucederá y es mi sobrina. No la lastimarás...
- Soy consciente de ello.- musitó sentándose en la cama.- Apenas la soporto en el desayuno y ahora se le ocurrió la brillante idea de salir a cabalgar en una doble cita con chaperones.
- Antes no pasaba eso, ¿será por culpa de Hans?
- Sí, tal vez.- admitió.- Sin embargo...tendré que gastar mi tiempo con el nuevo.
- ¿El peliblanco? No creo que sea de esos.
- Pues será. De todas formas...pasaré más tiempo con él ahora que lo amo. -rodó los ojos fastidiada.
- ¿Qué te pasa por la cabeza?- preguntó el rubio furioso.- Hay una chica que te ama... te añora saliendo de aquí ¿y tú le haces esto?
- ¡Yo la amo! Y haría lo que fuese necesario para que esté a salvo.
- ¿De esta forma? ¿Yendo a los aposentos de la Reina de las Nieves?
- No me hagas sentir peor ¿vale? Pronto acabará esto, los guardianes tienen un plan y lo pondré en marcha.
- Más te vale que no te equivoques. - advirtió fulminándolo y salieron de la habitación.
La "feliz pareja" estaba en los jardínes cuando Anna se levantó con Kristoff y excusó diciendo que había olvidado algo dejándolos solos. Ella suspiró aliviada y se dejó caer en el césped.
- Vomitaré en cualquier momento. - bufó y el albino riendo, se acostó a un lado de ella mirándola fijamente.
- Es tan parecida...pero distinta a la vez a su hermana. - susurró acariciándole la mejilla. Le miró sin gracia pero no apartó la mano del joven.
- Claro que sí. Ella es una boba enamoradiza que solo piensa en el hombre de su vida y su príncipe azul.
- ¿Y usted no?
- Yo nunca me enamoraría y menos de esa manera tan exagerada, no necesito a un hombre... no como todas esas... princesitas y doncellas que por ver a un varón bien parecido suspiran y se arrastran con tal de que pose sus ojos en ellas, y todavía desean morir porque no son correspondidas sufriendo y llorando por ello. Es absurdo, denigrante y no va conmigo.- Respondió con frialdad.
- No debería pensar así... el amor es, la cosa que nadie sabe que es... pero puede atravesar todo y cambiar al ser más frío. - Detuvo su mano tomándole del antebrazo y se miraron a los ojos intentando adivinar el pensamiento del otro.- ¿Siempre ha sido malvada? - rompió el silencio sin dejar de mirar a esos profundos ojos azules, ella apartó la mirada hacia el cielo.
- Nadie nace malvado, lo golpes de la vida pueden conducirte por el camino del mal.
- ¿Qué fue lo que la condujo? - Inquirió, contemplándola, ella ladeó la cabeza y le sonrió de lado.
- Maté a mis padres.
ESTÁS LEYENDO
"La Tirana de Hielo" (Jelsa)
RomanceLa reina Elsa de Arendelle, hermosa como ella sola y malvada como nadie con el corazón hecho hielo. Desde el día de su coronación se ha encargado de propiciar miedo y pánico conquistando reinos y asesinando o esclavizando a cualquiera que se atrevie...