Parte Dos y Tres

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DOS

11/2/219

La vida a bordo del SDF-2 se ha vuelto tan aburrida que me veo obligado a comenzar a registrar mis pensamientos, para conjurar el riesgo de volverme loco hablando solo con gente que no me responde.

Me sacaron de mi sueño para colaborar con las tareas rutinarias de la nave. El Capitán es ahora {{{{{{{{, otro de esos hombres intercambiables que parece producir en grandes cantidades la Unión. Sólo él y otro de ellos están despiertos, y no sé para qué me necesitan, honestamente. Quizás se hayan aburrido de discutir noticias antiguas de un mundo ya lejano, y decidieran despertarme para tener alguien a quien atormentar, o al menos culpar de su aburrimiento.

Me dijeron que me van a tener despierto otros dos años, y luego despertarán a otro. Espero que sea menos. Estar aquí es peor que la cárcel, soy prisionero del tiempo.

3/23/220

El Capitán es un idiota.

Ya lo sabía, pero de vez en cuando hay que recordarse a uno mismo ciertas verdades del universo. Uno, que estoy atrapado en esta nave, sin lugar ni tiempo a donde huir antes de llegar a destino. Dos, que el Capitán es un idiota, por definición. Quizás en persona, sin su gorro y su ego, sea un ser humano real, pero no lo podría asegurar. Apuesto a que ese gorro de capitán es el que los vuelve idiotas. Si tuviera que usar un gorro con visera dentro de un ambiente de luz artificial, sé que me sentiría un idiota, y al poco tiempo empezaría a actuar como uno.

Hoy maté al capitán y a su segundo mientras dormían, y los encerré dentro de sus cámaras.

Pero me voy a tomar algunos días, o quizás un poco más, antes de despertar a los demás. Después de la cárcel, y de este otro encierro, me vendría bien un poco de soledad.

5/28/220

Hoy desperté a los demás de su ensueño. Excepto por los otros tripulantes, que ya no despertarán. Confiaba en que esta nave no es muy difícil de pilotear, y estuve en lo correcto. El rumbo ya está definido, pero seguramente trabajando juntos podremos cambiarlo. Hemos pensado en una opción, en un sitio nuevo al que podríamos huir, y donde nadie nos busque.

6/12/220

Hoy logramos cambiar el rumbo de la nave. Nos costó, no por la acción en sí, sino por los cálculos necesarios para redirigir la energía para que nos alcance para llegar a destino. Hemos logrado lo que siempre nos propusimos: ser pilotos de nuestra propia nave, arquitectos de nuestro futuro, sin que nadie nos imponga ni nos niegue nada. El poder difuso que postulábamos entre nosotros, que nunca habíamos podido implementar por falta de un ambiente completamente libre de las influencias y condicionamientos externos, finalmente se ha comprobado en la realidad. Aunque tenemos gravedad artificial, nos sentimos como los primeros astronautas que pudieron convivir en gravedad cero: un terreno de cultivo y práctica de nuevas formas de relacionarnos física y socialmente. Todos somos iguales y diferentes, y no veo nada en el futuro que pueda impedirnos mantener esta forma de vida.

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