Capítulo 18.

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[Han]

Me desperté recordando cada caricia, cada beso, cada suspiro de amor de aquella noche y noté la ausencia de Aritz a mi lado. Me sorprendió, pero tampoco mucho. Estaría por ahí. Estábamos encerrados las 24 horas, lo que menos querría sería pasar todo el día en la cama. ¿Qué hora sería? ¿La una, las dos de la tarde? Me toqué el cuello y todavía podía notar sus labios calientes sobre él, su respiración agitada sobre mi boca, sus caricias recorriendo todo mi cuerpo...

Me dirigí a la casa, suponiendo que allí me esperaría mi marido, pero para mi sorpresa, nada más lejos de la realidad. Decidió separarse, decidió alejarse, de todo, de mí. Se aisló. Estaba pensativo, se pasaba los minutos mirando a la nada, como perdido. Empezaba a preocuparme, ¿se arrepentiría de lo ocurrido? Estuvimos varios días sin hablarnos. ¿Por qué? No lo sé, pero temía acercarme, estaba borde con todo el mundo; decidí no volver a dormir con él, pero sí a su lado; no quería cambiar a estas alturas del concurso y sobretodo por mis compañeros, ¿qué pensarían al ver que nos separábamos sin haber tenido ningún tipo de discusión típica nuestra para que ese fuese el resultado de la misma? No es que me importase la opinión de nadie, sólo la suya, pero también había que pensar que estábamos conviviendo con más personas y que no había día que no dejásemos de ser la comidilla de la casa por nuestros mimos constantes y nuestra extraña relación.

Al tercer día conseguí estar a solas con él sin que se fuese: estábamos en la sala de ocio, yo había entrado para escribir un blog y él estaba sentado en el puff, pensativo, como últimamente estaba siempre. Tomé la decisión de acercarme y hablarle, aunque temía su reacción.

-¿Vas a seguir haciéndole el vacío a todo el mundo?-me atreví a preguntar, agachándome a su altura en el puff.

-No le hago el vacío a nadie, simplemente he recordado que yo entré solo aquí y solo debo salir-respondió, seco.

-Aritz, que a mí no me engañas, te conozco muy...-me interrumpió.

-A lo mejor no me conoces tan bien como creías-me miró a los ojos, por primera vez estos últimos días; podía perderme en sus ojos, en esa mirada profunda, que dejaba entrever tantas sensaciones y sentimientos...

-¿Tú crees?-alcé una ceja.

-Sí

-Bueno...vale-me levanté para dirigirme al blog pero me giré un último momento-sólo una última cosa...-me volvió a interrumpir.

-Nada, no digas nada-se dio la vuelta en el puff, dándome la espalda.

-¿Te arrepientes?-pregunté aún así.

-¿Qué?

-Nada

-¿Qué has dicho?-se giró de nuevo.

-Lo has oído perfectamente

-Eso creo, pero quiero que vuelvas a preguntarlo

-No tengo por qué-me crucé de brazos.

-Por favor-pidió.

-¿Por favor? Llevas más de tres días sin hablarme, desde lo que pasó, ¿y vienes a pedirme algo por favor? No, perdona, pero yo no tengo que hacerte a ti ningún favor-me senté en la silla y me dispuse a comenzar mi blog de ese día, algo más cabreado de lo que creía.

-No, no me arrepiento de nada si es lo que querías saber-confesó, tras unos segundos de silencio.

-¿Y si no te arrepientes de qué te vas? Pensé que estaríamos mejor que nunca, Aritz-alcé algo la voz pero me contuve de gritar-todo pasó porque así lo sentíamos, nos lo prepararon todo especial para los dos, ¿y actúas así y ya? ¿Se acabó? ¿Qué pasa que eso era lo que querías, no? Llegar al programa, buscarte una historia de amor trágica, que todo fuese como tú quisieras, darme la patada, y hacerte con el maletín, ¿no? Mira...estoy harto-suspiré, sin creerme todavía mis palabras.

-¿Realmente piensas que eso es lo que pienso, siento y he hecho? ¡Qué equivocado estás!-exclamó, incrédulo.

-¿Y qué quieres qué piense? Es lo que has demostrado...-dejé caer.

-¿He demostrado eso? Yo creo que he demostrado otras cosas-suspiró.

-¿Qué cosas? A ver-lo invité a hablar.

-He demostrado que soy un tío que va de frente pero que en el fondo soy muy tímido, entré aquí sin ninguna estrategia, sin nada planeado, solo con el fin de vivir la experiencia...y tanto que la he vivido; no me esperaba para nada algo así, sólo puedo decir que mi concurso has sido tú y todos los momentos que contigo he vivido, que por cierto, los recuerdo todos, buenos y malos, son una parte fundamental para mí, me has aportado muchas cosas, Hani, aunque no te lo creas...es así y dios...-se tocó el pelo, que por cierto, últimamente apenas llevaba el sombrero, una de las cosas que más me extrañaba-no me arrepiento para nada de lo que pasó, así lo queríamos los dos, ¿no? Yo...yo cuando me decías que sentías cosas fuertes no te creía, ¿qué es eso de sentir algo por mí? Yo no soy nadie ni he hecho nada para que así sea...pero ahora...ahora empiezo a entenderte, no sé-me miró a los ojos-tengo miedo, estoy cagado, esa es la palabra exacta-confesó-nunca me he sentido con nadie como contigo, esa noche...dios, esa noche fue la mejor de mi puta vida, chico, ¿y para qué mentir? Fue porque tú estabas en ella y tú fuiste el protagonista de mi mejor noche; yo no sé si esto es un sueño o si está bien o está mal, pero tampoco quiero quedarme sin descubrirlo...pero no creo que estemos en el sitio adecuado-empezó a hablar, casi sin parar; parecía que tenía todo este discurso preparado desde hacía días y necesitaba soltarlo todo en ese momento-estar aquí, con todo el mundo viéndonos 24 horas al día...sin poder decir lo que te quiero decir, sin poder hacer lo que quiero hacer...es imposible, odio las cámaras y odio estar encerrado, pero lo que más odio de eso es estar encerrado contigo, porque fuera de aquí, joder, tendríamos nuestra historia; esa sin principio ni final, viajaríamos por el mundo, yo que sé...-suspiró-tú me dijiste que querías ir a México, a Inglaterra, a Estados Unidos...si es que iría a Estados Unidos por ti, porque aunque me joda admitirlo, de tu mano no tengo miedo a nada-confesó-joder, Hanito, te juro que no sé lo que me haces para que me sienta así, no me gusta esta sensación; siento un enorme vacío cada vez que nos separamos, cada vez que me miras y no te miro o viceversa, porque si en algún momento me encuentro con tus ojos tendré ganas de ti...joder y qué ganas, no he podido pegar ojo desde que no te abrazo por las noches, desde que nuestras manos no se entrelazan, desde que nuestra respiración no se une en una...¿quieres qué siga?-preguntó, sobrepasado.

-Eh...-¿y ahora qué contestaba yo? Me había dejado sin palabras con la confesión, ¿sabría que nos estaban grabando  o le daría igual todo?

-¿No piensas decir nada?-preguntó.

-¿Qué quieres que diga?-me encogí de hombros-si eso es lo que crees y piensas vale, solo lo sabes tú, yo no estoy en tu cabeza-contesté.

-No, tú estás en mi corazón-confesó.

-Aritz...

-¿Qué?

-¿Me quieres?

-Alfileres

-Tonto

-Idiota

-Pringao'

-Gilipollas-me reí, en parte, no aguantábamos mucho así y volvíamos a lo de siempre, las tonterías de niñatos-anda, ven aquí-cogió mi mano y me volteó alrededor de la mesa del blog hasta que acabé en sus brazos.

-¿Puedes no volver a hacerme el vacío? Lo paso mal...-suspiré, mirándole a los ojos durante unos segundos, antes de volver a abrazarlo con fuerza. Con más fuerza de la que creía tener.

-Siempre que intento hacerlo me doy cuenta de que no puedo, he intentado odiarte, he intentado alejarme, olvidarme...todo para no sentir lo que siento, pero no puedo, no sé lo qué tienes pero no puedo alejarme de ti, te quiero...-nos separamos unos centímetros y quedamos mirándonos, cara a cara, estábamos a la misma altura, mis ojos en los suyos y nuestros labios muy cerca.

Cerré los ojos y nos fundimos en un corto, pero apasionado beso, de nuevo volvía sentirlo mío, pero ya temía la próxima vez de brote de alguno de nosotros. Siempre estábamos igual, aunque sentía que esta vez sería diferente, algo me decía que estaríamos sin pelear mucho tiempo: ambos nos queríamos y eso, al fin y al cabo, era lo que realmente importaba. Acaricié su pelo y sonreí. "Yo también te quiero"




Cosa De Dos [HanAritz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora