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Observo con vagancia al reloj del celular.

"11:30 am"

Vuelvo a mirar el techo, pensando y pensando, sin llegar a un plan perfecto para desenmascarar a Shiroyama Yuu.

Un llanto me saca de mis pensamientos, obligandome a salir de "la cueva". Al bajar las escaleras me encuentro con mi madre llorando a los brazos del violador de la familia Shiroyama.

-¿Qué pasó?- Pregunto, arrodillado a un lado de mi indefensa madre.

Yuu me da una carta, la cual, fue escrita por Saeko, informando que se mudaba y no quería tener alguna relación con nuestra familia.

"Bien hecho, Saeko. Había mil maneras para irte y decir las cosas pero elegiste la peor ¡Se supone que eres la mayor!"  Felicité irónicamente a mi hermana, mientras consolaba a mi madre, quien repetía una y otra vez: - Tenía razón-
 "No, madre. No tienes ni la menor idea de lo que está ocurriendo."  Pensé.

El día transcurrió con tristeza, ni una sola palabra podíamos pronunciar con normalidad para quitar a mi madre de la especie de trance en la que estaba.

-Me iré a dormir.- Anunció ella,  carente de sentimientos y reacciones... Devastada.

-Que duermas bien, mamá.- Dije, levantando los platos sucios de la mesa y colocándolos en el lavaplatos.

Me quedo cabiz bajo, parado y apoyando las palmas de mis manos frente a la mesada de metal y madera, mientras escucho unas pisadas fuertes caminando hasta donde estaba. Inmediatamente, cierro los ojos.

Yuu apoya mi cuerpo con el suyo, agarrándome el mentón con fuerza y acercando su cabeza a un lado mi cabeza.

-Escúchame bien... Sé vos tenés algo que ver en lo que dice esa estúpida carta.-  Hizo una pausa.- Quiero que sepas que eso no me detendrá cuando no me obedezcas, si es lo que estás pensando.-

-No sabes en donde está.- Lo desafié.

-Oh no, nunca podría saber que está en la casa de su noviesito Takashima.- Dijo con sarcasmo.

-¿Qué quieres? Ya déjanos en paz.- Alcé mi tono de voz, el cual fue silenciado por Yuu. Una llave sostenida por sus dedos apareció frente a mis ojos.-¿Una llave?- Pregunté.

-Esto es lo que quiero: Como tu madre no va a salir de la casa por su embarazo, vos mismo vas a ir a mi departamento de soltero cada lunes, miércoles y viernes después de la escuela...¿Entendiste?- Me volteó, su rostro estaba a centímetros del mío y sentía su agitada respiración, al igual que sentía su bulto contra mi trasero anteriormente.

-Si, si, entiendo... Dime la dirección.- Dije con hilo de voz aguda que salió de mi. Shiroyama susurró la dirección en mi oído seriamente, provocando que mi piel se erizara.

Bajó lentamente por mi cuello, besándolo dulcemente.

-Mmm...- Un gemido salió de mi boca.

El hombre que me tenía en sus manos (Metafóricamente hablando), se separó de mi cuerpo y se paró a mi lado, me obligó a caminar frente a él y, con sus manos en mis hombros, me indicó que me arrodillara.

-Si lo haces no voy a necesitar de tu plano trasero.- Susurró, mirándome con sus ojos llenos de lujuria y una perversa sonrisa.

Miro el bulto, trago saliva y comienzo a desabrochar el cinturón, lo bajo hasta la rodilla junto al bóxer y meto su gran pedazo de carne erecta en mi boca.

Sus gemidos eran cayados por él mismo. Pozó una de sus manos en mi cabeza, guiándome en el vaivén que formaba mi cabeza contra su intimidad.

A los segundos, los gemidos de Yuu comenzaron a disminuir.

-Basta... Para, por favor.- Decía entre gemidos. Mi curiosidad despertó, quise parar, pero la mano de él sobre mi cabeza no me dejaba, es más, me exigía que siguiera.- No, basta...Encerio, para.- La luz se encendió y pude alejarme de Yuu.

Caigo al suelo de espaldas y veo a la persona que prendió la luz de la cosina. Ahí estaba mi madre, mirando atónita la pervertida escena.

-Mamá...- Dije, pasando el dorso de mi mano por la boca para secarla. Caminé hasta ella.

-no te acerques, Akira.- Dio un paso hacia atrás y me distanció con su brazo.-¿Cómo pudiste? Sabes cuanto lo amo, sabes que estoy embarazada de él... ¿Por qué?- Notaba las pequeñas gotas que caían de sus ojos y se desplazaban por sus cachetes.

-¿De qué estás hablando? Ese hombre me forzó a hacerlo, yo no quería... me violó y también a Saeko... Él es el malo, no yo.- Mi visión se nublaba por las lágrimas que contenía.

-Eso es mentira.- Yuu salió de atrás mío y abrazó por detrás a mi madre.- Akira ya no mientas más... Ella misma vió lo que me hacías.- Sonrió de lado.- Rena, tu hijo ha estado queriendo acostarse conmigo a tus espaldas y hoy, cuando estaba limpiando los platos, aprovechó que te fuiste a dormir y me besó, me hizo sexo oral.-

-¡BASTA!- Grito, cerrando mis ojos y volviéndolos a abrir. -Mamá, te está mintiendo... No puede ser que Saeko y yo te lo digamos y vos no nos crees.- Sabía que, aunque me esforzara en negar todo lo que ella vió, Yuu se saldría con la suya.

-Akira... Le estabas chupando el pene, ¿Cómo piensas que te voy a creer luego de lo que vi?- Traté de responder coherentemente, pero ninguna respuesta salía de mi boca- Primero Saeko y luego tu ¿Tan mal los eduqué o sólo ustedes fueron los que aprendieron mal?- Preguntó con el llanto ahogado en su garganta y al ver que no respondía, se fue de mi vista.

-Te odio, Shiroyama Yuu.- Este rió con victoria y se fue a consolar a mi madre.

Me apoyé en una pared cercana, dajando mi cuerpo caer al suelo y liberar toda la ira acomulada en forma de lágrimas.

"Me las vas a pagar, no importa lo que cueste. Se supone que ese hombre iba a dar un nuevo comienzo a la felicidad, pero en vez de eso, sólo trajo más destrucción de la que ya había"




ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora