Todo comenzó

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Puedes tener junto a ti a una persona especial con un corazón tierno y tibio que te pueda hacer sentir muchas cosas con un solo roce...pero si nunca le hablas, ni lo llegas a tratar, nunca sabrás lo que hay dentro de él.

Siempre pensé que él era normal, un chico como la mayoría del salón: relajista, irresponsable, descuidado, libertino... Pero ese día en la formación, cuando dijo que se iría, por alguna extraña razón, me puso triste y, aunque no quería, comencé a observarlo con detenimiento, mi mente quería mover mis ojos hacia otro lado pero ahí estaba yo, observándolo tímidamente, a veces, de reojo.

No, no era una persona normal. Él sonreía todos los días, a todas horas, en todo momento. Y era una sonrisa espectacular, no era la más perfecta ni mucho menos la más hermosa. Su sonrisa era contagiosa y hacia algo con esa parte de su cara que con solo verlo, podrías sonreír.

¿ Por qué no me había dado cuenta antes? Porque había sido una chica prejuiciosa. Y en comparación con Orgullo y Prejuicio, esta vez no estaríamos juntos.

Él se iría para principios del próximo mes y las clases terminarían a penas fuera el 10...tenia unos 8 días.

Pensé en hablarle a diario para conocerlo mejor, pero desgraciadamente soy una cobarde introvertida que no puede hacer más que observarlo con detenimiento a cada paso que da.

Y es así como empecé...

Porque, mi caballero oscuro, pudo iluminarme más que el propio sol.

Un Caballero OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora