Perdí a lo que mas quería en mi vida, sin ganar absolutamente nada, mas que mi soledad y una obsesión por Kim.
Eran las 5:49 de la tarde, y yo seguía bebiendo como un teporocho, siempre fui un rompe corazónes, un canalla, pero cuando conocí a Holly cambié, siempre fue la luz que me iluminó, siempre estuvo a mi lado, y hoy la perdi por desear obsesionalmente a Kim.
Quería siquiera verla, quería quitarme estas ganas de volver a tenerla en mi cuerpo de hacerla mía y que gimiera por mi,
Pero no sabía nada de ella, lo último que supe fue que Holly la corrió de la casa. Eran las 6:00. Y la puerta sonó, fui aver pues no esperaba a nadie.
-Kim-
-hola Jackson, me invitas a pasar-
La deje pasar, cuando la veía era como si me ignotisaran la seguía a todos lados, dios santo estaba tan sexy en ese vestido negro, que marcaba sus extravagantes curvas.
-crei que estarías solo y triste así que vine a darte un poco de atención -
Kimberly comenzó a bajar su vestido donde note que era lo único que traía de ropa, que sexy y fina era. Se acercó a mi y comenzó a besarme de la manera mas apasional que existe, agarre su enorme trasero y la abri para subirla a mí, pues ya no tenía nada que perder si me la follaba esta noche,. La lleve a mi cuarto la avente a mi cama, me desnude comense a entrar con ella, me la folle cuantas veces quise, ella solo gritaba de extinción.
-que bueno que separaste de la mojigata de mi hermana -
Ignore su comentario, odiaba su forma de ser, siempre fue una cabeza hueca, pero cogía como una diosa,.
Eran las 3 de la mañana y Kim dormía a mi lado, lo cual me hizo dormirme en otro lado.