La Carta.

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Aun no podía creer todo lo que había vivido a lo largo de este día ajetreado.

Estoy seguro que, hasta tú, al leer esto, estarás de acuerdo conmigo en haber dudado de tu cordura como yo lo hago ahora mismo.

¿Viajes en el tiempo? De locos. La simple idea sola ya era descabellada, pero aún más impensable descubrir que yo mismo era el protagonista de esta loca historia.

Y mientras dudaba de mí ya poca coherencia al mismo tiempo me emocionaba y me estremecía. En realidad, era una extraña combinación de varias sensaciones a la vez.

No debía de perder más tiempo, tenía que leer esa carta, aunque, en teoría tendría todo el tiempo del mundo una vez dominara el viaje en el tiempo, pero para eso todavía faltaría un año a partir de hoy, bueno, según lo que mí segundo yo me dijo. – ¿Dominar el viaje en el tiempo? Que estúpido debo de escucharme ¿cierto? Por ahora todo son suposiciones no debía de emocionarme de más.

Tome el primer taxi que se cruzó en mí camino y aunque es verdad que quería aclarar todo con Kym el solo hecho de pensar en la más remota posibilidad de que todo fuera verdad me hacía vibrar de emoción, así que el tema Kym paso a segundo plano, por lo menos en ese momento.

- ¡Viajar a través del tiempo! – Me continuaba repitiendo, era una frase que se volvería una de las más pronunciadas por mí a partir de ahora.

¿Qué haría cuando tenga mí habilidad?, ¿A dónde ir?

Las mismas preguntas que seguramente también te haces en este momento...
Imagina si pudieras revivir tu vida una y otra vez, recordando los errores cometidos en el pasado y siempre con el máximo canon de todas las preguntas, ¿Y qué tal si?
¿Y si pudieras corregir todos tus errores lo harías? Así que ya te puedes dar una idea de la emoción que recorría todo mí ser.

Después de tener una vida aburrida, monótona y repetitiva además de estar en un trabajo sin salida, cualquiera estaría más que feliz de poder cambiar TODO.

Por un segundo ponte en mis zapatos y piensa ¿qué pasaría? si supieras quién ganará cada partido, cada competición nacional, que número de lotería saldrá premiado, adelantarte a los hechos tecnológicos para hacer dinero y hasta saber en qué invertir en la bolsa de valores de Wall Street.

Las posibilidades eran infinitas, al igual que el tiempo, pero tener que esperar un año a partir de hoy irónicamente se me haría eterno y como un capricho de la vida tendría que esperar sin poder hacer nada más al respecto. Pensar en esperar un año haría tedioso cada uno de los días subsecuentes pero no tenía otra opción.

Que equivocado estaba y esta misma noche averiguaría el por qué...

El taxista iba muy despacio, quizás habían pasado treinta minutos o un mes, realmente era frustrante.

- Podría ir más aprisa por favor. - Suplique al taxista.

- Lo siento señor, pero varias calles están cerradas y no puedo ir muy rápido por los caminos alternos, ya que son zonas residenciales.

- Está bien no hay problema. – Respondí resignado.

Es verdad que Kym vivía cerca de mí casa, pero no tanto como para ir caminando. Según yo quería llegar rápido, pero creo que salió contraproducente.

Cuarenta y cinco minutos después estaba en la entrada de mí departamento, las manos me temblaban, (mí alma también) no sé si por emoción ó por nervios, quizás un poco de ambas.

Cuando logre controlar el temblor de mis manos pude tomar las llaves de mí chaqueta y a punto de introducirla por el cerrojo de la puerta me percate de que la puerta ya estaba abierta desde un principio.

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora