Abrí mis ojos.
Un techo perfectamente blanco se alzaba sobre mi. Trate de sentarme para poder ver en dónde me encontraba y al instante un espasmo de dolor me recorrió todo el cuerpo, me sentía fatal.Con la yema de mi dedo índice recorrí un punto entre mi ojo y mi pómulo izquierdo, más dolor. Al parecer tendría un moretón ahí muy pronto, claro, sino es que ya lo tenía.
Lentamente logre sentarme sobre la suave cama y lo supe.
Estaba en la enfermería.
El olor a los medicamentos y a los productos de limpieza inundaba el aire, aunque tenía que aceptar que no era desagradable del todo. Voltee a mi alrededor y lo vi. Ahí, sentado en una silla acolchonada y con la cabeza entre las manos, estaba él.
-¿Sean?- las palabras salieron de mi boca incluso antes de poder pensarlas. Él al instante alzó la cabeza y los ojos que antes me habían parecido negros ahora eran del azul más claro que había visto, y estaban posados en mí.
Se veía diferente, ¿Cansado tal vez?, No era más que eso...se veía ¿preocupado?.-Despertaste.- Su voz ronca denotaba cierto alivio. - Dahlia ¿recuerdas qué pasó?-
<Elena...>
-Sí eso creo.- Me quedé un rato pensando en la mala pelea que había tenido esa mañana y en lo que eso significaba. Tendría que entrenar el doble si quería estar lista, había una guerra a la vuelta de la esquina y el combate cuerpo a cuerpo era algo vital en nuestro entrenamiento. Pero sobre todo, no podía volver a distraerme durante un combate. Había sido tan tonta al haberlo hecho ya que era una de las reglas básicas, entonces... ¿Por qué lo hice?- Tú me trajiste aquí ¿cierto?- Él tenía la mirada fija en el piso y yo no podía ver su expresión.
-Si.- dijo secamente <Y el Sean que conocemos está de vuelta> -Estabas inconsciente.- Asentí con la cabeza y miré la pared. Este chico era un enigma, por ratos era muy amable y lindo, pero por otros, levantaba un muro y se volvía distante.
- No tenías que haberme traído sino querías- Su actitud me molestaba mucho. Si no quería traerme aquí entonces hubiera dejado que otro lo hiciera. - Es más, no tienes que estar aquí si no quieres.-
- Dahlia yo...- Al fin se había dado cuenta de su mala actitud y estaba tratando de arreglarlo. - Sabes que no lo quise decir de ese modo.- No dije nada.
Pasado unos minutos decidí romper el incómodo silencio que se había instalado entre nosotros.
-Lía.-
-¿Perdón?- Sean me volteo a ver y yo le sostuve la mirada. <Esos ojos...>.
- Me llamo Dahlia pero todos me dicen Lía, llámame Lía- le sonreí.
Y él me sonrió de vuelta.
Era una sonrisa tímida, a penas notable, pero parecía sincera.Y eso me bastaba.
El ruido de la puerta al abrirse hizo que los dos volteáramos de inmediato. <Oh no...>
- Dahlia... Olsen...- Joanna caminó y se detuvo cerca de mi cama. -¡¿ Tienes idea de lo preocupada que estaba?!-
- Es que yo...-
-Nada. Primero te dejas vencer por aquella chica, esa tal... Elena, que por cierto no era tan buena. Y luego cuando despiertas no mandas a alguien a avisarme. Sabes que estuve a punto de tener un colapso allá afuera.- Mi amiga señaló hacia la puerta de madera y yo no sabía si reírme por qué estaba exagerando o agradecerle su preocupación. No era la primera vez que Joanna se volvía tan dramática.
Miré a Sean quien parecía que luchaba por contener la risa ante esta situación.
- Bueno yo creo que mejor me retiro, ustedes chicas tienen mucho de qué hablar- se levantó de su asiento y le hizo un asentimiento con la cabeza a mi amiga- Joanna.--Sean.- está lo imitó y me siguió observando con ojos amenazantes.
Antes de poder cruzar el umbral de la puerta se dio la vuelta y me miró.- Espero y te mejores Dahlia.- Silencio...- Supongo que te veré luego.-
Y desapareció.
Joanna parecía impresionada y tenía la boca abierta. Volteó hacia dónde acababa de irse este chico y luego hacia mí. Una y otra vez hasta que se detuvo y se cruzó de brazos.
- Dahlia Olsen...- parecía como si hubiera descubierto el secreto más grande del mundo. - ¿Te gusta?-
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~Los elegidos~
FantasíaMi vida nunca ha sido normal. Siempre supe que era ...diferente. Incluso antes de que mis padres me enviaran al campamento. Me llamo Dahlia Olsen, y soy una elegida.