Epilogo

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Es Pasado todo el maldito día encerrado en una habitación, después de que se enteraron de todo lo que hice o bueno lo que hicimos decidieron mandarnos a un reformatorio o mejor dicho una correccional, después decidieron mandarme a mi y Emma a un manicomio pues querían analizarnos  saber  porque habíamos asesinados a tantas persona y el porque, no quiero recordar eso en este momento, nos trajeron esta mañana y pues creo que ya llevo un día aquí a pasado tanto tiempo desde que no separaron a mi y Emma para analizarnos de manera individual, creo que a llegado la hora en que mi psiquiatra me va a interrogar veremos como sera el tal tipito este, no soy una persona fácil, ademas puedo decir que después de hacer todo lo que hice, soy un manipulador con un nivel muy alto, es pasado mis audiencia y la prensa diciendo que me siento totalmente deprimido y que siento haber cometido tantos asesinatos, pero en realidad en el fondo de mi corazón se que no es así, porque cuando mate a esas personas sentí una felicidad dentro de mi o eso puedo decir, no se que me paso en ese instante creo que todas las personas que estaban allí y que ayudaron a matar a nuestra primera victima por abusar tanto de nosotros, creo y hablo por todos que fue un momento de tranquilidad, el momento en el que pensamos que matando a ese ser despreciable haríamos de este mundo un lugar una pizca mejor,  paso la mayor parte de mi vida pensando en las cosas que podrían ser, pero nunca  hice lo que mi mente quería lo que en el fondo quería por eso hice lo que hice porque si yo no podía obtener lo que quería  por ser tan cobarde iba a ayudar de una manera muy extraña a que otros no se sintieran limitados porque  iba acabar con aquellos que menospreciaban a las demás personas y destruirlas por completo nadie iba hacerlo daño a las personas que me rodeaban nadie merecía eso, por eso actúes de esa manera. no se lo que siento ni lo que pienso realmente pero se algo en manera incierta que todo lo que me mata y me carcome me hace sentir vivo de una manera poderosa y grande, no pude cumplir mi meta pero e que mi pensamiento no es solo mio, logre encontrar personas con diferentes personalidades pero que pensaban igual que yo eso me da la convicción de que   en el resto del mundo hay mas personas con este mismo pensamiento un pensamiento igual al mio alguien igual a mi.

-Tú, mueve tu culo y levántate, tu psiaquiatra a llegado- Dijo el enfermero, que llego tan de repente que me saco de todos mis pensamiento el cual me estaban absorbiendo, estaba tirado en el suelo ni siquiera había movido un musculo en largo de todo este misero día.                                                                      -Te dije que te moviera, idiota - El maldito replico - Ahsssss - dijo en modo de frustración, me levante lentamente para provocar mas su ira

Cuando salí de mi supuesta habitación, me llevaron a un pequeño cuarto, en el cual habían dos sillas y una mesa de intermedio, después de haberme sumergido en mis pensamientos y estar de una manera extrañamente feliz, o bueno quizás deprimido.                                                                                                 Mi humor cambió de una manera muy impresionante, no fue el hecho de estar encerrado en un manicomio; si no que me aprisionaran con una chaqueta de fuerza, porque me consideraban "peligroso".                                                                                                                                                                                           Me senté en una silla todavía airado por esta maldita chaqueta,  creo que esto me lo merezco, pero en realidad nadie ademas de mis amigos saben el porque asesinábamos personas.                                        Pasaron aproximadamente 10 miserables minutos cuando el psiquiatra al fin llego; este se veía muy demacrado, su cara parecía a la de una rata y su nariz era larga, incluso mas de lo normal, su cabellos era de un color café el cual hacia que su apesto fuera peor, tenia grade ojeras lo que presentaba que no había dormido, se sentó unos instante mirando mis expedientes sin decir ni una sola palabra; no se si estaría asombrado por todo lo que hice, ¿quizás? después de un silencio que fue para nada incomodo levantó su cabeza.  


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