Sipnosis:
Siempre siguió sus propias reglas, no le tenía miedo a nada ni a nadie, ella era _____(tn), una chica salvage, solitaria, una chica rebelde de largo pelo marrón y unos preciosos ojos azules que no necesitaba mas compañía que la suya. Dicen que nada puede controlarte exepto el amor. ¿Podrá ser tentada esta chica de apenas 16 años a cometer cualquier cosa por un chico?
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Capítulo 1:
Eran las 8.45 de la mañana, ya estaba llegando tarde como siempre. Raramente, mi despertador no estaba en mi mesa. Me levanté de la cama de una y me fuí directamente al baño a darme una ducha. Cuando salí, me puse una camisa a cuadros azules, unos pitillos negros y unas zapatillas negras. Me peiné el pelo y bajé las escaleras directamente a desayunar.
-Buenos días, ¿por casualidad no habréis visto mi despertador? -Pregunté a mis padres con un tono policiaco.
-Tú, no te despiertas un poco tarde? Has visto la hora que es!? -Me dijo mi padre con mal genio.
-Eh eh, a mi no me levantes la voz! -Le dije a mi padre con un tono no muy pacifista. -No la pagues conmigo si te has levantado con mal genio, además nunca me dices nada, ni tu ni mamá, asi que no os quejéis.
-Pero tu quien te crees que eres para hablarnos así? -Me chilló mamá.
En seco bebí un trago de leche, me levante de la silla y le respondí.
-_____(tn)!!
Cojí la mochila y me dirijí hacia la puerta principal dispuesta a salir. Antes de nada cojí el mobil y las llaves, ya que después mis padres no me abrirían la puerta al volver del instituto, y ya me podía ir despidiendo de que me vinieran a buscar después del instituto.
Caminé mis ocho manzanas hasta llegar al instituto, obviamente cuando llegué, la clase ya había comenzado hace rato. Piqué a la puerta y pasé.
-Hey! -Dije al entrar a clase.
-Señorita Mercoury, que horas son estas de llegar? -Me dijo intentando que le haga caso.
-Agradezca que vine...- Le dije mientras me dirijía a mi pupitre- Ademas solo han pasado 15 minutos, no es para tanto.
-¿Como me ha dicho? Ya es suficiente, ¡a la sala de castigos!
Ya la había liado otra vez, pero la verdad es que me daba igual un castigo mas, me había metido en líos peores.
-¿Pero usted ve normal tratarme así? Soy su profesora a ver debería tratarme con mas respe...
-Ya es suficiente, me da igual! -La interrumpí sin pizca de verguenza. Cojí el papel que había rellenado con mis datos, me fuí hacia la puerta, y cerré la puerta con un portazo.
Ya tenía suficientes problemas como para estar escuchando la riña de la profesora Wayne, esa señora me ponía de los nervios.
Llegué a la sala de castigos, estaba completamente sola y las persianas estaban bajas. Eso era bastante raro, ya que nunca bajaban las persianas y normalmente habían 5 o 6 personas más. Me dirigí a mi sitio, que, como siempre, estaba en un rincón de la clase. Por una vez en mi vida, me sentí incomoda. Solo el profesor Brunellesky y yo. El profesor brunellesky era un tipo bajito, con gafas redondas, y siempre llevaba pajarita. El típico freaky que saca 10 en los examenes.
-¿Que ha hecho esta vez Mercoury? -Me dijo mientras hacía un crucigrama tranquilamente.
-Nada, nada que sea de su incunvencia. -Le respondí bruscamente. Ese profesor me ponía de los nervios. - ¿porque cree que debería de haber hecho algo? Yo no tengo la culpa de todo, ¿sabe?