Capítulo 1

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No estoy segura cuanto tiempo ha pasado desde que tomé una taza de té, un descanso o una siesta.

Vivo en una isla alegada de todo lo que se conoce. Aquí todo es trabajo duro y sacrificado para poder conseguir un poco de dinero y poder comer. Los hombres trabajan en el petróleo y la madera, que es lo único que comercializamos y lo que le da mas ingresos a la isla; las mujeres trabajamos en las enormes casas de los Slim, la única familia rica y con poder de toda la isla, o trabajamos cocinando para ellos y lo que sobra de la comida se puede vender a los pobladores.

Hay muchas reglas y condiciones para vivir aqui, pero la mas importante y que debe ser cumplida cueste lo que cueste es que cada mujer al cumplir los 16 años debe quedar embarazada, si el niño es un varón se tiene que ir a un lugar al otro lado de la isla donde se le va a dar instrucción militar y educación y, si no es bueno con las armas ni tiene un buen rendimiento educacional lo sacrifican. Mientras que si es una mujer se le enseña a tejer, cocinar y limpiar, si no aprende las sacrifican. Si, lo sé es estúpido pero esas son las reglas que imponen los Slim para tener un mejor progeso.

En cuatro meses mas cumpló 16 años. No quiero quedar embarazada solo porque a un señor de 55 años se le ocurrió. ¿Qué pasa con los sentimientos?, ¿El dinero?... si quedo embarazada no habrán muchos ingresos ya que mi madre es asmática y mi hermana sólo tiene 9 años.

Estoy sin comer hace 2 días porque mi hermena Amelia se enfermó y todo lo que me toca comer se lo doy, porque si ella no come un poco de mas se puede morir, como sucedió con mi hermano Agustín hace 3 meses. Es por esto que aparte de cocinar y limpiar en la casa de los Slim salgo de pesca, es algo prohibido ya que los Slim creen que los peces son un símbolo de pobreza y debilidad, lo sé es muy estúpido; como la mayoría de las cosas aquí.

-¿Tu hermana sigue enferma?- me sobresalté al escuchar la voz de Raimundo que se acepcaba a la orilla del rio.

-Si aún tiene fiebre y un poco de toz.

-¿Sabes? si vas a hacer algo que va contra las reglas debes estar mas atenta a lo que sucede a tu alrrededor- dijo con tono de superioridad.

-¿Por qué?- dije entre risas. Siempre estoy atenta a lo que pasa o puede llegar a pasar.

-Pues lo digo ya que vi a la señorita narigona de Kate Slim. Se acercaba y si yo no la hubera distraido te hubiera atrapado, llamado a su padre y el señor Antonio te hubiese matado.-dijo Raimundo.

-Gracias por el ánimo.

-Belen, creo que no deberias seguir haciendo esto-dijo con preocupación.

-Lo sé Raimundo pero ¿Qué puedo hace? si no sigo pescando mi hermana no tendrá para comer y lo sabes

-Está bien, pero prométeme que cuando vengas me avisarás para que venga contigo, ¿de acuerdo?

-Ajá- respondí de mala gana. Este era el únco tiempo en el dia que podía pensar en mis cosas, disfrutar de la tranquilidad que en estos días era un privilegio tenerla.

Ya han pasado dos horas y media y no he pescado nada. Raimundo me hace bromas diciendo que soy tan fea que los peces se espantan de mi y por eso no pesco,o empezamaos a reinos cada vez que imitamos a alguna persona que forma parte de la familia de los Slim.

Raimundo se paró, se sacó la camisa y los pantalones. Era alto, blanco y muy bien formado, tiene una espalda fuerte y ancha, su pelo es color negro y sus ojos verdes con pestañas muy largas, una nariz perfecta y labios finos y largos. Es muy atractivo pero solo lo veo con ojos de amistad.

-Voy a traerte un pez ya que tu horrible cara de duende aleja a los peces-dijo riendo- y deja de mirarme con cada de babosa, sé que te mueres por mi

-¡¿Yo muriendome por tí?!-reí-preferiria casarme con Peter Slim antes que contigo.-dije con obviedad.

-Igual me amas-dijo sonriendo y se lanzó al lago en busca de un pez.

Cuando salió, salió con un pez enorme de casi 5 kilos al que matar no fue nada de fácil y llevarlo a casa tampoco, por suerte Raimundo me acompañó.

-¡Raimundo! tanto tiempo...pasa, pasa-dijo mi madre con alegría. Ella pienza que de él me voy a embarazar.

-Gracias señora Calvet, pero tengo que ir a trabajar

-¡Oh! bueno para otra vez será-dijo con tomo trizte.

-Te acompaño a la puerta-dije rápido antes de que mi madre hiciera un comentario estúpido.

Al entrar al únco cuarto que habia en mi cada me encontre con mi hermana en la cama de dos plazas durmiendo y respirando agitadamente.

-Amelia despierta te traje un trozo de pescado. Hoy lo pesqué con Raimundo, te manda muchos saludos y dece que pronto vendrá a verte.

-Belen, gracias-dijo con esfuerzo.

-Belen tengo que hablar contigo-interrumpió mi madre con tono autoritario

-claro-dije

Al llegar a la cocina la vi con el pezcado en la mesa. Ella estaba sentanda y con cara de preocupación, tenia la cabeza apollada entre las mannos, los pies cruzados por debajo de la silla . Vestía una polera blanca un poco manchada con polvo en las mangas y la espalda baja, un pantalón de jeans roto en la pate de abajo y en la parte de las rodillas. ¿Qué hice ahora? ¿Por qué me retaría esta vez?.

-¿Qué pasa madre?-dije

-¿Qué pasa?-rió- pasa que te he dicho mil veces que ya no ballas a pescar más, hija es peligroso, si te llegan a descubrir , te llevarán y...-comenzó a llorar desesperadamente-no se que haría si te matan,,,- la abrase con fuerza dejando en su boca lo que iba a decir.

-Madre no me va a pasar nada te lo prometo, desde mañana empiezo a ir con Raimundo; él me dijo que debía ir con el. Mamá solo confia ¿si? cuando Amelia se cure todo esto pasará.

Me besò la frente como un acto de despedirse y desearme las buenas noches.

En un lugar muy lejano.Where stories live. Discover now